De impuestos, incentivos y subsidios

La opinión de……


Alexander A. Alvarado P.


Como producto de la reforma tributaria hemos escuchado que “… los que ganan más, que paguen más”. Esto sería correcto si todos pagan impuestos sobre la renta, sin embargo, resulta que la mayoría no paga nada (aproximadamente el 80%).

Casualmente este grupo que no paga impuestos sobre la renta es el que más recursos utiliza, tiene subsidio de luz eléctrica, usualmente no paga agua ni tasa de aseo. Y si por casualidad su casa fue “financiada” por el Banco Hipotecario tampoco paga casa (o nunca pagó). ¿Qué bien?  Como no les cuesta, no lo aprecian.

Obviamente, no se puede generalizar, pero este grupo casualmente no ahorra energía, permite que se bote el agua y no le importa con la basura.   Ahora bien, también es el grupo que consume más bebidas alcohólicas y es esa la razón por la cual se consume más cerveza que leche en este país. También es la razón por la que hay más cantinas y bares per cápita que templos o iglesias o centros educativos.    Aparte, son usuarios de las casas de ocasión y, ahora, de las casas de masajes. Luego de recibir el pago, se toman las pintas, y lo que queda lo llevan para la casa para la comida de los pelaos.

“… los que ganan más, que paguen más”. Excelente. Hablemos de los que pagan impuestos y que subsidian a la mayoría. Tampoco se puede generalizar. Usualmente, son los que hacen un esfuerzo y gastan el doble porque pagan para que sus hijos reciban educación privada (porque la pública …), pagan por atención médica privada (porque la Caja de Seguro Social …) y ahora pagan para complementar su jubilación (porque la Caja de Seguro Social…).

Saben de esfuerzo y trabajo arduo. Ahorran agua, luz y pagan su hipoteca. ¿Y adivinen qué? – no cierran las calles.

¿Y los impuestos? Los impuestos también sirven para incentivar o desincentivar actividades y comportamientos en los ciudadanos, según la política de Estado que tenga el gobierno de turno.

En mi opinión, todos deben pagar impuesto sobre la renta, pagar el agua, la tasa de aseo y la luz sin ningún subsidio. Además, se debe poner un impuesto muy alto a las bebidas alcohólicas y los usuarios de las casas de ocasión. Y, como complemento, se debe regular el número de establecimientos de expendio de licor.

El paternalismo mata la esperanza. A un alumno que saca 4.9 no le ponen 5.0, pero al que saca 2.7, 2.8 ó 2.9 le ponen 3.0. Se incentiva al que dio menos esfuerzo. Y esto ocurre en todos los ambientes. Se otorgan becas por amiguismo y no por excelencia.

En el ambiente laboral puede ocurrir que se le da una promoción no al más capaz sino al que tiene influencia o por amiguismo. Se otorgan moratorias a los que no pagan y ningún descuento a los que cumplen y pagan.  ¿Y cuál es el efecto?  Frustración para los que se esfuerzan y cumplen, y el sentimiento de juega vivo para los que viven pasándola.

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Publicado  el   16  de  enero  de 2010  en   el  Diario  La  Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.