Consulta estilo panameño

La opinión de…..

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Rolando Anguizola Brenes

La actividad de consultar se manifiesta en dos vertientes, la que busca opinión de expertos en determinada ciencia o arte y por otra parte, la que pretende indagar el parecer o preferencia de la población en asunto que le afecta. Tomo de ejemplo la pena de muerte, materia de estudio para técnicos como sociólogos y criminólogos, pero también compete al pueblo y principalmente a las víctimas de homicidas, secuestradores y violadores.

La consulta por vía de una encuesta es el método más racional, técnico y efectivo para averiguar la opinión de una colectividad humana. Sin embargo a los panameños nos resulta difícil digerir resultados obtenidos con el escaso muestreo de 1300 – 1500 cabezas en 3 millones de habitantes; la encuesta imparcial y científica es tan precisa que no veo lejano el día en que la selección de los más importantes funcionarios del orbe se realicen con un simple muestreo de la que anticipadamente estoy bautizando con el nombre de Autoridad Encuestadora Oficial. En las elecciones presidenciales panameñas ya estamos acostumbrados a que el Tribunal Electoral “cante” al invariable ganador cuando a las 7 de la noche se manifiesta la tendencia del electorado con un 5 a 10 por ciento de los votos escrutados. Ojo, no estamos sugiriendo dar valor a empresas chuecas que venden sus resultados al mejor postor para dar crédito a mentiras, cuyos responsables debieran ser castigados con pena de cárcel.

No conozco un país en que las encuestas tengan valor vinculante como si fuesen ley, pero son instrumento de uso generalizado por industriales y comerciantes así como políticos, en campañas electorales o persiguiendo conocimientos u objetivos propios del oficio. En Panamá está de moda el tema por el abierto interés del gobierno de recurrir a la consulta pública (¿referéndum?) para determinar el querer o deseo de la población en algunos asuntos todavía no precisados. Líneas arriba he mencionado la pena de muerte, pero también están vivitas en política activa, cuestiones como la reelección, la estatización de las provincias, cambios en el método de escogencia de los supremos magistrados, libre postulación presidencial, el Tapón del Darién, la basura del alcalde.

Numerosos temas de probable “consulta” enrarecen la política nacional al extremo de que algunas personas los resumen en la necesidad de una nueva Constitución Política, lo que es igual a: todo un país saltando sobre el fijo de la navaja. En el asunto constitucional no estamos navegando en un mar electorero, es el caldo político más agitado del país, que – con o sin consulta – se ha tragado más de un Titanic. Ruego a Dios que nuestros gobernantes se iluminen y retiren o modifiquen sustancialmente el proyecto de ley de la consulta popular, recién presentado por el ejecutivo, a consideración de la Asamblea Nacional, que al rozar el tema constitucional toca la esencia política de nuestra Nación.

No hay lugar sobre la tierra, libre de terremotos y tsunamis cuando un grupo o clase dominante intenta por medios directos o indirectos, cambiar la Carta Fundamental. Tocando estructuras jurídicas primarias por vía de la consulta popular, pretendiendo obviar el referéndum constitucional, caemos de cabeza en la Atenas de Pericles. Pero en este siglo XXI, el país queda hollando arena movediza que más asemeja un guacho hirviente al estilo panameño.

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Este artículo se publicó el  27  de mayo de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Re-Constituyente

La opinión de….

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Rolando Anguizola B.

En este país hay jarabes, ungüentos y píldoras que médicos y seudo curanderos, recetan para tratar muchas dolencias, así mismo de manera cíclica nos recomiendan el purgante de las siete potencias que zafios y politólogos recetan para curar los males de la mismísima patria que nos vio nacer.

A todo primer mandatario, al inicio del nuevo gobierno, la re-constituyente le es propuesta como alfombra mágica para volar más allá del plazo fatal de (apenitas) 5 añitos de gobierno; con plañidera voz lo aconsejan un coro de amigotes, compañeros de viaje y sabihondos del círculo íntimo que como la mujer de Lot en el primer revés se convierten en estatuas de sal.

Otro grupo, ajeno al gobierno, toma por asalto los medios de comunicación, pretendiendo convencernos de que la fatal enfermedad que padece la Nación tiene la misma cura segura: Una constitución moderna para el país de Panamá, pero tiene que ser escrita por ellos.

Lo último, en una movida inesperada, desesperada y tangencial, los Doens del PRD sugieren que el mejor purgante para la goma de mayo es eliminar la constitución del 72, suprema creación del primer Torrijos de nuestra reciente historia revolucionaria.

Según los más recalcitrantes re-constitucionalistas, la carta magna que tenemos es un adefesio engendrado por un grupejo de juristas borrachos al mando de los militares del 68 y alegan que nuestra ley de leyes se ha convertido en una colcha de retazos, inservible para enrumbar la nave del Estado hacia el destino manifiesto de Panamá.

