Hacia una pesca en extinción

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La opinión del  Biólogo Pesquero, Profesor Titular de la Universidad de Panamá….

Ricaurte Pacheco Tack 

rpacheco@cableonda.net

El Decreto Ejecutivo No. 486 del 28 de diciembre de 2010, publicado en la Gaceta Oficial No. 26690 prohíbe el uso del arte de pesca conocido como palangre o “long line”, a todas las embarcaciones de 6 o más toneladas de registro bruto.   Lo cual afecta sensiblemente a la mayoría de los pescadores artesanales (y a sus familias) ya que las embarcaciones empleadas hoy día por la flota palangrera, superan el registro indicado.

Hay señalar que el tonelaje de una embarcación per se, no guarda una relación lineal con la efectividad en las capturas.    Además, la pesca con anzuelos es mucho más selectiva y menos perjudicial que la pesca de arrastre.

Los creadores de esta normativa olvidan que, desde hace unos 5 años, organizaciones no gubernamentales han venido trabajando con la flota palangrera local, en la determinación de los tipos de anzuelos más aptos para la pesca y que tengan un menor impacto en la captura incidental de otros organismos como por ejemplo las tortugas.

El ordenamiento de una pesquería no es al azar ni antojadizo: la tasa de reclutamiento de un recurso es un hecho biológico independiente del registro en toneladas brutas de cualquier embarcación.   El reclutamiento es sensible a la remoción desmedida de los reproductores lo cual se debe en parte a la ineficiencia de las medidas de vigilancia y control por parte de las autoridades y no al porte de las embarcaciones.

Si esta es una medida de emergencia, y si se actúa en sujeción al Código de Conducta Responsable, la misma debe ser temporal y basada en datos fidedignos.

Esta disposición permite destacar la necesidad de fundar un Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero destinado al estudio de nuestros recursos acuáticos en el cual se conjuguen los intereses de todos los agentes involucrados en la actividad.

Urge que el Gobierno Central y los grupos implicados en la pesca se aboquen a la aprobación consensuada de Ley Marco y una Política Nacional de Pesca acordes con la realidad del país, tomando en consideración los compromisos adquiridos con relación a la protección del ambiente y la pesca responsable.

Por último, los peces transfronterizos que dejemos de pescar serán capturados en aguas de otros países, a menos que se firme un nuevo decreto que les prohíba emigrar, lo cual me parece bastante difícil e improbable.   Es recomendable que el señor Presidente realice amplias consultas con los interesados y expertos, antes de firmar medidas como las que nos ocupa que condenan a humildes trabajadores al desempleo y lo que es más grave aún, sin ofrecerles alternativas.

 

 

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<>Artículo publicado el 13  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

La agonía sin fin de la educación en Panamá (II)

La opinión del Catedrático Universitario….

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Ricaurte L. Pacheco Tack

Una substancial cantidad de docentes universitarios han trabajado o sirven actualmente como asesores en el MEDUCA y otros pocos, en diferentes momentos de la historia política del país, han llegado a ejercer como ministros del ramo.

Un mal educador hace más daño a la sociedad que un mal médico ya que los errores del médico se entierran y pasan desapercibidos, en cambio los de un mal educador se multiplican a través de los años.

Entonces, ¿por qué son tan diferentes las exigencias que se tienen en las universidades con un estudiante de medicina y uno de educación? Esta discordancia de requerimientos aunada a actitudes flexibles que podemos calificar de paternalistas por parte de las autoridades, como es rebajar la puntuación mínima requerida para el ingreso, incide profundamente en la calidad de los egresados y como corolario en los peldaños inferiores del sistema educativo. A ningún padre de familia le interesa que sus hijos estén en manos de educadores con deficiencias: la formación de los maestros y profesores debe ser sólida y exigente debido al papel que desempeñan en el proceso de transmisión del conocimiento.

El bajo rendimiento en las pruebas de ingreso de los que aspiran a entrar en la Universidad es la consecuencia de un sistema perimido y desfasado que se podrá truncar en los centros de educación superior mediante la estructuración de cursos propedéuticos de nivelación, cuya duración se tendrá que determinar en base a los objetivos seleccionados, con el debido reconocimiento de los créditos correspondientes que posibiliten la adquisición del perfil de ingreso establecido. Estos cursos podrían darse en la propia universidad o en otros establecimientos bajo estricta fiscalización de ésta.

