‘Al pan, pan y al vino, vino’

La opinión de…

Laura Pedreschi Janson

Aprovechando el Mes de la Patria, cumplo con la responsabilidad ciudadana de no ser una observadora pasiva, demandando que este gobierno ponga un poquito de buena intención, respeto y transparencia en la explotación de nuestros recursos hídricos.   Es la única manera que podremos cumplir con nuestra demanda energética.

Ha pasado un año desde que me tropecé con el tema de las hidroeléctricas; aprendí tres fáciles lecciones:

1. La rentabilidad de las hidroeléctricas para con la Nación: Estos proyectos debieran representarle al Estado cuantiosas ganancias proporcionales a las ganancias de estas empresas. Mas no es así.

Calculamos que una hidroeléctrica pequeña de cinco megavatios produce anualmente $5,256,000.00. Pueden estar seguros que esa empresa no pagó suficientes impuestos al Estado. Son nuestros recursos hídricos, su materia prima, convertidos en indecentes ganancias en relación a su inversión. Eso no es rentable ni correcto y no nos conviene el negocio de esta manera. Seguramente se podría aplicar algo parecido a lo hecho recientemente en la Zona Libre de Colón. Si cobráramos debidamente, el Gobierno Nacional cubriría con dignidad y holgura nuestras necesidades básicas.

2. Responsabilidad social y ambiental: Los estudios de impacto ambiental constan de dos partes: ambiental y social. La mayoría de esos estudios vigentes aprobados antes de la Ley 30 dan ganas de llorar por lo básico que son y por la forma arbitraria en que se dan. Para todos los efectos, hay cero aporte social y muchos problemas nuevos.

Al preguntar a una dirección regional, si tal y cual empresa había cumplido, o no, con la responsabilidad social, la respuesta fue una clásica “cantinflada”: muchas palabras sin contenido alguno. Y cuidado que la otra autoridad competente le acepta la entrega de energía a la misma empresa, sin haber cumplido ese compromiso con el pueblo. Pueblo que no cuenta siquiera con aceras ni cunetas debajo de los postes de la línea de transmisión.

3. Seguridad igual tierra de nadie: Estas empresas debieran regirse bajo los más altos estándares de seguridad de proyectos en países desarrollados, o sea, sin improvisaciones y con seriedad. Las condiciones de trabajo en los túneles son precarias. De sobra sabemos que el Estado no cuenta con mecanismos de supervisión adecuados para con estos trabajos e instalaciones.

Recientemente una entidad gubernamental no encontró nada malo con la instalación de ciertas líneas de transmisión. Que si es, o no, “legalmente correcta” afecta la seguridad vial.   Para acomodar la instalación cortaron un poste de madera existente y pretenden dejar que dos postes con 34 mil 500 voltios encima, y con medidores que cuantifican la energía a ser vendida, queden a 2.20 metros y a 2.50 metros del cordón de la calle. ¡Peligro, peligro!   A lo Perdidos en el Espacio, un programa de televisión de antaño.

Conclusión: Las autoridades gubernamentales apoyan a ciegas a las empresas privadas, yendo en contra de nuestros intereses y el pueblo, decepcionado, frustrado o apático, no custodia sus haberes.

Velemos por nuestro suelo, que es el único oro en polvo que Dios nos ha legado. Para mañana será tarde.

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<> Este artículo se publicó el 25  de noviembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que a la  autora, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos de la  autora  en:   https://panaletras.wordpress.com/category/pedreschi-janson-laura/

Hidroeléctricas, pa’ la cola

La opinión de….

Laura Pedreschi Janson

El lunes 14 de junio, Holanda le ganaba a Dinamarca mientras Ciam (Centro de Incidencia Ambiental) le ganaba a la Anam (Autoridad Nacional del Ambiente), 5 a 0, en una entrevista televisiva matutina.

El director de Anam dijo que le dará seguimiento a las denuncias. ¡Qué buena noticia! En esta entrevista quedaron claramente establecidas las intenciones del gobierno para con el ambiente.   Lejos de ser custodios de nuestros recursos naturales, le clavaron una ley bárbara cuyo resultado será su sistemática destrucción.

