Entre críticas y realidades

La opinión del Ministro de Gobierno y Justicia, Abogado…

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José Raúl Mulino

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Entre críticas y realidades
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Ser funcionario público conlleva estar sometido a más críticas que alabanzas. Prefiero las críticas que las alabanzas porque estas últimas, en la vida política, casi siempre vienen acompañadas de solicitudes oportunistas. Sin embargo, las críticas genuinas sirven para orientar mejor nuestra actividad y aclarar a los críticos aquellas cosas que no son ciertas, cuando se puede identificar la buena fe del mismo. Ahora bien, hay quienes critican todo, con o sin razón; para ellos, el silencio.

En estos más de dos meses a cargo de esta cartera he procurado ser lo más sincero posible con el país en lo que al escenario de la seguridad pública y ciudadana se refiere. He podido valorar la crisis y las diarias amenazas que la caracterizan así como reconocer que el problema es profundo, de arrastre, y que vivimos-con lástima lo digo-en una sociedad altamente corrupta. En esto no distingo, salvo las excepciones que confirman toda regla.

A raíz de las últimas fugas en La Joyita no faltaron los críticos. Unos por real preocupación, otros por politiquería y otros que, sin autoridad moral alguna, se ponen saco y corbata para ir a los medios a dictar cátedras, a sabiendas de que bien pudieran estar dentro de una de esas celdas.   Pero algunos comentaristas se divierten con ellos y le dan una absurda preponderancia que atribuyo más a desconocimiento que a otra cosa.

No he escondido la dura realidad de nuestro sistema penitenciario.  Le he dedicado tiempo y esfuerzo a buscar una manera de resolver en el tiempo la deplorable situación física de los centros, el hacinamiento vergonzoso y sanear poco a poco la corrupción que campea tanto en la esfera de custodios civiles como en miembros de la Policía Nacional vinculados a tales centros.   He viajado buscando ejemplos exitosos y he logrado recursos para ir atacando la inseguridad.   Jamás he manifestado que se hará en corto tiempo.   El problema es muy grande y el abandono mayor como para pretender que algo así se resuelve solo con voluntad, la cual me sobra.   Tampoco con improvisación.   La crisis de hoy, en materia de infraestructura, es el resultado de la improvisación de ayer y eso no lo vamos a repetir. Además, algo que debe quedar claro, no improvisar y edificar hacia futuro soluciones integrales es costoso y no abundan recursos.

Hemos ya dado la orden de proceder, luego de cumplir con los trámites de ley, para iniciar toda la reparación de infraestructura en la Joya y Joyita y construir un muro perimetral de seguridad que no había. He dicho y reitero que la falta del mismo unido a la corrupción que estamos saneando es vía libre para que se fugue todo el que quiera. Tal instalación estará lista a más tardar el 10 de diciembre próximo. A partir del 2010 venimos con la construcción de cárceles nuevas con toda la tecnología y diseño para que sean seguras y cónsonas con los estándares internacionales en materia de derechos humanos.

La presión por resolver no nos hará improvisar. El abandono integral del país no es nuestra responsabilidad pero debemos recuperarlo con urgencia, con transparencia y con determinación. Bienvenidas las críticas y sugerencias de buena fe.

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Publicado el 13 de septiembre de 2009 en el diario El Panamá América; a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Justicia, presupuesto y acción

La opinión del abogado y Ministro de Gobierno y Justicia….

José Raúl Mulino

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Justicia, presupuesto y acción

A propósito de la posposición de la entrada en vigencia del sistema acusatorio, creo oportuno plantear algunas reflexiones sobre el tema de la justicia y la importancia que a la misma le estamos dando como gobierno.

La decisión de posponer su entrada en vigencia fue un acto de gobierno, cierto, pero sustentado en la responsabilidad que se tiene como tal de conducir al país con certeza y coherencia. En el presupuesto de este año fiscal no existía ninguna partida para respaldar semejante compromiso. Eso no es imputable a esta administración. En el mes de junio, en plena transición, nos enteramos.  Ya como gobierno, colaboramos en aprobar créditos extraordinarios pero aún así, por testimonios de los propios actores, no se percibía una integral preparación de todas las instituciones involucradas. Debo reconocer sí, que hay avances notorios y que por ello existe el compromiso de seguir dotando de presupuesto a las entidades para que llegado el momento el sistema entre a regir con todas sus bondades, las cuales nunca hemos puesto en duda. Fue irresponsable legislar sin tener en cuenta el costo real de todo el cambio del sistema procesal penal.

