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La opinión de…
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Levana Melamed Núñez –
Es triste ver cómo se van vaciando las oficinas, cómo cada día se despiden más y más compañeros, cómo quedan huecos en puestos importantes. Es lamentable ver cómo profesionales preparados, con experiencia, pero sobre todo con entusiasmo de trabajar, de aprender, de aportar a nuestro país, se van de las instituciones para dejar un hueco que solo los políticos saben cuándo se llenará de nuevo.
El asunto no es solo ver partir a unos, sino estar en la zozobra de si los que quedan serán parte del mismo ritual también; de si los que vengan serán igual de capaces, de interesados en los temas, de dispuestos a salir adelante, a dar seguimiento a los proyectos anteriores, a aprender de los que ya llevan años invirtiendo tiempo, esfuerzo y profesión en ello. Para los que se quedan las cosas no son color de rosa, hay acumulación de trabajo, falta de toma de decisiones, aumento de responsabilidades y descontento en general.
Peor aun es cuando se ve partir a personas que, con o sin título profesional, dedicaron años de trabajo al Estado, años de disposición y entusiasmo, mientras que en esas sillas quedan algunos que están solo por cobrar, que no les interesa la misión que deberían cumplir, que les da igual que unos vayan y otros vengan, que además no están preparados para el puesto que ocupan y, peor aun, no tengan interés alguno en superarse y dar lo mejor de sí para cumplir con la responsabilidad que aceptaron en su momento.
Las instituciones gubernamentales están al servicio del Estado; es decir, de todos nosotros que somos ciudadanos de este país, no al servicio del gobierno de turno. Lastimosamente esto es solo teórico, porque con cada cambio de gobierno vienen miles de despidos, sin importar el desempeño del funcionario que destituyen, sin importar si su labor fue importante.
Muchas veces el trabajo que unos empezaron queda en la nada, porque el que viene no tiene interés en el mismo o porque la disputa entre quien va ocupar el puesto es tan larga que pasan semanas antes de que llegue, y mientras los demás cargan con más de la cuenta, el trabajo se atrasa, la gente se decepciona, se agota.
Ya sé que hay una mala fama o había en relación a los funcionarios, sin embargo no se puede meter en un solo saco a todos, hay quienes sí quieren y disfrutan su trabajo, sin embargo como todo ser humano, si jalas la carreta solo por mucho tiempo en algún momento te vas a cansar.
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<> Este artículo se publicó el 18 de noviembre de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos de la autora en: https://panaletras.wordpress.com/category/melamed-nunez-levana/
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