Su historial de crédito cuenta

La opinión de…

Fernando Sucre Miguez

Desde tiempos ancestrales, la palabra honor ha estado presente como sinónimo que ejemplariza el resguardo de la imagen que cada uno de nosotros deseamos preservar. Es nuestra autovaloración. En la antigüedad e inclusive hasta tiempos recientes, la ofensa al honor de una persona terminaba resolviéndose mediante un duelo, cuyas normas regulatorias llegaron a ser recogidas por leyes y hasta códigos, siendo el más conocido el del marqués de Cabriñana.

En la actualidad, los duelos ya no existen, pero sí las normas legales que regulan y sancionan las faltas al honor de una persona. Lo curioso del caso es que somos muy dados a deshonrar a otros y el ofendido hace poco caso o nada a lo dicho, abriendo la puerta a que se crea lo que se manifiesta. No le importa su reputación.

El concepto del honor hoy día va ligado directamente a casi todos los quehaceres de la vida, siendo el crédito uno de ellos. Con frecuencia veo en los comités de créditos de Mi Banco S.A., BMF cantidad de personas cuyos historiales crediticios dejan mucho que desear.

Desde su creación, la Asociación Panameña de Crédito (APC) ha sido el vehículo por excelencia para que los bancos e instituciones financieras consulten el comportamiento o manejo de los créditos de las personas. De manera clara y objetiva nos permiten explorar si una persona es responsable con sus obligaciones o no lo es. El mecanismo es simple: la institución que ha otorgado el crédito informa con relativa periodicidad a la APC si el deudor paga en orden o no paga. Si un deudor considera que la información que ha expuesto el banco es errónea o no se apega a la realidad, puede presentar un reclamo, el cual se transmite a la institución y está última debe contestar corrigiendo el error o demostrando su posición.

Lo asombro es que a muchos panameños no les importa lo que se diga del cumplimiento de sus obligaciones, aunque ello manche su honor. Esta característica va muy ligada a un tema social. Por regla general las personas adquieren mayores créditos de los que pueden afrontar; por ende, a la hora de tener que cumplir no le pueden hacer frente a todos. En alguna medida, y en honor a la justicia, la sociedad está permanentemente empujando al consumo. Debemos tener lo de última moda o el más reciente celular, olvidando invertir parte de nuestros ingresos en producir mayores riquezas.

Por ello, cuando por fin usted se acerca a un banco con el fin de solicitar un préstamo para invertir en un negocio y su historial crediticio es deplorable, lo más seguro es que le será denegado.

Por eso es tan importante cumplir con sus obligaciones, endeudarse solo hasta donde sus ingresos se lo permitan y no dejarse presionar por el consumismo social. Cumplir al día con sus deudas le permitirá abrir más puertas para adquirir nuevos y mejores créditos, de tal suerte que ese negocito que usted abrió pueda seguir creciendo y produciendo nuevos y mejores ingresos para usted y los suyos.

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Este artículo se publicó el 3 de febrero  de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El ‘emprendurismo’

La opinión del Jurista…

Fernando Sucre Miguez

La palabra emprendurismo ha sido ligada en los años recientes al microcrédito. Es el sinónimo por antonomasia más utilizado para ejemplarizar al microempresario, a la persona que emprende un negocio en busca de un mejor ingreso económico y mejor devenir. Aunque debo decir que dicha palabra no existe en el Diccionario de la Real Academia Española, pero como para cada invento hay que crear una palabra, a alguien se le ocurrió que esta era la más indicada.

Durante mi gestión dentro de Mi Banco, S.A. BMF, he podido observar muchos emprendedores que en alguno de los casos fracasan en su intento por iniciar su propio negocio. Recientemente, en un artículo de Mario Vargas Llosa se hace alusión a una obra de Alberto Fuguet, en la que se narra la vida de un tío del escritor que había salido en busca de un mejor porvenir en Estados Unidos. Por supuesto que en su intento falló. Vargas Llosa se cuestiona el porqué de aquel fallo y llega a la conclusión de que se debió a la falta de preparación y de constancia en el oficio que había encontrado.

Creo que esto describe de forma ejemplar lo que todo emprendedor debe hacer para poder triunfar. No se trata solo de tomar la iniciativa; la preparación y el estudio son indispensables en lo que se desea hacer. Dice muy atinadamente Rubén Blades, en su canción Sorpresas, que “hasta para ser maleante hay que estudiar”. Si usted no estudia, lo más seguro es que fracasará en el intento. Todos los oficios tienen sus técnicas, sus secretos, sus métodos. Por ende, hay que prepararse para lo que se desea emprender, conocer las leyes que lo amparan, los tributos que se deben pagar, las normas laborales, etc.