Pero es importante anotar algunas consideraciones adicionales. El Presidente de la República, a dos semanas de asumir el mando, en almuerzo celebrado en la Corte Suprema con los nueve Magistrados, se comprometió a dotar a ese Órgano del Estado de los recursos que constitucionalmente le corresponde, de acuerdo al Art. 214 de la Constitución. Hoy, luego de presentado el Presupuesto General del Estado ante la Asamblea Nacional, el Ministro Alberto Vallarino al explicar los componentes del mismo destacó que al Órgano Judicial se le asigna un 2.2 % del presupuesto, cifra que aumenta considerablemente el mismo cuando, el actual, ronda el 0.67%, de acuerdo a lo manifestado en el citado almuerzo.   Así, podrán los administradores de justicia ir preparando la estructura económica necesaria para cuando entre a regir el sistema acusatorio y todo pueda funcionar integralmente como debe ser.

Independientemente de las críticas que se expusieron en el marco de la Asamblea, las únicas no viables son las esgrimidas por la oposición actual, hasta hace dos meses gobierno.   Fueron ellos los que irresponsablemente legislaron y no tomaron en cuenta el tema presupuestario. El que escucha a sus voceros hoy, da la impresión de que acaban de llegar a Panamá y que el pasado fue responsabilidad de otros.

La armónica colaboración con el Órgano Judicial y el Ministerio Público se mantiene.  Personalmente estoy comprometido con ello habida cuenta las competencias propias de la cartera a mi cargo. Igual ha manifestado el Presidente Martinelli.  Es fundamental la recta y pronta administración de justicia.  Con ese propósito nos identificamos y seguiremos apoyando lo que alrededor del mismo se genere.
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Publicado el 6 de septiembre de 2009 en el diario el Panamá América Digita, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde

Consejos provinciales

Consejos provinciales

La oponión del Ministro de Gobierno y Justicia, Abogado…

José Raúl Mulino


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En casi dos meses de estar al frente del Ministerio de Gobierno he podido participar de tres consejos provinciales, Coclé, Darién y Chiriquí. El Artículo 254 de la Constitución crea esta figura dentro del Régimen Provincial y les da unas atribuciones que juzgo importantes para mantener la relación política y funcional de las provincias con el gobierno central.  Una vez al mes se reúnen y en esa reunión participan gobernadores, alcaldes, representantes de corregimiento y demás funcionarios provinciales.

En adición a actuar como órgano consultivo del Gobernador, la Constitución les permite citar a funcionarios nacionales, provinciales y municipales a tratar asuntos de interés de la provincia cuando así se requiera.  Esta facultad tiene su lógica razón de ser.  Es la manera clara de poder atender las necesidades, pero también de escuchar los problemas que se plantean en cada provincia y buscar la solución de los mismos. Lo veo como una forma de prevenir situaciones, en el sentido de que estando en contacto con ellos se pueden anticipar los funcionarios a las crisis y así resolver sin necesidad de que las poblaciones se manifiesten en protestas que usualmente afectan a terceros.  Tranques de calles, por ejemplo.  Simplemente porque nadie los escucha.

La experiencia ha sido para mi muy beneficiosa. Como Ministro de Gobierno tengo bajo mi atención lo relacionado a los gobiernos locales a través de una dirección con competencia nacional. En todas las reuniones me ha acompañando el Ing. José D. Sagel, que atiende esta oficina.  La idea es no sólo presentarlo sino habilitar un conducto de comunicación directo entre esos gobiernos locales y el ministerio a mi cargo.  De esa manera, los problemas pueden ser informados y dada la interacción y acceso que puedo tener con los demás colegas del Gabinete o los demás funcionarios que presiden instituciones autónomas o semiautónomas, advertir de los mismos y buscar soluciones rápidas. Es decir, que se sienta la mano del Ejecutivo interesada en resolver.   Visto de otra manera, le he denominado seguridad preventiva, que no es más que ser proactivos y adelantarse a los escenarios de conflicto.

En gran medida las protestas y tranques responden a genuinas necesidades, jamás escuchadas por nadie. Obviamente, las hay de otro tipo, pero esas se resuelven de otra manera y son o tienen motivaciones de otras índoles.

En el caso del Darién, el viernes que volví a regresar para acompañar al Servicio de Fronteras en una graduación de un programa de entrenamiento, les mencioné que siento una misión que es rescatar a Darién del olvido en que se encuentra.   Casi es una provincia relegada de la atención del Estado, lejos de su mano y de su presencia, con una población que con razón a veces debe dudar a qué país pertenecen.   Eso no puede ni debe seguir pasando.

En fin, con estos Consejos debemos estar más al tanto de lo que pasa en el país y acercarnos a todos, sin distingos, ya que sean gobierno u oposición, los funcionarios electos responden a todo un pueblo que tiene derecho a solucionar sus problemas, tarea que tiene el Gobierno Nacional bien clara.