También la recordaremos como “la Ley del Mundial 2010”, que exime a los proyectos de los gobiernos el cumplir con normas mínimas que garanticen la seguridad de nuestra Nación, en proyectos que son necesarios y urgentes.

Una explicación que se nos puede ocurrir es que hayan concebido esa ley para asegurarse una reelección dentro de cuatro años.   Sólo que los ciudadanos que hoy se chupan los dedos, no votarán entonces.

Los diputados que apoyaron esta ley no se merecen siquiera una tarjeta amarilla, sino su expulsión inmediata de la Asamblea.  Es un insulto a todos los panameños y lo peor de todo es que nosotros les estamos pagando.

¡Alguien nos está vacilando! Dicho sea de paso, próximamente recibirán estos un formato de testamento donde le dejarán en herencia a sus hijos y nietos, una patria inservible, ya que ellos mandaron a eliminar el único recurso que teníamos para proteger el ambiente, o sea, los difuntos estudios de impacto ambiental de los proyectos de “interés nacional”.

Los ambientalistas saben qué consideran los gobiernos como “interés nacional”. Son, por ejemplo, hidroeléctricas privadas que sólo generan ganancias a sus socios y no para el país.   Hidroeléctricas, ¡Pa’la cola! Así cantó Celia Cruz: “Aquel que te quita y no te da, lo mandamos pa’ la cola”. No habrá estudio de impacto ambiental acumulativo que justifique la absurda cantidad de 26 hidroeléctricas sobre la cuenca 102 del río Chiriquí Viejo, cuyo cauce pretenden utilizar para el beneficio de empresas privadas, en detrimento de las actividades preexistentes de sus moradores.

Seguramente las agrupaciones profesionales, centros de enseñanza y religiosos, agricultores, mecánicos, aviadores, empleados domésticos, gobernadores, alcaldes, representantes, etc., etc., etc., se pronunciarán sobre esta ley: levantarán sus plumas, sus pañuelos, sus corazones, sus brazos y sus voces por el derecho de vivir en libertad, y en nuestro suelo “¡Bien cuidao, jefe!”.    Pero si esta ley y otras son requisitos o producto de acuerdos internacionales, entonces queridos compatriotas, esta lucha será más difícil que la lucha por la soberanía del Canal de Panamá.

Como los estudios de impacto ambiental no son más que cerros de fotocopias que nadie voltea a ver después, ni para hacer las inspecciones, entonces le pedimos respetuosamente al señor Presidente de la República que declare una moratoria sobre las hidroeléctricas no aprobadas, una investigación a las hidroeléctricas en construcción y el cobro digno por el uso del agua de las mismas.

La esperanza es lo último que se pierde. Trabajaremos todos para el beneficio de nuestra tan frágil patria.

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Este artículo se publicó el 18 de junio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora,  todo el crédito que les corresponde.

Atención, servidores públicos

La opinión de….

Laura Pedreschi Janson

Atención, servidores públicos encargados de autorizar las concesiones de recursos naturales:   ¿De verdad no se dan cuenta de los errores que están cometiendo con relación a la explotación de nuestra tierra y de nuestros ríos? Esos errores les traerán terribles consecuencias a los panameños de estas y de venideras épocas.

¿No se dan cuenta de que las consecuencias de los abusos contra la naturaleza y el fisco también las sufrirán ustedes, y todo Panamá?    Esas enormes responsabilidades recaen sobre sus hombros, los servidores públicos de hoy.

Leyendo un contrato entre la Nación y una concesionaria, me fui para atrás como Condorito. Comparándolo con los contratos de promesa de compra-venta, llegué a la conclusión de que están más protegidos los prominentes compradores y los vendedores, que nosotros los habitantes de esta frágil Nación. En esos documentos legales no se hacen valer los derechos de Panamá, sino que prácticamente se les ofrece el país en bandeja de oro.

Para que ustedes puedan cobrar sus cheques con honorabilidad –queridos servidores públicos a todo nivel–, deben garantizar que todos nuestros recursos sean utilizados adecuadamente.   No crean ustedes que se están burlando de aquellos ciudadanos que, sin ser esa su función laboral, se preocupan y se ocupan de que ustedes hagan su trabajo como debe estar claramente establecido en sus respectivos contratos, el cual es velar por los derechos de los servicios públicos y no los de las empresas privadas.

