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La opinión de…
Joany De Gracia –
Hasta hace poco la mayoría de los capitalinos con solo abrir el grifo tenía agua potable a su disposición, un privilegio que en vez de ser valorado se despreciaba despilfarrándolo. Mientras a muchos les llega, otros la derrochan lavando autos, pisos y llenando piscinas.
La escasez de agua potable, producto de las inclemencias del tiempo y otros factores, es una lección para que aprendamos a valorarla. Las imágenes que muestran a centenares de panameños desesperados por llevar algo de agua a sus hogares, antes sólo la veíamos en fotografías de países de África, donde escasea.
Muchas dificultades hemos pasado en más de un mes. Suficiente para comprender que sin este vital líquido la vida se extingue. Después del aire, el agua es la sustancia más necesaria para sostener la vida; sin alimentos el hombre puede vivir por más de un mes, sin agua solo una semana.
Con el agua avivamos los ojos aún soñolientos, nos aseamos, calmamos nuestra sed, preparamos los alimentos, limpiamos la casa, regamos las plantas, funciona el inodoro, los restaurantes, y los engranajes de las industrias.
El agua da vida a nuestro cuerpo. Estamos compuestos por 65% de agua y necesitamos tomar al menos ocho vasos de agua al día para estar saludables.
De acuerdo a los expertos, el futuro del hombre en cuanto al agua es terriblemente crítico. Se prevé que en lugar de ducharnos nos limpiaremos con toallas húmedas y nos alimentaremos mediante cápsulas. Las probabilidades de vida serán muy cortas y las enfermedades gastrointestinales, urinales e infecciones de la piel serán las principales causa de muerte. Nuestros predecesores no dejarán de maldecirnos por ello. Aunque suene a ficción, vamos camino a convertirlo en una realidad.
El mundo estará literalmente muriéndose de sed, debido a la contaminación y al despilfarro actual del vital líquido. En el mundo hay mil millones de personas que no tienen acceso al agua potable.
El último Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos indica que el 67% de la población (unos 5 mil millones de personas en todo el mundo) seguirá sin poder acceder a agua potable en 2030.
Hace falta desarrollar una cultura del agua y eso significa trabajar los valores y las creencias. Creemos que hay una cantidad ilimitada de agua en el mundo, cuando en realidad sólo el 3% del 70% del agua que cubre la superficie terrestre, es dulce.
Afortunadamente, aún estamos a tiempo de detener semejante desastre. Panamá es un país rico en recursos hídricos, pero sin no lo manejamos bien vamos a tener una verdadera crisis, no la que estamos afrontando producto de factores climáticos.
Es tiempo de que tomemos conciencia de esta situación que ya afecta a muchas regiones del mundo. Es responsabilidad de todos preservar este invaluable recurso natural, haciendo uso racional del mismo, no contaminando los ríos y afluentes, cuidando la flora, sembrando árboles. Todos podemos aportar nuestro granito de arena para mantener con vida nuestro hogar: el planeta Tierra.
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<>Artículo publicado el 15 de enero de 2011 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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