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Publicado el 30 de agosto de 2009 en el diario El Panamá América Digital, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde

Sociedad y Gobierno

Sociedad y Gobierno
La opinión del Abogado y actual Ministro de Gobierno y Justicia..

José Raúl Mulino

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Siempre he pensado que los gobiernos se eligen para gobernar y tomar decisiones. Es una función indelegable. Hay temas que por su connotación se prestan a consultas con los sectores afectados o con los que dominan el tema en cuestión. Pero de allí a transformar al gobierno en un cabildo sin fin, es un despropósito.

En el gobierno anterior se agudizó la práctica de que ante cada crisis una comisión. De tales, emergieron iniciativas que posteriormente el propio gobierno entretuvo o simplemente ignoró. La crisis que desató las declaraciones del Magistrado Arjona hace unos años cuando dijo que los fallos se vendían en la Corte Suprema para favorecer hasta narcotraficantes, desató toda suerte de acciones. No era para menos. Hablaba un Magistrado con todo lo que ello implicó. Hasta las escalinatas de la Corte llegaron propios y extraños exigiendo la renuncia de los nueve y no pocos comunicados inundaron los medios en ese sentido. El Presidente Torrijos crea el Pacto de Estado por la Justicia. Una variopinta mezcla de instituciones y de organismos de la sociedad civil que iniciaron un trabajo largo y que produjo algunas conclusiones interesantes. Pero el mismo, salvo mejor criterio, estableció un modus operandi que prácticamente obligaba a los participantes a consultar todo lo de la justicia antes de dar algún paso, incluidas instituciones fundamentales de la Nación que gozan de iniciativa legislativa.

Lo mismo sucedió cuando el referéndum del Canal. Ante la posible derrota del mismo en las urnas, surge la “concertación”. Otro ejercicio auspiciado por el gobierno y abandonado a su suerte por el mismo. Ni caso les hizo mayormente luego del triunfo del SÍ. Como presidente de un partido político pude ver nacer y morir las crisis y las comisiones, y, además, lo advertimos oportunamente. No entiendo la sorpresa hoy cuando todos fueron ángeles de esos coros.

El cambio de gobierno sorprende a muchos con la forma de hacer gobierno. El Presidente dirige al país y en su equipo hacemos lo que tenemos que hacer frente a nuestras responsabilidades. No delegamos en nadie las mismas por duras o impopulares que puedan ser. Se toman decisiones con la legitimidad que da el voto mayoritario expresado el 3 de mayo cuando se considera que son necesarias. La consulta en determinados asuntos o la búsqueda de consensos en otros, no debe interpretarse, a mi juicio, como que seguimos en el patrón de comisiones accidentales para sacar las crisis de la noticia sin realmente solucionar el problema que las crea. Gobernar es decidir. No dilatar las soluciones.

En materia de leyes, ese debate es en las comisiones y en el pleno. Ni antes ni ahora lo he entendido de otra manera. La Asamblea será el foro para aportar o criticar. Sin apuros, como dije hace unos días, independientemente de la mayoría legislativa con que se cuenta. Los problemas tienen que resolverse y estamos empeñados en ello. Creo que es lo que espera la sociedad en pleno, no solo la “civil”.

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Publicado el 23 de agosto de 2009 en el diario El Panama America Digital, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde

Darién

Darién

José Raúl Mulino – Ministro de Gobierno y Justicia
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Cuando escribo este artículo son las 6:00 p.m. del jueves 13 y me encuentro en Bahía Piñas donde acabo de llegar de una gira de dos días, que culmino mañana, por esta provincia la cual, entre misticismos y realidades, es lo que es, una zona del país alejada y pobre, sometida a su suerte y a los riesgos de la vecindad.

Me acompañan el Viceministro Garuz, el Comisionado Abrego, Director del Servicio de Fronteras, la Sub-Directora de Aeronáutica Civil, Licda. Sofía Cohen, personal asesor y por supuesto, mucha seguridad.  La idea de esta gira es compenetrarnos con la realidad del área y profesar con el ejemplo algo que dije el primer día: soy hombre de equipo y soy parte del mismo, conviviendo y aprendiendo con los estamentos de seguridad y el trabajo que realizan en defensa de nuestras vidas, haciendas y nuestro territorio nacional. En las cuatro localidades visitadas hoy, compruebo las amenazas reales de la zona y la evidente interacción con lo irregular, por llamarlo de alguna manera menos fuerte.