No sé si reír o llorar al enterarme del sorprendente contenido de una adenda otorgada a una concesionaria sobre el río Chiriquí Viejo (Asep, Resolución No. 3 mil 200 del 23/12/2009).

Una de las cinco razones aceptadas como justificación para retrasar la entrega del proyecto era porque: “algunas personas de la comunidad de Volcán se opusieron al trazado de la línea eléctrica para la conexión del proyecto a la subestación de Volcán, etc., etc.”.

Servidores públicos, ustedes escucharon más de una vez la franca preocupación de moradores de Volcán, tanto por la abierta violación por parte de esa empresa al cambiar la ruta establecida en el plano constructivo, como por la línea de trasmisión en sí.   Correspondía a funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente o a cualquier ingeniero municipal o alcalde responsable multar a la empresa. Igualmente, le correspondía a la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos sancionar a la empresa, en vez de premiarla aceptándole esa pobre y falsa excusa como justificación válida para retrasar la entrega del suministro de energía de esa concesionaria. Menos aún si supuestamente “¡íbamos a tener apagones durante el verano!”.

Aún no es tarde: no permitan que se construya ni una hidroeléctrica más sobre el río Chiriquí Viejo (además de las tres que ya están en construcción), hasta que no se cuente con el debido estudio de impacto ambiental acumulativo. Respaldan esta solicitud mil firmas de los moradores de Volcán; cifra mayor de los mencionados “algunos” en la adenda y de los que fueron en total a los foros de los estudios de impacto ambiental.

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Artículo publicado el 16 de marzo de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora,  todo el crédito que les corresponde.

¿Dónde están los hombres y mujeres de Chiriquí?

La opinión de….

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LAURA PEDRESCHI JANSON

Felizmente, nosotros hemos heredado montañas ricas en flora y fauna, suelos fértiles, aire fresco y puro, ríos cristalinos y caudalosos y costumbres sanas. Hoy, todo eso está por desaparecer y todos tenemos que involucrarnos en estos temas sociales y ambientales, por nuestra propia sobrevivencia y por la de nuestros hijos (ellos nos pedirán cuentas).

Debe existir un plan maestro mundial para utilizar los recursos latinoamericanos abalados por los gobiernos de turno, cuyos resultados solo irán en nuestra contra. ¿Nos harán socios de las empresas privadas que utilizan nuestros recursos naturales?   Solo nos dicen, como gran cosa, que las hidroeléctricas producen energía de una manera limpia, pero no dicen que dejarán limpios a los pueblos de las comunidades aledañas.

Las hidroeléctricas fueron aprobadas a nuestras espaldas, porque los foros no contaron siquiera con un dos por ciento de asistencia de nuestros moradores. Con esto tenemos suficientes motivos para despertar hondas preocupaciones. Activemos grupos cívicos locales para informarnos y tomar decisiones, en vista de que ninguna de las instituciones gubernamentales aparentemente velan por nuestros derechos.

Los estándares de los estudios de impacto ambiental son demasiado pobres y no existen en los ríos importantes como el Chiriquí, el Chiriquí Viejo y el Piedras un estudio de impacto ambiental acumulativo.

Preguntas:  ¿Saben ustedes de la existencia de una cantera de arena volcánica entre Volcán y Paso Ancho, justo donde está la primera hidroeléctrica de las diez, once, quince o veintidós hidroeléctricas sobre el río Chiriquí Viejo? ¿Hasta qué profundidad excavarán para extraer material y cómo afectará nuestra calidad de aire puro? ¿Sabemos si esta extracción de material presentará algún peligro de inundación para el pueblo?

Amén del problema de la basura. ¿Con qué información o responsabilidad la Corte le prohibió a los distritos de Bugaba, Boquerón y Alanje dejar de depositar la basura en el vertedero del distrito de David, sin tener una alternativa? ¿Dónde bota la empresa 4E la basura de sus clientes privados de Volcán? El pueblo exige soluciones prudentes y sanas.

En nuestras narices están pasando demasiadas irregularidades. Preguntemos: ¿Dónde están los hombres y mujeres de Chiriquí? Actuemos rápidamente, porque en menos de lo que se persigna un ñato estaremos inundados en basura, amenazados con inundaciones más frecuentes y, cuando no pase agua por el río como antes, viviremos en un arco seco.

