La opinión del Ministro de Gobierno y Justicia, Abogado…
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José Raúl Mulino
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Entre críticas y realidades
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Ser funcionario público conlleva estar sometido a más críticas que alabanzas. Prefiero las críticas que las alabanzas porque estas últimas, en la vida política, casi siempre vienen acompañadas de solicitudes oportunistas. Sin embargo, las críticas genuinas sirven para orientar mejor nuestra actividad y aclarar a los críticos aquellas cosas que no son ciertas, cuando se puede identificar la buena fe del mismo. Ahora bien, hay quienes critican todo, con o sin razón; para ellos, el silencio.
En estos más de dos meses a cargo de esta cartera he procurado ser lo más sincero posible con el país en lo que al escenario de la seguridad pública y ciudadana se refiere. He podido valorar la crisis y las diarias amenazas que la caracterizan así como reconocer que el problema es profundo, de arrastre, y que vivimos-con lástima lo digo-en una sociedad altamente corrupta. En esto no distingo, salvo las excepciones que confirman toda regla.
A raíz de las últimas fugas en La Joyita no faltaron los críticos. Unos por real preocupación, otros por politiquería y otros que, sin autoridad moral alguna, se ponen saco y corbata para ir a los medios a dictar cátedras, a sabiendas de que bien pudieran estar dentro de una de esas celdas. Pero algunos comentaristas se divierten con ellos y le dan una absurda preponderancia que atribuyo más a desconocimiento que a otra cosa.
No he escondido la dura realidad de nuestro sistema penitenciario. Le he dedicado tiempo y esfuerzo a buscar una manera de resolver en el tiempo la deplorable situación física de los centros, el hacinamiento vergonzoso y sanear poco a poco la corrupción que campea tanto en la esfera de custodios civiles como en miembros de la Policía Nacional vinculados a tales centros. He viajado buscando ejemplos exitosos y he logrado recursos para ir atacando la inseguridad. Jamás he manifestado que se hará en corto tiempo. El problema es muy grande y el abandono mayor como para pretender que algo así se resuelve solo con voluntad, la cual me sobra. Tampoco con improvisación. La crisis de hoy, en materia de infraestructura, es el resultado de la improvisación de ayer y eso no lo vamos a repetir. Además, algo que debe quedar claro, no improvisar y edificar hacia futuro soluciones integrales es costoso y no abundan recursos.
Hemos ya dado la orden de proceder, luego de cumplir con los trámites de ley, para iniciar toda la reparación de infraestructura en la Joya y Joyita y construir un muro perimetral de seguridad que no había. He dicho y reitero que la falta del mismo unido a la corrupción que estamos saneando es vía libre para que se fugue todo el que quiera. Tal instalación estará lista a más tardar el 10 de diciembre próximo. A partir del 2010 venimos con la construcción de cárceles nuevas con toda la tecnología y diseño para que sean seguras y cónsonas con los estándares internacionales en materia de derechos humanos.
La presión por resolver no nos hará improvisar. El abandono integral del país no es nuestra responsabilidad pero debemos recuperarlo con urgencia, con transparencia y con determinación. Bienvenidas las críticas y sugerencias de buena fe.
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Publicado el 13 de septiembre de 2009 en el diario El Panamá América; a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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