La idea que tenía de buscar los mecanismos para que la mano del Estado tenga presencia en esta zona, es una realidad. El trabajo del Servicio Nacional de Fronteras hay que elogiarlo. No solo por el deber que cumplen en medio de notorias necesidades que esperamos ir superando con los años, sino la misión que llevan de compenetrarse con las comunidades en una labor social de atención y socorro a los residentes de sus circunscripciones. Son el eje del pueblo y así se les reconoce. Unidos a las autoridades locales, donde las hay, tratan de mitigar las ausencias de todo y en un gesto que reconozco, de sus alimentos llevan a cabo una labor social de alimentar niños de cada pueblo todos los días. Contrario a lo que se pueda pensar, están organizados y con poco hacen mucho.

Se siente la tensa calma. Inevitable voltear la cara al real problema. Nuestro país y Colombia debemos continuar uniendo esfuerzos y voluntades para contrarrestar un problema que por desborde, es bilateral. El narcotráfico, las armas y la insurgencia surgen aquí y caminan por la región impactando ya a nuestras ciudades más cercanas, pegándonos los tiros cerca, como he dicho. Llevo una agenda de temas para abordar con otras autoridades que tienen dentro de sus funciones las posibles soluciones a estos problemas. Debemos ir haciendo a estas comunidades menos dependientes de la vida de lo ilícito, en aquellas zonas en donde la diversidad de actividades también escasea.

Sigo mañana. Participaré en El Real de un Consejo Provincial. Es una gran caja de resonancia y nos permite escuchar a las comunidades para acercarles las soluciones. La experiencia ha sido positiva y haré lo mismo por todo el país. Hay muchos Darién cerca de nosotros.

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Publicado el 15 de agosto de 2009 en el diario el Panamá América Digital, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el credito que le corresponde.

Tecnología y delito

Tecnología y delito

José Raúl Mulino –

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Considero impostergable referirme al anteproyecto de ley 019-09 el cual de manera apresurada ha generado todo tipo de reacciones, mismas que las considero sanas y oportunas ya que debe la sociedad en su conjunto ser fiscalizadora en temas de gran connotación.

Conocida es mi trayectoria pública y la manera como he defendido la preservación y fortalecimiento de la democracia y sus valores. En mis artículos anteriores me he referido a la situación de criminalidad del país y la urgencia con que, como gobierno, debemos atacarla. Esta iniciativa legislativa va íntimamente relacionada al tema. Así como la tecnología ha avanzado para fines legítimos, la misma también trabaja en beneficio del crimen organizado, la más de las veces superando en recursos económicos la capacidad de los gobiernos.

El Gobierno de Ricardo Martinelli no propicia ni propiciará la intervención telefónica ni la violación de garantías fundamentales de los ciudadanos. Sin embargo, requerimos de herramientas idóneas para combatir la delincuencia desde muchos frentes.

El uso cada vez mayor de la telefonía celular prepago -3.5 millones de celulares son prepago dentro de los 3.9 millones que existen en el país- así como de la Internet para fines ilícitos es una realidad.

Si bien las autoridades tienen desde hace años la posibilidad legal de intervenir teléfonos para fines de investigación de delitos, esa posibilidad resulta imposible sin una base de datos de los usuarios de ese segmento de servicios, llámese celulares prepago o Internet en su modalidad.

La inquietud la tuve cuando pude entender la forma legal como se trabaja en esta materia. No se antes, pero puedo decir que el Gobierno Nacional no tiene ni le interesa tener mecanismos de escucha clandestinos. La ley en cuestión, cuando sea remitida a la Asamblea Nacional, irá al proceso de formación de leyes de manera pública y abierta. No se está legislando en el Gabinete ni a espaldas de nadie. Será allí cuando todas las opiniones y críticas serán bienvenidas y si el propósito es mejorarla sin desvirtuar su espíritu, de seguro así será.

Las garantías constitucionales serán siempre respetadas y las acciones estarán siempre respaldadas con la orden necesaria de la autoridad judicial correspondiente. Nos encontramos aún en una etapa de mejoramiento y no hay un borrador final, por lo que las especulaciones en torno a uno que circuló no tienen vigencia, pero se han valorado las críticas en su justa dimensión a fin de que el texto propuesto sea cónsono con el propósito buscado.

De verdad se necesita si queremos perseguir integralmente al delito y los delincuentes. Miren nada más la cantidad de droga que se destruyó recientemente y la que interceptaron a fines de la semana. Si sumamos a eso la enorme cantidad de celulares que se requisan semanalmente en los centros penitenciarios producto de la corrupción y desgreño que estamos combatiendo en las cárceles, pueden tener una idea de la magnitud del problema que no podemos resolver con romanticismos so pretexto de salvaguardar libertades que en nada se ven amenazadas.