Queridos vecinos de Tierras Altas: recordemos que durante la dictadura militar (1968), este pueblo sí supo defenderse!

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Artículo publicado el 14 de marzo de 2010 en el Diario la Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Hidroeléctricas, ¿fuga de divisas?

La opinión de…..

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Laura Pedreschi Janson


No nos oponemos a las hidroeléctricas, solamente informamos al pueblo sobre la realidad de sus manejos. ¿Seguimos haciendo las cosas como hasta ahora, o sea, mal, o las hacemos correctamente?   La ignorancia y la corrupción son nuestros enemigos y nos empobrecerán.

Lamentablemente, las hidroeléctricas no están vacunadas contra la corrupción. Por ejemplo: al foro, requisito de los estudios de impacto ambiental, de una hidroeléctrica del día 10 octubre de 2003 en Volcán, fueron 10 personas. Tres personas eran de Volcán y siete eran funcionarios públicos. En cambio, 780 moradores del área han firmado la solicitud de moratoria de las hidroeléctricas sobre el río Chiriquí Viejo.

Los gobiernos anteriores concentraron gran parte de sus intereses en las hidroeléctricas. Ahora exigimos que se atienda nuestro llamado sin ser objeto de amenazas o acusaciones.   Preguntas: ¿Cómo y en cuáles administraciones se dieron esas concesiones? ¿Qué condiciones y garantías existen en esos contratos?   ¿Qué consecuencias tendrán esos proyectos en las comunidades, el fisco y el ambiente?

Corresponde dar siguientes los pasos urgentemente:

1. No permitir la construcción de una hidroeléctrica hasta contar con un estudio transparente de impacto ambiental acumulativo de las hidroeléctricas planificadas sobre el río Chiriquí Viejo.   La Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) debe justificar la aprobación de tantas hidroeléctricas en un sólo río donde las mismas toman el 90% del cauce (pasándolo por túneles y tuberías), garantizar los beneficios y la seguridad de las comunidades, y garantizar protección de la cuenca.

2. Nombrar una comisión nacional que coordine la seguridad, transparencia y seguimiento de las hidroeléctricas, ya que no hay una coordinación interinstitucional. Lo que el país recibe en concepto por las concesiones no compensa los problemas que ya se están presentando en las comunidades.

3. Auditar todas las hidroeléctricas existentes antes de aceptar la entrega de los proyectos. Las hidroeléctricas deben pagar la totalidad de sus impuestos al igual que lo hacemos el resto de los contribuyentes. En los municipios y oficinas de seguridad del cuerpo de bomberos, no se pagó el 1.5% del valor de la obras que reposan en los estudios de impacto ambiental, por permisos de construcción y tasa de aprobación de plano.

Las hidroeléctricas utilizan el agua del Estado como materia prima –prácticamente de forma gratuita– durante los 50 años de duración de los contratos.   ¿A alguna de las otras industrias le regalamos su materia prima? ¿O acaso existen garantías de tarifas bajas de electricidad, o la distribución de la electricidad será gratis? ¿O recibiremos 25% de sus ganancias como dividendos? ¿Por qué, si el Estado cobra por cada gotita de agua en el trasiego de barcos por nuestro canal, el Estado no les cobra montos adicionales a las hidroeléctricas por utilizar el agua del río?

Respetamos los esfuerzos y riesgos que las empresas privadas asumen voluntariamente.

Mas, es obligación del Consejo del Ambiente informar al país sobre el tema, optimizar las concesiones, exigir nuestra participación como socios y evitar fugas de divisas. ¡Tal vez así no tendrían que poner tantos impuestos!

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Publicado el 26 de febrero de 2010 en el Diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Hidroeléctricas: moratoria y estudio de impacto

La opinión de……

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Laura Pedreschi Janson

Los principales actores en el escenario de las hidroeléctricas son: el Gobierno, las empresas y el pueblo. Al pueblo le corresponde educarse y ahorrar energía porque es nuestra responsabilidad cuidar del suelo, el aire y los ríos de Panamá. También le corresponde exigirle al Gobierno Nacional la sabia utilización de nuestros recursos naturales.

