Pandillas

La opinión de la periodista….

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Ana Soto

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Pandillas

En los familias que se vive un infierno de abuso y maltrato, los jóvenes y niños no resisten un día más en ese ambiente, no les queda otra alternativa que buscar un escape una salida, que les ofrezca mejores oportunidades como seres humanos.

A la vuelta de la calle hay un grupo de jóvenes “libres” que optaron por vivir todos juntos, sin ninguna cabeza adulta de autoridad, llamando a su banda “familia”.

La víctima, una noche después de una paliza o una violación, decide refugiarse en otro lugar ¿Y quién sale en su ayuda a “protegerlo” la pandilla a la vuelta de la esquina. Sin embargo, no todo está perdido para estas bandas.

Hay alguien que si lo ama de verdad, no pide mucho, sólo quiere sus corazones y un arrepentimiento genuino. Él es especialista en reconstruir vidas, tomar todas las maldades del hombre y echarlas bajo siete capas debajo del mar, y olvidarse del pasado, y en su palabra confirma así: “Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a los fuertes” 1ª corintios. 1:27.

Hay alguien que si lo ama de verdad, no pide mucho, solo quiere sus corazones y un arrepentimiento genuino. Son muchas las circunstancias negativas y de ambientes contaminados en las atmósferas espirituales de este país, con que cuenta el enemigo para ser el dueño y Señor de la delincuencia, droga, sexo, homicidio, venganza, destrucción y muerte en muchos hogares panameños, ese es su trabajo, y en la palabra dice: “Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. 1ª Pedro 5-8.

¡Ah… no sólo existen estos casos, hay otros. Aquí sucede diferente, el padre es un proveedor material trabaja sin descanso, otorgando todos los lujos y caprichos a su hijo en cuanto a la novedad que sale al mercado. Porque quizás el tuvo limitantes en lo material, o cree que esa es la compensación total con su pequeño. Se afana tanto para cumplir con una sola responsabilidad, que deja, lo más importante por fuera, que el afecto paternal.

Así creció el niño, vacío, seco, sin amor paternal como un árbol sin agua. Y lo más triste es que el tiempo nunca llegó para sentarse a escuchar a su hijo, a guiarlo, a darle buenos consejos, a disciplinarlo sobre todo a amarlo en los momentos de fracaso y debilidad, y decirle palabras de aliento. Tú puedes, eres un valiente, eres el mejor hijo, eres inteligente, saldrás adelante, vencerás, calificativos de consolación y esperanza y más.

Esto es un entrenamiento de disciplina y amor que no termina hasta que el joven se gradué de la universidad. Aún los consejos continúan porque el vínculo entre padre e hijo nunca termina.

El ingrediente que más necesita el hijo es que se le brinde seguridad y auto-confianza en el desarrollo de su niñez para prepararlo en un joven profesional y lleno de valores morales.

Esto es lo que la sociedad requiere con urgencia, familias sanas con el temor de Dios, sin apartarse de él, por tanto el padre como el hijo necesitan de la sabiduría y el poder del Señor de Señores, para conformar una familia con los mandamientos de Dios, que nunca pasaran de moda. Mientras el hombre exista tendrá que darle cuenta a su creador de todos sus actos.

Llevar a la primera institución de la sociedad, que es la familia, a niveles de restauración y restitución en estos tiempos, sólo se puede lograr con la ayuda de Dios. Hay un sistema que no está en crisis moral ni económica ni familiar y es el gobierno del Poderoso y sabio Dios.

Aunque vengan tormentas, terremotos crisis mundiales los que buscan a la Roca que es Jesús, estarán firmes y levantarán vuelo como las águilas.

Todo niño, adolescente, hombre y mujer que quieran pertenecer al gobierno de Dios pueden hacerlo, la inscripción es gratis, porque la factura fue pagada, y lo mejor es que siempre hay vacantes.

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Publicado el 17 de septiembre de 2009 en el diario El Panamá América; a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Ríos de droga

Ríos de droga

La opinión de la periodista

Ana Soto

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La droga corre como ríos por el cerebro de los jóvenes afectando el cuerpo.

¿Cómo un cuerpo puede resistir al maltrato diario a semejantes cantidades de veneno en su ser?

Los jóvenes que se lanzan al reto de consumir drogas, tienen sus años contados. Por consiguiente, acaban con su vida, su juventud no terminó y su futuro tampoco llegó.

En las calles de Panamá, en los fines de semana se multiplica la violencia.

Y es que el alcohol combinado con la marihuana, la cocaína, la piedra, es la mezcla perfecta que utilizan para drogarse y se convierte en una dinamita explosiva en su cerebro.

El efecto de estas cuatro droga, los lleva a cometer toda clase de violencia hasta llegar a los niveles de muerte, entre ellos mismos o víctimas inocentes.

Pierden la conciencia para desbordar su instinto animal en actos aborrecibles y aberrantes para la sociedad.