Un tema escasamente tratado en el sempiterno enfrentamiento entre las distintas esferas del sistema educativo, es el de la necesidad de jerarquizar la formación de los docentes lo cual implica además de una formación más exigente, condiciones de trabajo adecuadas, reconocimientos e incentivos (en especial a los que laboran en áreas de difícil acceso) y mejores ingresos que aseguren al educador (a) un nivel de vida decente conforme con el apostolado y sacrificios que la sociedad suele demandarle.

La meta sería el logro de una educación estatal de calidad, libre, laica y gratuita. Por ello, la educación debe forjarse como parte de un proyecto de Nación. No obstante, ante la crisis que nos aqueja debemos analizar si efectivamente hay una voluntad entre los distintos sectores políticos para el mejoramiento de la educación. Un pueblo educado llegado el momento, sabrá distinguir a los gobernantes honestos y competentes y servirá de cortapisa a la corrupción.

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Este artículo se publicó  el  28 de marzo de 2010 en el Diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

La agonía sin fin de la educación en Panamá

La opinión del Catedrático ….

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Ricaurte L. Pacheco Tack

La semana pasada, un profesional que trabaja en el área de genética de un hospital en Vancouver, Canadá, me comentaba que tenía que ir el domingo al laboratorio para enseñar la técnica de extracción de ADN a tres niños de quinto grado, ya que estaban participando en un concurso de Ciencias entre las escuelas públicas de Vancouver. Lo que llama aquí la atención, no es la enseñanza de una técnica sino, el alcance de la conceptualización de un proyecto en niños de 10 a 11 años, el apoyo de los padres y la receptividad de una unidad hospitalaria a la solicitud de una escuela primaria.

Por un lado, queda clara la importancia dada a una actividad educativa por parte de la comunidad y por otro, se revela un proyecto educativo innovador.

¿Por qué no ocurre esto en las escuelas locales, cuando Panamá es uno de los países de la región que más recursos destina a la educación y cuando se dispone de un acceso a la tecnología superior al de muchos países vecinos?

Desde hace más de tres semanas, a través los medios de comunicación, se han venido divulgando los avances del reestreno de aquella vieja película que podríamos titular La agonía sin fin de la educación en Panamá.

De todos es conocido que en los últimos 30 a 40 años, nuestro sistema educativo se ha deteriorado paulatinamente y que estamos, al menos en lo que respecta a la educación estatal, a escasos milímetros del fondo.

Más que a la falta de un presupuesto adecuado, esta situación responde, en gran medida, a la falta de capacidad administrativa en todos los niveles del proceso.

Antes de emprender la tarea de reconstruir el sistema educativo debemos:

i) establecer qué perfil cognoscitivo deben poseer los educandos que egresan de los distintos horizontes del sistema y

ii) ser conscientes de que los resultados de los cambios se verán al menos luego de una década.

Se hace hincapié en las ventajas de la transformación curricular y en la adecuación de la educación a los tiempos que corren con miras a elevar la competencia del país, la calidad de vida de los ciudadanos y al logro de un desarrollo sustentable, etc.

Todo eso es valedero; no obstante, se requiere la participación objetiva y sin sesgos políticos de las autoridades del MEDUCA, educadores y padres de familia.

He escuchado que la educación comienza por casa lo que implica, que la escuela no es una simple guardería.

En pos de encontrar algún punto de ruptura en la cadena de causas que han contribuido al deterioro de la educación, la transformación curricular debe contemplar cambios fundamentales en los centros de educación superior donde se forman los maestros y profesores.

Nuestras universidades y facultades de Educación, no son ajenas a este problema y tienen una gran cuota de responsabilidad. Algo no debe estar funcionando bien ya que en ellas se forman los profesores y muchos de los que egresan, ejercen como maestros en la educación básica.

(Continúa mañana).

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Este artículo se publicó  el  27 de marzo de 2010 en el Diario El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.