Ignoran la historia de países centenarios que depuran su ley suprema en la jurisprudencia y no por casualidad son los pueblos más desarrollados y destacados del mundo moderno. Sin dudas ni ambages, estos gurús predicen que la re-constituyente es un salto al infinito, a la presidencia llegarán estadistas preclaros elegidos por voluntad de Dios y en las alturas brillarán como luceros doctores de todas las ciencias y las artes, magistrados y sabios ministros tocados con el cayado de Pedro gobernarán la nave del Estado.

Los auto ungidos constitucionalistas depositarios divinos de la voluntad ciudadana, en plan optimista aducen que no es difícil que el país se regale una nueva constitución, simple cuestión de aprovechar la oportunidad, como hicieron nuestros próceres al independizar el país en 1903 o remedar el carisma despótico del joven doctor Arnulfo Arias del 41, que en contra vía generó dos constituciones en menos de un lustro, contando la de 1946 provocada por el golpe que lo defenestró.

También podemos darnos una nueva carta copiando las circunstancias histéricas del Golpe de Estado de la milicia del año 68.   Como ven, es facilísimo servirnos una re-constitución a la medida de los abundantes y convincentes argumentos de estos doctos personajes del patio limoso que el público reconoce a diario por lo enjundioso, insultante y vacuo de su verborrea.

Ignoran que derogar una para imponer otra constitución solamente es viable mediante el golpe estilo Omar Torrijos o de insurgentes como Fidel Castro y la otra avenida constituyente es conformar una amalgama compacta de grupos variopintos que en conjunto integran el gran cuerpo y el alma nacional. Idem ver juntos y revueltos al CD con arnulfistas y PRD, la Cámara de Comercio con el SUNTRACS, ambientalistas con mineros, religiosos con ateos, tirios y troyanos, etc. etc.

En tanto en el Panamá de hoy no imperen las armas o un pacto cívico de los grupos de presión y de poder, tendremos que conformarnos con –de vez en cuando- hilar otro retazo a la colcha constitucional que mal o bien nos cobija.

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Este artículo se publicó  el  28 de marzo de 2010 en el Diario El Panamá América, y el 12 de abril de 2010 en La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Este año también amanecerá más temprano

 

La opinión del Abogado……

ROLANDO ANGUIZOLA B. 

Gobierno Nacional estremece a la opinión pública. Titulares: Ejecutivo dicta ordenanzas al jefe de la policía :

Hoy, a las 5:00 a.m., la brigada especial de los Pasamontañas fue asignada a controlar las rutas de buses urbanos en la ciudad capital.   En las primeras dos horas de trabajo interceptaron 140 “ diablos rojos ” con infracción de regatas, exceso de velocidad, luz roja, y conductores en fuego inmediatamente arrestados.   Conforme a la reciente ley de protección ciudadana, los jueces de tránsito cancelaron cupos y también metieron presos a los verdaderos propietarios de los buses.   Apenas dos horas después de entrar en funciones, los Pasamontañas recibieron órdenes de retirarse de las calles, porque en menos de 24 horas la ciudad hubiera caído en grave crisis por falta de transporte público.   “ Con los inspectores de tránsito no tenemos esos problemas ”,   dijo el Comisionado de turno.

Importante reforma de ley municipal : La Asamblea Nacional pasará con urgencia notoria una ley para dividir la Alcaldía capitalina en dos periodos anuales; el primero que corra de enero hasta noviembre y el segundo exclusivo para el mes de diciembre.   El alcalde elegido para diciembre tendrá como única ocupación, garantizar un jolgorio de 31 días en que habrá villas navideñas de todo tipo con duendes, santitos, payasos y extraterrestres. Se confecciona ropa con bordados especiales para el “ Santoclos ” más gordo, que caminará por la Cinta Costera seguido de una cantata adulante, un coro de villancicos que funcionará día y noche, para garantizar otro record mundial. Los 20 niños que más asistan serán nombrados concejales de la próxima Navidad, con salario de cuatro cifras, sin derecho a reelección.

Premio a la incultura mediática : El reputado literato monseñor Dimes Laparola Brutta, presidente vitalicio de la Academia Panameña de la Incultura, ha invitado a conferencia de prensa para otorgar los premios Laparola 2010.   En esta ocasión se han omitido los medios escritos, porque el amarillismo panameño apenas si ha logrado rebasar los linderos del mal gusto, la chabacanería y el anuncio porno.  El premio principal, orejeras unidas por un cordel del más fino algodón, corresponde al mal gusto de los videntes del programa de TV El plátano. Menciones especiales corresponden a los más populares directores de programas de opinión, por haber permitido a diario riñas y mentadas de madre, precedidas de: “… con el perdón de los oyentes …”. El Ministerio de Educación mostró agradecimiento por esta importante contribución a la chabacanería del vocabulario popular.

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Publicado el  25  de enero de 2010   en el Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

La niña que mora en el Club de Yates

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La opinión del abogado…..
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ROLANDO  ANGUIZOLA

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El Club de Yates y Pesca de Panamá, no es un ente jurídico, es la unión de 680 familias, que por estatuto no realizan actividades de lucro.