Deseamos todos más seguridad en el corto plazo. Confíen en que estamos trabajando de buena fe y con ahínco para lograrlo. Es nuestra obligación.

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Publicado el 9 de agosto de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El menor y la calle

El menor y la calle

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José Raúl Mulino

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Deseo ocupar la columna de hoy a compartir algunas consideraciones en torno a la decisión del gobierno de decretar toque de queda para menores de edad en todo el país que rige desde el lunes pasado.

Inicio por aceptar que esa medida es una medida extrema, pero que responde a una situación también extrema. La delincuencia juvenil aporta hoy a la crisis de criminalidad que vivimos y sufrimos un componente importante. No es casual que estemos culminando las recomendaciones para enmendar la ley que regula el tema luego de algunas semanas de análisis interinstitucional. Filosofar o ponderar las bondades o no de la medida nutre a los académicos pero no le resuelve al país una parte del problema de seguridad que tenemos y sentimos como una prioridad nacional.

La queja de padres de familia que he escuchado guarda más relación con la sanción pecuniaria que con la responsabilidad que como padres tenemos de mantener a nuestros hijos menores alejados del peligro que representa el estar por las calles a horas inapropiadas y en lugares también de similar características. He dicho, quizás de manera cruda, que es más fácil asumir la responsabilidad paternal o pagar los cincuenta dólares de multa que pagar el costo de los funerales de un hijo. Y allí centro yo el debate. Si han fallado los sistemas o si la educación es deficiente o si la criminalidad ha absorbido en muchos hogares el núcleo familiar, puede ser materia de interminables análisis y de compartir elocuentes estadísticas. Pero mientras, el problema subsiste diariamente y ese debate no puede detener la responsabilidad indelegable del gobierno de poner orden en ese componente de la ola de criminalidad.

Afortunadamente me queda solamente una hija menor de edad. Pero créanme, que cuando empiezo a tratar de poner las reglas en orden y de advertir sobre el peligro de las calles en mi propia casa, no me convierto en el padre más popular, pero no por esas discusiones debo ceder y permitir que nada pase. Igual opera para mis otros hijos ya mayores de edad que no simpatizan con la idea del eventual cierre de discotecas a alguna hora razonable de la madrugada, no porque ellos sean de los que cierran las mismas, que no lo pueden ser, sino porque la moda es llegar a esos sitios a media noche. Pienso que la sociedad como tal debe hacer su aporte a la solución de un problema de tanta magnitud que ojalá no se logre su entendimiento a costa de experiencias tristes como debe ser la pérdida de un hijo víctima de la calle y sus peligros.

Aspiro a que nos ayuden como sociedad a llevar tranquilidad y seguridad en mayores proporciones a cada hogar panameño, pero la responsabilidad no es sólo del gobierno sino de todos, cada quien aportando lo que puede y debe en la búsqueda de una solución que estoy seguro todos como país exigimos.

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Publicado el 2 de agosto de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

¿Cuándo se nos complicó el país?

¿Cuándo se nos complicó el país?
José Raúl Mulino

Por una feliz iniciativa de mi amigo Carlos Valencia, el martes por la noche nos reunimos unos 30 dirigentes de la Cruzada Civilista para dar inicio a varios proyectos, entre ellos la publicación de un libro que recoja testimonios e historias de ese histórico movimiento nacional por rescatar la democracia, la justicia y la libertad para Panamá.

Igualmente, nos rindieron a Sandra Escorsia y a mi persona un testimonio de amistad y apoyo en nuestras gestiones en este gobierno, ambos en cargos complejos. Aproveché mi intervención ante los amigos Cruzados para referirme un poco a la situación del país en materia de criminalidad, corrupción y delito, habida cuenta el cúmulo de información que he podido asimilar en estos veintitantos días de gestión. Inicié preguntando, ¿dónde se nos perdió el país?

Aunque el título de hoy es otro, viene de esa pregunta. Pude reflexionar con ellos los objetivos e ideales de aquella gran lucha y cuánto ha pasado desde entonces que nos tiene a un país, por un lado con un inmenso futuro promisorio y lleno de grandes retos, y por el otro uno lleno de problemas, delincuencia, corrupción generalizada y penetrado grandemente por el crimen internacional.

Duele mucho decirlo, como dije esa noche, pero el problema es muy grave y profundo y no es sólo del gobierno sino de una sociedad que, salvo las excepciones de toda regla, es altamente corrupta. Independientemente de la clase social, hay corrupción en todas las capas sociales y una cultura de juega vivo que ha hecho colapsar esperanzas y sistemas y que ahora que los tiros -literalmente hablando- nos pegan cerca, como que nos preocupamos algo.