Si los adolescentes conocieran el temor de Dios y al Padre Celestial que está a la espera de ellos con los brazos abiertos, para sanarlos, restaurar todo su dolor y rechazo, y la injusticia de sus vidas. Les otorgaría dignidad, honra, respeto y mucho amor, y los convierte en hombres de bien para que tengan familias saludables que generarán un excelente país.

Los principios morales se extinguieron cuando el adolescente decidió abandonar su hogar. Mientras algunos viven con sus familias, pero éstas son disfuncionales ya que en muchos casos, es la madre la que tiene que enfrentar la crianza de los hijos, algunas lo hacen solas, otras se buscan un compañero.

El nuevo miembro de la familia a veces hace el rol de un verdadero padre. No obstante, esto no es la norma común, ya que en muchas ocasiones el individuo es un abusador que maltrata a los niños verbal y físicamente o en los peores de los casos, es un abusador sexual.

Por ejemplo un niño a los ocho años o menos que fue violado por su padrastro, queda marcado y afectado su ser interior.

También hay otros casos en que los abusadores son parientes, o miembros cercanos. A ello se le agrega la violencia intrafamiliar: contiendas, amenazas, palizas, mala alimentación, condiciones insalubres, hacinamiento, entre otros.

En muchos casos la madre saca adelante a sus hijos, son mujeres valientes y esforzadas que luchan por darles una vida honesta y profesional. Y otras madres humildes también se esfuerzan por llevar la comida a su casa, y aunque viven en pobreza y en barrios de peligro, no abandonan a sus hijos y en algunos casos aunque ellos anden en malos pasos, están allí.

Casi siempre es el llanto de una madre que grita desesperada, al ver a su hijo sin vida, o que lo llevan esposado. Y es que en todo hogar se necesita la cabeza de la autoridad del padre a gritos, para que las familias no se hundan, pero ¿dónde están esos padres? Sólo fueron progenitores y huyeron a las responsabilidades de la manutención y educación de ellos.

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Publicado el 28 de agosto de 2009 en el diario Panamá América Digital, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde

Sin ley, sin moral, sin Dios

Sin ley, sin moral, sin Dios

La opinión de la periodista…

Ana Soto

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La ciudad de Panamá y algunos puntos del interior, en una noche de viernes. La mecha se prende a altas temperaturas de perdición y pecado.

La mayor parte de la juventud del país, se encuentra en un peligro inminente. Expuesta a la pornografía, la música estridente y dañina, películas y todo tipo de mensajes inmorales y destructivos.

Todo ello viene de diversas fuentes, como lo son: algunos medios de comunicación y el Internet, que alcanzan niveles altísimos en tecnología para facilitar montañas de basura a la mente de la niñez y la juventud, dejando ganancias multimillonarias a sus grandes empresas.

Dentro de las modas y géneros musicales, están: los tatuajes, los piercing, las llamadas mancuernas y la ropa con signos satánicos; la música de rock pesada o metálica, y el reggaeton. Toda esta gama de modernismos que imparten a la juventud, son sellos diabólicos, que son permisibles ante algunos grupos de la sociedad, porque los ven como la moda de los adolescentes, que no tiene mucho de malo y que pronto pasará. Y que “gocen” la vida en su plenitud, porque sólo se vive una vez. Sin saber que van camino al despeñadero.

El adolescente en su falta de conocimiento de Dios, se expone a maltratos corporales, para decirle al mundo. “Soy libre”. Yo me mando. Puedo hacer con mi cuerpo lo que yo quiero. No obstante, esos gritos que lanzan de soberbia y rebeldía son pasajeros.

Porque las modas pasan, los cuerpos se envejecen, los gritos se desvanecen.

No pueden tener por siempre la juventud en sus manos, ella es tan efímera, que en un abrir y cerrar de ojos se apaga.

¿Y quién podrá echar el tiempo atrás?… Nadie. Sólo Dios que es el dueño del tiempo y de la eternidad. Su tiempo no tiene fin y su eternidad no se envejece.

Dios es claro en su palabra y a él, le interesa el cuerpo de cada ser humano, por lo que en el vientre de nuestra madre nos visita a todos. “No fue encubierto de ti mi cuerpo. Bien que en lo oculto fui formado. Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas.

Que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. Salmo 139: 15-16.

Dios creo al hombre a imagen suya, tuvo tanto cuidado, es su obra maestra, porque aunque lo hizo del polvo de la tierra, le agrego espíritu y alma.

Por lo tanto, todos tenemos que darle cuenta al creador de nuestra vida, y solo hay dos opciones que nos ganamos en esta tierra: el cielo o el infierno, y los dos son eternos.

La buena noticia es que El Señor Jesús ya pagó todas nuestras pecados en la cruz, hasta los más sanguinarios y crueles, si nos arrepentimos de verdad, él nos toma en sus brazos, nos limpia con su sangre, de todas nuestras inmundicias y nos regala bendiciones aquí en la tierra y en la vida eterna.

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Publicado el 19 de agosto de 2009 en el diario El Panama América Digital, a quienes damos, al igual que a la autora, todo el crédito que les corresponde.