Sin embargo, desde inicios del proyecto Cinta Costera, construido encima del club, los socios hemos recibido granizadas de críticas que han tenido el efecto de provocar nuestra demonización.

Mucha gente nos aborrece, ignorando el sacrificio de una organización que aceptó la destrucción de sus bienes patrimoniales en beneficio de Ciudad de Panamá.

De tanto ver figuritas repetidas, hemos aprendido a identificar la lista corta de los adversarios y detractores, nombres que frecuentemente se repiten y por simple asociación deductiva permiten ver en la penumbra, retratos hablados de gente ambiciosa, sin mayores escrúpulos para traicionar a sus allegados de ayer (o del presente) y que no hacen diferencia entre destruir al competidor que estorba o perseguir un club, que no posee caja registradora.

Para las sombras, el nuevo relleno del club sobre el que están nuestras lanchas, arracimadas a la intemperie, en sabias manos (de ellos), puede ser transformado en utilidad de cientos de millones de dólares como el (sic) anfiteatro, un centro comercial exclusivo en el mejor estilo de Bayside y refugio para yates o veleros extranjeros en beneficio de la alta clase internacional, etc.

Para las familias del club, el fondo de mar que de manera precaria ocupamos en el presente, solamente es una estación que facilita la operación de nuestras embarcaciones y las actividades deportivas, sociales y altruistas a las que nos hemos dedicado por más de cincuenta años.

Al pastel envenenado que hoy día es el club, los “ tycoons ” (apelativo que les encanta), le han bautizado con el nombre clave “ La Niña ”, sueñan que es una hija en proceso de adopción, que ansían agregar a la prole de sus muchos negociados.

La Niña también es el nombre de la última “ nao ” del Gran Almirante, una carabela rebelde, con velas cuadradas y sin rizos, que por lo difícil de obligarla con golpes de timón, al navegar necesitaba un piloto muy avezado en las artes marineras.

La Niña nuestra también es rebelde, difícil de conquistar, porque cumplió 53 años enfrentando mares tormentosos y con esa edad tiene suficiente experiencia para no caer en manos de cualquier capitán de industria que le haga caritas.

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Publicado el 29  de noviembre de 2009 en el diario La Estrella de Panamá, a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Los veteranos del Yates y Pesca

La opinión del antiguo socio del Club de Yates y Pesca…..

Rolando Anguizola B.

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Los veteranos del Yates y Pesca

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El Club de Yates y Pesca de Panamá no vende pescado ni reparte dividendos.   Somos un grupo de los más viejos miembros de esta organización, fundada en 1956.   Por estatutos que son ley del club nos dedicamos al deporte marítimo, además tenemos como objeto defender y proteger el ecosistema de nuestro mar, con carácter altruista y sin fines de lucro.

Durante medio siglo hemos promovido el deporte de la pesca, el submarinismo y otras actividades similares, contribuyendo a la formación de nuestros hijos, nietos y demás familiares y amigos a quienes metemos en bolsillo roto por lo costoso de tener una lancha y porque el primer pez enganchado en la pesca es el dueño del yate.   Nuestra labor social es reconocida en las islas y sin esperar recompensa, por décadas hemos acudido en auxilio de gente en emergencias marítimas cuando una patrullera al servicio del Estado no ha estado en las inmediaciones. No perseguimos medallas ni aplausos, estas labores benéficas nos corresponden por tener la suerte de compartir el mar con otros panameños menos afortunados.   Además como recompensa, por nuestra confesada afición también nos toca una excelente cuota de placer porque en el mar la vida es más sabrosa.

El club no es de ángeles, sin embargo una cruel campaña pública ha teñido a miembros y familiares del mismo color con que pintan a los fatídicos buses diablos rojos.   Los detractores no advierten ni aceptan ni dan valor al hecho que el sitio asignado por el Estado en el año 1958, era un paraje desolado que al cabo de 50 años se convirtió en la multimillonaria avenida Balboa.

¿Nuestro mayor pecado? El destino cruel decidió que el club estuviera al paso del proyecto de Cinta Costera, lo que trajo en consecuencia la desaparición del primer club.   El antiguo Club de Yates y Pesca de Panamá fue arrasado por el Estado para construir la Cinta Costera, que hoy día bien sirve al pueblo panameño. En la destrucción del club se perdieron las edificaciones, instalaciones eléctricas y de agua, muros, rellenos, rampas, talleres, depósitos, etc., el duro trabajo e inversiones que hizo el club durante medio siglo de existencia.

Nuestra precaria posición del presente resulta envidiable y envidiada por gente que con todo gusto nos echaría a la porra para levantar una docena de torres de vidrio y acero.   Cediendo al daño ocasionado a socios y familiares, consideramos que los miembros están dispuestos a abandonar la plancha de concreto en que hoy día estamos hacinados y por tercera vez mudar el club a otro paraje desolado, pero en un Estado de Derecho los viejos no consideramos correcto que a las 680 familias del club nos echen sin justa indemnización. Si bien eso haría más felices a nuestros malquerientes y detractores.

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Publicado el 7 de octubre de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.