Sobre nuestras prácticas para la disposición de la basura

La opinión de…..

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Gilza Córdoba


El destino de los desperdicios no deja de ser un problema para muchas naciones y toma mayor relevancia ahora que todos escuchamos hablar de hechos como el calentamiento global y la afectación al ecosistema.

En el caso de nuestro Panamá, confrontamos problemas por situaciones tan básicas como la escasez de herramientas adecuadas para el traslado de la basura, es decir, la insuficiencia de camiones especiales para realizar esta operación. Al parecer estamos todavía muy lejos de adoptar las medidas que han puesto en práctica los países que consideran el reciclaje, reutilización, regeneración y la recuperación de los residuos como una industria lucrativa emergente.

Al Estado, como agente potenciador de la educación, le corresponde diseñar e implementar programas educativos que pongan en relieve la información sobre el manejo eficiente de residuos. En consecuencia a esta acción, le corresponde a la ciudadanía adaptar estos conocimientos a su estilo de vida. El reto para el Estado está en desarrollar una conciencia ambiental de compromiso, que lleve a introducir en nuestro quehacer cotidiano el tema ambiental.

En algunos países, las autoridades piden a sus habitantes que depositen las latas, botellas, cartón y el papel el recipientes separados. Los camiones recogen y envían estos “materiales” que no son propiamente basura, a las instalaciones de reciclado o fábricas que obtienen un beneficio económico y, al mismo tiempo, se minimiza el trabajo de incineradoras, como también el volumen de residuos en los vertederos.

Los beneficios de considerar los residuos como recursos que aumentan diariamente, podría representar un ahorro o una oportunidad de negocio para la empresa privada, al mismo tiempo que protegemos nuestro medio ambiente. En cuanto al papel que le corresponde a la ciudadanía, algunos creen que la raíz del problema se debe principalmente al deficiente manejo que las autoridades municipales le dan a la recolección de la basura, por lo tanto, trasladan la responsabilidad exclusivamente al Estado.

Cuando hablamos del equilibrio del ecosistema y de nuestra realidad ambiental, desafortunadamente muchos no ven la relación directa entre sus acciones diarias y estos acontecimientos. Esta es una cuestión de decisión más que de dinero, porque muchos proyectos ambientales requieren poco esfuerzo y no representan inversiones económicas significativas.

Considero que el problema de la basura en nuestras calles puede tener una manera pasajera de resolverse, pero si no trabajamos conjuntamente los ciudadanos, el Estado y la empresa privada, seguiremos afrontando una serie continua de problemas de salubridad hasta el colapso.

Mientras tanto, la basura que producimos en nuestros hogares la continuamos desechando arbitrariamente sin clasificar; en la misma bolsa desechamos cartón, metal, plásticos, material orgánico y demás tipos de desperdicios. Materiales que pudiesen ser reutilizados no se están aprovechando eficazmente. La cultura ciudadana en el tema ambiental toma hoy un papel preponderante y es importante reconocer que el manejo de la basura resultará insostenible a largo plazo bajo el modelo actual.

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Este artículo se publicó el 3 de abril de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Una reforma necesaria

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La opinión de….

Gilza Córdoba


El mes pasado, observé por televisión una entrevista que se realizaba a nuestra ministra de Educación, donde se referían a la ansiada reforma educativa. La ministra explicaba que esta reforma abarcaba mayores oportunidades de autorrealización para los jóvenes, a través de una oferta de actividades extracurriculares, y que los tres ejes en los que se fundamentaría la misma serían: tecnología, inglés y ética.

Ética.  Qué de la ética del panameño común?  Vemos su falta en padres que parecen ausentes, mientras sus hijos menores sacan la mano por la ventana de un vehículo para deshacerse de desperdicios o en las regatas de buses dirigidos por un par de conductores irresponsables, que juegan con la vida de pasajeros y peatones. La palabra ética deriva del griego ethika, de ethos.

Ahora bien, ethos significa comportamiento o costumbre. La ética abarca las reglas sociales que definen el comportamiento de las personas en una sociedad y que vivir de acuerdo con ciertos valores es cosa necesaria.

Los estudiantes pasan solo algunas horas en el colegio y no es sensato esperar que un individuo desarrolle hábitos de comportamiento que le permitan convertirse en un buen ciudadano, confiándoles a sus maestros la totalidad de la tarea, aun cuando contásemos con el mejor sistema educativo.Aunque parezca falso, muchos padres esperan esto del sistema.

Ciertamente, hace tiempo era hora de actuar para rectificar los rumbos y de realizar una reforma cuyo instrumento necesario es la transformación curricular. Esperamos de nuestros maestros que sean facilitadores, orientadores, pedagogos; pero creo que no reposa sobre ellos la responsabilidad de decidir qué es lo que se debe enseñar y cuándo debe hacerse.

Me sorprende sobremanera escuchar que algún grupo de educadores se resiste a pensar que las modificaciones en el sistema no urgen o digámoslo en otras palabras, que en sus actos libres y deliberados estos educadores sustenten enfáticamente que ejercerán algún tipo de presión si se cambia esto o aquello.

Es claro que para estos grupos, no importan los medios con tal de llegar al fin. Entiéndase por los medios la pérdida de días de clase para nuestros estudiantes de escuelas públicas y por fin, intereses particulares. Esta situación representa en sí misma un problema de ética. Muchos disfrutaríamos de ver actuar a algunos dirigentes magisteriales como tales.

La reforma educativa tiene que ir de la mano con el apoyo de la sociedad civil.  Las acciones y los métodos necesarios para la reforma implican una estrategia, una táctica en la que todos los panameños tenemos una posición que jugar, como compañeros de trabajo, como vecinos, como adultos responsables.

Esto sería un factor determinante para participar de una sociedad con una convivencia armoniosa. Si queremos ver avances reales por las modificaciones de la reforma educativa desde una perspectiva humanística y en nuestra generación, todos tenemos que participar activa y continuamente de un cambio necesario y no quedarnos al margen del mismo.

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Publicado  el   15  de  enero  de 2010  en   el  Diario  La  Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.