Reflexioné y dejé sembrada una pregunta: ¿cuánto le ha costado al país la abstención de muchos panameños decentes y capaces de participar e interesarse por el rumbo de la Nación? Pasada la era militar, iniciamos un proceso de olvido del país como tal. La clase política hizo, y para nada bien, su trabajo y el resto del país se dedicó, el que pudo, a hacer dinero y el resto a ver cómo sobrevivía o lograba un empleo digno. Pero el rumbo de la Nación, como me ha tocado oírlo y con tristeza, era, y aún sigue siendo para muchos, de los “pendejos” que por años venimos haciendo algo por éste o que nos hemos comprometido en la vida pública a brindar tiempo a cargos gubernamentales, en esta nueva etapa, para luchar por ese impostergable cambio. Para la gran mayoría el problema aún es ajeno.

Al final, les dije, o nos incorporamos todos en otra cruzada para reforzar la institucionalidad, sanear de corrupción al país y mirar más de cerca su rumbo, o pronto tendremos situaciones de mayor ingobernabilidad. Sencillo, pero preocupante. Entendamos bien, no sólo es tarea del gobierno. Este sólo lidera la lucha, pero la sociedad debe responder y comprometerse. Rescatemos el tiempo perdido y la indolencia ciudadana.

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Publicado el 26 de julio de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Panamá y Colombia

La opinión del Abogado y Ministro de Estado

JOSE  RAUL  MULINO
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Panamá y Colombia

No es la primera vez que escribo y comento de la importancia de la relación de ambos países. Hoy de manera oficial puedo decir que la misma se ha relanzado a partir de la visita que el Presidente Martinelli hizo a mediados de junio al Presidente Uribe y de la que éste hizo a Panamá con ocasión de la transmisión de mando. De ésta salió la fecha para la primera reunión que acabamos de tener en Bogotá todos los estamentos de seguridad de nuestro país con nuestros homólogos al más alto nivel de Colombia.

La agenda comprendió, de manera fundamental, el establecimiento de mecanismos de cooperación en todos los órdenes para coordinar nuestras actividades bilaterales y resolver en conjunto problemas comunes como los migratorios, fronterizos, narcotráfico, terrorismo, aduaneros, policiales, penitenciarios, comerciales, entre otros. Ya a partir de la otra semana se activan reuniones técnicas bilaterales, aquí y allá, para abordar las agendas correspondientes. Empezamos entonces una relación activa para resolver problemas que el Presidente Martinelli la ha ubicado al mismo nivel de Washington, concepto éste que he venido recomendando a través de los años por la importancia del vecino país.

Igualmente, tuve la ocasión de visitar una prisión de media y baja seguridad, mixta pero independiente, en el Departamento de Cúcuta, fronterizo con Venezuela, que está próxima a ser inaugurada. Como es sabido, el tema penitenciario también forma parte de la estrategia integral de seguridad y personalmente, a partir de la visita que hice a la Joya y Joyita y que seguiré haciendo a los demás centros penitenciarios, he tomado personal interés al tema para ir resolviendo el grave problema de hacinamiento y corrupción que impera hoy día en nuestros centros penitenciarios.

El día viernes hice el nombramiento del nuevo Director del Sistema Penitenciario, Lic. Diomedes Kaa, quien junto a un grupo de nuevos custodios que nombraremos próximamente, visitarán Colombia para ser instruidos por el INPEC , instituto a cuyo cargo está el manejo integral de sus centros carcelarios. En este sentido, estoy coordinando e investigando todo lo concerniente a la construcción de nuevas cárceles para Panamá y Colón de manera urgente e iniciar el próximo año, cárceles regionales que suplan la inexistencia de las mismas en todo el interior. Compleja la solución de todo el tema. Me sorprendió mucho que este diario en su leída columna EL PULSO DE PANAMA de reciente data minimizara el mismo, obviamente sin pedir ninguna información que con gusto le hubiera dado.

En mi breve entrevista con el Presidente Uribe y más temprano con el Canciller, me permití proponer que reevaluáramos reactivar la Comisión de Vecindad Colombo-Panameña, mecanismo de gran utilidad para avanzar en temas diversos que competen a ambos países y sus agendas.

Fue una visita exitosa y sobretodo el gran marco de amistad y cooperación demostrada por todas las autoridades de Colombia al más alto nivel. Como Jefe de esa delegación oficial, nuestro agradecimiento y reiteración de compromiso para seguir y avanzar en la solución de nuestros mutuos problemas.

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Publicado el 19 de julio de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde

Teoría del ejemplo

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Teoría del ejemplo

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José Raúl Mulino – Ministro de Gobierno y Justicia

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Mi fallecido y querido amigo Alberto Conte, en no pocas ocasiones me hacía alusión a la teoría que menciono hoy para explicarme cómo el ejemplo influye positiva o negativamente en el actuar de la gente o, simplemente, en el modelo a seguir. Publicista al fin, sabía de qué hablaba en esta materia.

