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La opinión de…
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Carlos Guevara Mann –
A fin de prevenir innecesarias convulsiones sociales y salvaguardar el interés nacional, es conveniente que los diputados que debaten la reforma al Código Minero consideren cuidadosamente los antecedentes históricos de la minería en Panamá. El caso de la pretendida explotación de la mina de cobre del Cerro Colorado es particularmente relevante.
Un estudio de factibilidad divulgado por la dictadura en los años 70 presentó al Cerro Colorado como el segundo mayor yacimiento cuprífero virgen del mundo y aseguró que su aprovechamiento rendiría beneficios netos de 140 millones de balboas a corto plazo. Además, adujo que 13 mil empleos serían generados por la explotación minera y los proyectos hidroeléctricos de La Fortuna, La Estrella y Los Valles.
Para operar la mina, en 1975 se fundó la Corporación de Desarrollo Minero de Cerro Colorado (Codemin). Panamá solicitó créditos por 406 millones de balboas –una suma alarmante, entonces y ahora– para poner en marcha el proyecto (La Estrella de Panamá, 1 de enero de 1978).
A medida que el régimen avanzaba en sus intenciones y el público consideraba los impactos financieros, ecológicos y sociales de la propuesta, crecían la preocupación y el malestar en la ciudadanía, sobre todo en la provincia de Chiriquí. Por ejemplo, el 1 de febrero de 1979 La Estrella de Panamá aludió a las aprehensiones de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, expuestas por su presidente, César A. Tribaldos.
El 1 de marzo, en el mismo diario, varias organizaciones publicaron una carta abierta en la que señalaron su oposición a la explotación de la mina.
El 22 de abril, unos 2 mil manifestantes cerraron la vía Panamericana, en San Félix, para protestar contra los planes de la dictadura (TVN, 23 de abril de 1979). Alrededor de esa fecha se constituyó el Comité Cívico de Defensa Integral de la Provincia de Chiriquí, el cual protestó por las violaciones constitucionales y las repercusiones ambientales que acarrearía la extracción de cobre.
Los catedráticos Alberto Quirós Guardia y Miguel Antonio Bernal hicieron grandes esfuerzos por concienciar a la ciudadanía acerca de los peligros de la minería. Tanto el Ing. Guillermo Quijano, dirigente de la oposición democrática, como el Partido Socialista de los Trabajadores, de orientación izquierdista, exigieron un plebiscito sobre la explotación de la mina.
El 26 de junio de 1979, el diario Ya! adujo que el régimen había concedido importantes contratos de Codemin, sin licitación, a un conocido publicista (muy influyente también durante el gobierno de Martín Torrijos). Se constituyó el “Comité Nacional por el no a Cerro Colorado”, presidido por el Dr. Carlos A. Morales, el cual se querelló contra Codemin y a la publicitaria beneficiada por la concesión irregular (Ya!, 28 de junio de 1979).
El Frente Nacional de Oposición (Freno) se pronunció el 9 de agosto contra el proyecto. En octubre, Ya! publicó una nota según la cual la propuesta carecía de viabilidad económica, de acuerdo con Eximbank, organismo financiero estatal de Estados Unidos (Ya!, 9 de agosto y 16 de octubre de 1979).
En agosto de 1981, el Arq. Edwin Fábrega, director del IRHE durante el régimen castrense, expresó su oposición al proyecto por la enorme cantidad de electricidad que utilizaría, equivalente a la totalidad del consumo nacional. Poco después, la dictadura decidió engavetar la propuesta, en vista de que el precio internacional del cobre no respaldaba la comercialización del mineral que se obtendría en el Cerro Colorado.
Aunque no extrajo un gramo de cobre, Codemin (y, en consecuencia, el Estado panameño) acumuló una enorme deuda. Cuando en 1984 el Dr. Arnulfo Arias enumeró los más grandes casos de corrupción de la dictadura, incluyó entre ellos a Codemin, junto con el frustrado segundo puente sobre el Canal (Van Dam) y el programa colectivo de viviendas de la Caja de Seguro Social (La Prensa, 1 de mayo de 1984).
Más adelante, una nota de prensa de la Alianza Democrática de Oposición –que aglutinó al Partido Panameñista, al Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena) y al Partido Demócrata Cristiano– describió el desempeño de la empresa estatal como “el robo del siglo”.
La historia de Codemin provee a los diputados importantes elementos cuyo estudio contribuye a prevenir errores y estremecimientos sociales. Por el bien del país, ¡examínenla con atención!
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Este artículo se publicó el 2 de febrero de 2011 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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