La opinión del Abogado…
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.SAÚL MALOUL ZEBEDE
Tal vez haya que partir de lo más básico y elemental. A diferencia de otros problemas en los que se puede achacar la responsabilidad al gobierno; la seguridad es uno de esos problemas que es realmente un problema social, esto es, un problema que nos atañe a todos, y en relación con el cual absolutamente todos tenemos que hacernos partícipes de su solución.
En ese sentido, debe ser bienvenida la formación de la Coalición por la paz, por parte de un número de personas e instituciones que quieren sumarse a hacer algo respecto del clima de inseguridad creciente. Tal vez, una de las cosas para la que pueda servirnos esta coalición, sea para reactivar en la mayor cantidad de barrios y comunidades del país, la noción de vecinos vigilantes, a través de la cual, los ciudadanos nos hacemos corresponsables de la seguridad de nuestras comunidades, con la ayuda y el apoyo de la Policía Nacional.
Una de las cosas que la autoridad tiene que comprender al momento de enfrentar la criminalidad, es que está en desventaja material frente a los recursos con los que cuentan los criminales. Por lo tanto, no solo es necesario hacer un inventario de los recursos con los que se cuentan, sino también, priorizar al momento de decidir sobre la utilización de los mismos.
Voy a poner un ejemplo sencillo que explica este dilema. Si las estadísticas nos enseñan que los delitos que van en aumento son los relacionados con el narcotráfico, v.gr. tumbe de drogas, lavado de dinero, robos, secuestros, y por otra parte, delitos de violencia intrafamiliar; no es posible que sigamos destinando en condiciones de paridad, los mismos recursos para combatir estos crímenes, que p. ej., para combatir el hurto pecuario, o el hurto, u otra gran cantidad de delitos menores.
En otras palabras, si aquellos delitos graves constituyen digamos el 70% de las infracciones penales que se cometen en el país, no podemos dedicarle el 30% o el 40% de nuestros recursos.
Es más, la Alianza Ciudadana Pro Justicia cuenta con un proyecto de convertir muchos delitos menores, en perseguibles, sólo por acusación privada, y capaces de ser resueltos por mediación, con el perdón de las víctimas y/o con la aplicación de medidas que resarzan o retribuyan el daño causado.
Ello permitiría que la concentración de policías, fiscales, jueces y demás autoridades esté realmente enfocada hacia aquellos delitos que nos están quitando el sueño.
Para finalizar, tal vez deberíamos llegar a una especie de punto medio en la discusión ideológica que rodea el tema de la criminalidad en el país. Tal vez, la izquierda debiera entender que el énfasis en las medidas represivas, es una política de gobierno perfectamente aceptable, en el marco de las labores que se hacen desde el Estado. Y, tal vez, la derecha deba entender que no importa la política de gobierno de la que se trate, el respeto a los derechos humanos de los implicados en hechos delictivos es irrenunciable.
Lo que sí pareciera estar por encima de la discusión ideológica es el entendimiento de que el Estado no puede ser promotor de delincuentes a través del arcaico sistema penitenciario con el que contamos.
Finalmente, la resocialización, la defensa social y el cumplimiento del castigo son fines alternativos de la pena, no complementarios. No todos los delincuentes son candidatos a rehabilitarse, pero no por ello, no debe la sociedad negar la protección de sus actos y asegurarse el cumplimiento de la sanción.
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Este artículo se publicó el 17 de mayo de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Filed under: Maloul Saúl | Tagged: Criminalidad, Recursos, Resocialización, Seguridad | Leave a comment »
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