Lo sucedido esta semana respecto del relleno interminable de Figali manda varios mensajes. Se acabó el relajo respecto de las concesiones del Estado. El moroso debe pagar y estar al día. No hay privilegiados ni impunes. Las autoridades en general deben sentir en la ley su respaldo, y aquellas llamadas a hacerlas cumplir, hacerlo. La era de los monos gordos terminó, etc. Es un precedente en la historia presidencial, pero que se identifica con el hastío de muchísima gente que siente que hasta hace poco el país iba a la deriva.

El ejemplo dado para nada debe interpretarse, como ya he escuchado, equivalente a un llamado para que cada quien se tome la justicia o similar por sus manos. Lo hecho en este caso fue precisamente que ni la autoridad ni la justicia hicieron su trabajo completo y venció el intocable por buenos años hasta que se encontró con su Elliot Ness.

Igual estamos tratando de hacer en otras dimensiones del accionar público. Esta semana que terminó se dieron conatos de cierres de vía. En Colón, por ejemplo, un grupo conocido, Modesco, protestó dentro de los parámetros de la ley y la Constitución. La Policía y el Alcalde en coordinación pudieron dialogar, resolver y evitar que el derecho de tránsito, del mismo rango constitucional que el de protesta, prevaleciera también para los terceros no parte de la situación. Igual en dos otras áreas, incluso en temas de precarismo. Es cuestión de ir actuando y educando con el ejemplo. La misión de la institución que dirijo no es confrontar, es resolver. Preservar el orden público es parte del ordenamiento jurídico del país y estamos para hacerlo cumplir. Así las cosas, hemos comenzado un plan de prevención a nivel de las instituciones que poco a poco irá siendo más abarcador para evitar que los descontentos populares o los incumplimientos de los deberes de los servidores públicos sean la raíz de otros problemas que degeneran en confrontaciones.

En pocos días he podido constatar que al país le hacía falta gobierno, cosa que mencioné intuyéndolo desde fuera en varios de mis escritos e intervenciones públicas. Hoy, ese ejemplo que me decía Alberto, estamos tratando de darlo a toda costa y la dedicación es constante y ningún subalterno puede decir que el jefe no trabaja o que anda en cosas raras. Así debemos continuar. Eso es parte del “cambio”. Estoy seguro de que esa sola característica marcará pautas de eficiencia y mejoramiento, en adición al freno de la corrupción al ver que las cabezas no estamos aquí para enriquecernos sino para cambiar genuina e integralmente este país que tanto lo exige.

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Publicado el 12 de julio de 2009 en el diario El Panamá América a quien damos todo el crédito que le corresponde.

Mi siguiente etapa

José Raúl Mulino -Ministro de Gobierno y Justicia

El compromiso asumido a partir del 1 de julio produce en mí reflexiones personales muy profundas. Pasan por mi mente los años transcurridos, las experiencias vividas y sufridas, los amigos idos y los presentes, el crecimiento de mis hijos, inexistentes cuando empecé, mi desarrollo y evolución profesional, mi vida política; en fin, todas las experiencias y vivencias que pienso han enriquecido esa vida y son la base y el soporte fundamental para la tarea por delante.

En estas últimas semanas, les confieso, las manifestaciones de respaldo hacia mi persona, incluso por quienes no me conocen, han abierto un espacio muy grande a mis reflexiones. Toda esa gente que aspira a un cambio, busca, quizás, en esas manifestaciones voluntarias, que agradezco infinitamente, transmitir la desesperación que tienen por la gran inseguridad ciudadana que sienten, compromiso este al que dedicaré la gran parte de mi esfuerzo. Todos sentimos que allí está la esencia de esta primera fase de gobierno.

Poco a poco me he venido involucrando en las profundidades de esta institución. Entre sorpresas y descubrimientos, no cabe duda, el país tiene problemas cuya solución debemos encontrar de manera coherente y rápida. Siento que la paciencia nacional es ya corta. Los inherentes a la seguridad son la base de todo lo demás que gira en la esfera de la gran base social. La ilusión vista en la gente de Las Garzas de Pacora en el primer gabinete y los cuadros de abandono y pobreza en que viven, confirman que a tan solo 45 minutos del centro de la ciudad, tenemos miseria, delincuencia, abandono y desesperanza. Es la realidad y de seguro realizaremos ese ejercicio en otras partes que, lejos de verse como populista o demagógico, transmite con sinceridad el esfuerzo que como gobierno estamos tratando de hacer, a pesar de todos los contratiempos, que no serán pocos.