Tenemos expectativas más altas de este gobierno que las que teníamos de los gobiernos anteriores. Estamos de acuerdo con las hidroeléctricas siempre y cuando se hagan correctamente.

Sin embargo, quienes se informan y cuestionan aspectos de las hidroeléctricas están maniatados porque existe un plan de gobiernos anteriores para explotar nuestros recursos naturales sin proteger los intereses económicos y ambientales del pueblo panameño. Producto de leyes deficientes, este plan está lleno de huecos y de parches que además no cuenta con un seguimiento efectivo para garantizar la seguridad de nuestras comunidades.

Por tres meses caminé por decirlo así: “los zapatos del gobierno”, representando al grupo “La zapatilla verde” reclamando la instalación de una línea de trasmisión de 34,500 voltios que atraviesa el pueblo de Volcán. Visité los siguientes despachos: Secretaría de Energía, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Salud, Oficina de Seguridad, Municipio de Bugaba, Gobernación y Vicegobernación de Chiriquí, Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Autoridad Nacional de Servicios Públicos (Asep) y Ministerio de la Presidencia.

Lo bueno es que tuve acceso a representantes del Gobierno, y pude conversar con altos funcionarios de una manera amplia y honesta sobre las hidroeléctricas. Lo malo es que en la primera ronda no obtuvimos todos los resultados que debimos haber obtenido. Logramos sin la ayuda del Gobierno, la remoción de 22 postes de dicha línea que estaban fuera de la ruta propuesta, pasando a 3.5 metros de aulas escolares. Esperamos pronto respuestas concretas de las segundas conversaciones y de las investigaciones prometidas.

Recientemente el pueblo de Volcán recogió 446 firmas en menos de 24 horas para solicitar al presidente Martinelli una moratoria en la construcción de nuevas hidroeléctricas hasta que se realice un estudio de impacto ambiental, acumulativo de la capacidad de la cuenca y del mantenimiento de la fuente del río Chiriquí Viejo.

De las once hidroeléctricas previstas sobre el mismo río, hasta la fecha existen tres en construcción. Todas utilizan el 90% del caudal del río, dejando solo el 10% del agua en su cauce. Dos de las nuevas hidroeléctricas pasarían por túneles y tuberías; ese 90% es una larguísima distancia de 25 kilómetros. Consideramos que es una irresponsabilidad continuar construyendo hidroeléctricas sin realizar un estudio “transparente” de esas once hidroeléctricas sobre el río Chiriquí Viejo. Y ese estudio no debiera ser realizado por instituciones bancarias internacionales que hayan otorgado préstamos para construir hidroeléctricas.  Dichas instituciones se convertirían en juez y parte, resultando en un abierto conflicto de intereses.

Señor Presidente: le rogamos que detenga el resto de las ocho hidroeléctricas hasta que se pueda constatar que los verdaderos intereses del pueblo panameño sean atendidos y protegidos.

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Publicado el 28 de enero de 2010 en el Diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Alerta, pueblo de Volcán

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La opinión de una residente del pueblo de Volcan en Chiriquí….

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LAURA PEDRESCHI JANSON
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Han quitado parte de los postes que sostienen cables de tensión media que vendrían de una hidroeléctrica en el río Chiriquí.   Ellos, bajando por la calle décima, giraban a la derecha por el Corredor Norte, pasando a muy pocos metros de la Escuela Primaria de Nueva California!  Todavía quedan más!

La función de esos postes no era la de iluminar, sino de trasmitir una carga eléctrica de 34,500 voltios.  Esa carga eléctrica es peligrosa, porque además de su aparente instalación deficiente, atraviesan por áreas de alta densidad residencial.   Si vuelven los fuertes vientos que tuvimos en la estación seca pasada, podrían ocasionar una catástrofe.

En Volcán, la subestación a la cual se deben conectar esos postes estaba instalada a 2.15 km de la entrada del pueblo en Cerro Macho por Arte Cruz. Estamos en espera de respuestas a preguntas ya realizadas.

Aunque las hidroeléctricas son menos dañinas y sucias que las plantas térmicas, y necesitamos energía, sus líneas de trasmisión producen hondas magnéticas muchísimo mayores a las que estamos expuestos todos los días y como la de los celulares, microondas, computadoras, etc.

