Aumento del ITBMS contraviene la política de crecimiento

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La opinión de…..

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Ezequiel Dawson V.

Una medida de orden fiscal, como la propuesta de aumentar el Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios (ITBMS), resulta en estos momentos contraproducente, ya que el efecto resultante afectará a diversos sectores económicos y sociales, en consecuencia de su impacto en los costos operativos y el costo de la vida.    Si lo que se pretende es aumentar el caudal del ingreso que permita engrosar los fondos del tesoro para ser canalizados en proyectos para beneficio de la sociedad, no resulta precisamente la mejor medida.

Cualquier aumento tributario siempre desencadenará dos fuerzas en contrario: a los que beneficia y a los que perjudica. Medir correctamente los perjuicios como los beneficios constituye el primer deber de los promotores de esta medida, ya que lo que ordena el razonamiento es evitar profundizar el encarecimiento del costo de la vida, que de por sí ha venido mermando notablemente en los últimos años el poder adquisitivo del trabajador, y aumentar el ITBMS, por su parte, estimula la corriente inflacionaria.

Antes de instrumentar un aumento como el que se pretende deberían ser satisfechas las siguientes interrogantes: ¿Quiénes pagan más ITBMS en nuestro país, los nacionales o los extranjeros? ¿En qué clase social (pobre, media, alta) se concentra en términos relativos el mayor pago de este impuesto? A nivel internacional, ¿un aumento del ITBMS haría más competitivo al país o por el contrario le haría perder competitividad?   ¿Qué garantías se tienen de que un aumento de este impuesto les será compensado, y cómo, a los estratos de ingresos bajos que tendrán que asumirlo?  El ITBM, en su momento, luego el ITBMS, constituyen hoy por hoy un renglón significativo de los ingresos tributarios del país.

Encarecerlo obviamente se puede pensar que incrementará este caudal impositivo (aunque a una tasa menor), pero queda por delante la siguiente inquietud: ¿A qué precio? Un aumento de este impuesto, dado el actual costo de la vida, resulta ser altamente impopular. Los grupos sociales de reducidos ingresos como medianos se verían automáticamente afectados. El sector comercial y turístico se vería impactado negativamente con esta medida. Y así sigue toda una cadena de efectos adversos a nuestra economía.

¿Qué si el ITBMS de Panamá es uno de los más bajos de la región y que por esa razón, se está perdiendo una oportunidad de mayor recaudación? La respuesta a mi juicio es que esta oportunidad esconde un desacierto. El costo de oportunidad de un ITBMS más alto a la postre redundaría en una serie de efectos adversos que al final cuando se hacen las sumas y las restas el resultado es menor de cero (negativo).

En una economía como la  panameña, de la cual tres cuartas de su riqueza proviene de los servicios, toda medida asumida que tenga vicios de pérdida de competitividad contradice el modelo sobre el que se ha venido apoyando el crecimiento del país.

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Publicado  el   8  de  enero  de 2010  en   el  Diario  La  Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.