Ver hacia atrás y “culpar al gobierno anterior” no es opción, a mi juicio. Nuestro deber es gobernar el país bajo la conducción del Presidente Martinelli y tomar decisiones de Estado y gobierno que vayan dando rumbo a tanto desgreño junto.

Me da el destino un retorno de gran dimensión a la vida pública como parte de un gobierno. Hoy, a diferencia de hace 20 años cuando empecé, inexperto y hasta soñador, he conocido en el camino lo que es pensar y estudiar al país, aportar cuando se ha podido y vivir con intensidad la planificación y ejecución de un gran proyecto renovador e incluyente, que busque más unidad que confrontación y más modernidad que lo desgastado y fracasado de las viejas prácticas.

Como he dicho, soy un hombre de equipo y como tal emprendo, junto a él, esta nueva ruta, confiado, como estoy, de poder cumplir nuestras metas y ayudar a que este gobierno de verdad cambie a Panamá. Asimilo día a día mi nueva vida y el estilo que me impone así como a los míos por obvias razones. Pero voy ajustando el ritmo mientras aprendo y ejecuto. De eso se trata. Tiempo habrá para ver dentro de unos años hacia atrás y, cuando inicie mi siguiente etapa, sentir que cumplimos y que Panamá avanza por mejores tiempos.

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Publicado el 5 de julio de 2009 en el diario el Panama América a quien damos todo el crédito que le corresponde.

Crónica roja

Crónica roja


José Raúl Mulino

Hace tiempo ya que vengo analizando si escribo o no del tema. Pero últimamente la verdad es que es demasiado ya. Ver los noticieros de las televisoras, los programas que los anteceden y algunos especiales que semanalmente han empezado a salir, anunciados con una espectacularidad digna de mejor causa, me movieron a tocar el tema.

Cierto es que el país atraviesa una profunda y compleja crisis de criminalidad. La he llegado a comprender mejor ahora que la he podido estudiar y que me propongo llevar al conocimiento ciudadano a nivel nacional para que todos entendamos el país que tenemos, las causas diversas que inciden en la misma y la necesidad de atacarla como un real problema de Estado, sin eludir la responsabilidad que tenemos de dirigir semejante empeño. Pero de allí a aceptar que de la misma se debe lucrar y difundir como “show”, es otra cosa.

Hace unos años cuando visitó al país un mandatario extranjero, en el almuerzo de la Cámara de Comercio salió el tema en la mesa. En ese tiempo comenzaba el género de noticias y programas. Una destacada periodista de uno de los medios confesó que muy a pesar de ella el problema giraba en torno al “rating” y que los anunciantes pautaban mucho y seguido por eso, porque al panameño le gusta comprar violencia. Me sorprendí tanto que me quedó en la cabeza semejante aserto.

Hoy son, para mí, imposibles de ver tales programas, al punto que ya no veo noticias. Simplemente leo los resúmenes que recibo o los periódicos que me interesan leer. Alguien me comentó que el presidente Uribe tuvo grandes diferencias con un grupo televisivo que llevó a la pantalla una muy dura novela sobre carteles de droga. Argumentaba, me dicen, que volvieron a poner a Colombia como el país de los carteles luego del esfuerzo que él ha hecho por darle más seguridad y mejor imagen a Colombia.

Buen punto para analizar. La realidad es una cosa, pero la percepción puede ser mayor o menor dependiendo lo que se diga y se proyecte, más que lo que se haga. No es tapar la realidad, sino evitar profanar alrededor de un tema que nos mantiene a todos muy alterados.

¿Queremos colombianizar Panamá a través de los medios? ¿Queremos vender Panamá como un país de prostitutas, homosexuales, curanderos, brujos, abusos de todo tipo, violencia intrafamiliar entre otros de los temas objetos de estos programas?

Hoy la seguridad es prioridad para todos, pero no es sólo tarea del gobierno. ¿Esos anunciantes que pagan por vender violencia y que muchos la han sufrido en sus negocios y personal, no logran entender que son partícipes de todo eso gracias a sus pautas?

No por mi posición entrante opino del tema. Tampoco deseo que se me malinterprete por la vía de la censura. No se trata de eso. Es que simplemente son repugnantes, sin pretender ahora pasar por un santo.

Cultivar la violencia, el mal gusto o la ignorancia e incultura no puede ser el país en el que aspiremos a vivir. Pensemos bien las consecuencias, que ya se les va la mano con este delicado asunto de complejas y negativas consecuencias

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Publicado el 28 de junio de 2009  en el diario El Panamá América a quien damos todo el crédito que le corresponde.