Como hay quienes aseguran que enormes cargas eléctricas pueden causar cáncer, los promotores de dichas hidroeléctricas deben demostrar y garantizar por escrito que es saludable habitar o trabajar cerca de esos postes.

Estos proyectos son catalogados por las instituciones encargadas, como proyectos de categoría III.    Tres significa que son los proyectos más peligrosos que permite el Gobierno realizar en Panamá.

Volcán se encuentra en estado de alerta. Están invitados mañana, miércoles 9 de diciembre, a la una de la tarde, al “ Taller de Presentación del Proyecto de Pando y Monte Lirio ”, en el Hotel Dos Ríos.   El pueblo es la autoridad máxima y somos los que mandamos en nuestro patio.   Participen, luego no se quejen!

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Publicado el  8 de diciembre en el diario La Estrella de Panamá, a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Hidroeléctricas, antes y después

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La opinión de….

Laura Pedreschi Janson

Entre la herencia que recibió el gobierno del Presidente Martinelli están las hidroeléctricas, y sus actores son el Gobierno que da en concesión recursos de la Nación, dándole seguimiento; las empresas que licitan esos recursos e invierten su dinero lucrando de esos recursos, y los panameños que desconocemos los compromisos de los dos primeros por falta de interés y de información.

Los panameños desconocemos del tema, porque las concesiones se dieron de una manera calculada y sin la apremiante comunicación. Con leyes muy débiles, donde estudios de impacto ambiental de “Categoría III” sólo requerían hacer un foro y aun si nadie asistía al foro, el proyecto se daba como aceptado por la comunidad local.

Se aceptaba aún si esa consulta ciudadana fuera anunciada únicamente por medio y apareciera una sola vez.

Lo inteligente es ser lo suficientemente honestos y humildes para resolver los problemas que estamos, ahora, confrontando.   Para eso, los tres actores tienen que poner de su parte. Y, por encima de todas las cosas (¡principalmente el dinero!) la intención debe ser la de conducirse correctamente: sin improvisaciones ni atropellos, ni recortando esquinas, sino con planificación, supervisión, eficiencia, el más alto sentido de responsabilidad y con “transparencia”.

Expreso públicamente mi profundo agradecimiento y respeto al señor Presidente y al secretario de Energía, a la Autoridad de los Servicios Públicos (Asep) y a la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), por atender personalmente inquietudes planteadas recientemente en Volcán.

Es inadmisible que yo haya recibido por parte de un representante de una de las hidroeléctricas locales, la amenaza de “ser demandada personalmente y sin contemplaciones”, porque hice preguntas y observaciones sobre la instalación de postes de alta tensión que pretenden atravesar por medio del pueblo.

Táctica que es popular de esas empresas.

El Gobierno debe custodiar nuestros recursos y velar por los intereses de la mayoría de los panameños sin descuidar las condiciones de los pueblos afectados directamente.

El dinero inicial devengado por las licitaciones se recibe una vez y de ese dinero los pueblos no ven ganancia alguna, sólo problemas y maltratos.

No tengo nada en contra de los inversionistas, pero está de moda el extraer recursos naturales, con la gran excusa válida de proveer energía para nuestro país.

Lo malo es que trabajan a sabiendas de que no contamos con la cantidad de personal ni las leyes apropiadas para garantizar que se respete nuestra “soberanía energética”.   No sabemos cuánta de esa energía utilizará Panamá y por cuánto tiempo, y cuánta de esa energía producida se exportará.

Dejarle todo el problema al Gobierno no sólo no resolverá los problemas sino que traerá más problemas y una relación disfuncional entre los gobernados y el Gobierno.

La responsabilidad también recae en nosotros los ciudadanos: eduquémonos y participemos. Somos socios mayoritarios en esta empresa: El Medioambiente y la Sociedad de Panamá, S.A.

Confiamos en que este gobierno cuidará nuestros recursos sin gastárselo todo y que sabrá defendernos. Propongo hacer una campaña denominada: “La zapatilla verde, ahora le toca al medioambiente”.

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Publicado el 27 de noviembre de 2009 en el diario LA PRENSA, a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.