Luego de que usted se hapreparado empieza la difícil tarea de organizar su negocio, donde debe tener muy claro que los triunfos, así como los fracasos, estarán rondándole. Allí es donde inicia la constancia. Usted debe ser innovador, mantener un carácter de perseverancia y liderazgo. Solamente el trabajo duro y enérgico, así como los riesgos que tome, le mantendrán su negocio a flote. Si a la primera desavenencia usted se deja llevar por el pesimismo y cree que ha fracasado, de seguro eso sucederá. Cuanto más crezca su negocio, más contrariedades se le presentarán.

Lastimosamente, en Panamá, por alguna razón poco conocida, somos dados a no ser emprendedores. Los gobiernos hablan del tema, del microcrédito, etc., pero al mismo tiempo no lo impulsan adecuadamente con mejores leyes, incentivos fiscales y laborales. Eso conlleva a que las personas prefieran obtener un puesto de trabajo en el sector público antes de crear su propia empresa. De allí que la planilla estatal sea tan abultada.

Peor aún resultan aquellas personas que por dicha tienen la grandiosa oportunidad de estudiar en las mejores universidades del mundo, y a su regreso prefieren laborar como empleados en alguna gran empresa, pues es allí donde tienen la seguridad de un buen salario cada quincena. Son esos los que solo cumplen la primera parte de lo que debe tener un emprendedor: el estudio. No se atreven a dar el paso siguiente que los ayudaría a ellos y al país. Entonces, de qué sirve estar bien preparados si no poseen la valentía de dar el siguiente paso.

Parece paradójico que pueden enfrentarse a las grandes demandas de estudio que exigen las mejores universidades, abrir sus mentes a la riqueza del conocimiento, para luego entregárselo a otros que sí tuvieron el coraje de emprender sus empresas. Si canalizaran toda su energía en construir algo propio, los beneficios serían extraordinarios, pues el haber estudiado en una buena universidad los pone por delante de tantos otros que no han tenido esa oportunidad. El procedimiento contrario únicamente les dará un cheque de jubilación de la Caja de Seguro Social muy por debajo de lo que solían ganar, si es que hay jubilación para dentro de unos años.

Por ende, ¡anímese a iniciar su propio negocio!, pero recuerde siempre estudiarlo antes y a reconocer que aunque se presenten fracasos, habrá también éxitos y triunfos.

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Este artículo se publicó el 15  de enero de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El ahorro como herramienta de crecimiento

La opinión del Jurista…

 

Fernando Sucre Miguez

Cuando acepté ocupar un puesto en la junta directiva de Mi Banco, S.A. BMF, nunca creí que tal experiencia sería tan enriquecedora como los es. Ver llegar a cientos de panameños con un sueño de negocio y ayudarlos a construirlo me ha llenado de mucha satisfacción en estos últimos cinco años.

Para una mayoría de ciudadanos escapa de su óptica que de los tres y medio millones de panameños –por cierto mal contados– que viven en nuestro Panamá, una gran cantidad son micro o pequeños empresarios o, por lo menos, aspiran a serlo.

Mucho se habla a todos los niveles gubernamentales y bancarios de iniciativas encaminadas a otorgar créditos a estos emprendedores, pero poco se hace, pues aunque parezca increíble no se trata de un tema simple, porque en la mayoría de los casos son personas sin recursos o bienes tangibles que puedan poner como garantía de sus obligaciones. Se trata más bien de entablar una relación de confianza, credibilidad y apoyo a quien aspira mejorar su situación económica.

Mi Banco, S.A. BMF desde su fundación ha coadyuvado al desarrollo del país. Con una misión clara y, en muchas ocasiones silenciosa, ha sacado de la pobreza a cientos de panameños. Sin embargo, este no es un proceso sencillo, requiere de educación a quienes se presentan con planes muy concretos, pero que no saben cómo desarrollarlos con éxito.

Uno de los puntos en los que los emprendedores han manifestado mayor deficiencia es el ahorro. El ahorro se define como parte de la renta o ingreso de una persona o empresa, no utilizado, y que se guarda para futuras inversiones o imprevistos.

Las personas no tienen claro el potencial que conlleva el ahorrar. No me refiero al ahorro con propósitos de adquirir bienes, sino al ahorro para realizar inversiones que producirán mayores riquezas. ¿Pero, para qué me serviría ahorrar? Pues, para invertirlo en mi negocio, para ponerlo como garantía de algún crédito o para imprevistos de la vida como enfermedades, accidentes, educación y hasta para los tiempos de las vacas flacas, que siempre llegan.

El ahorro erróneamente se proyecta como un mecanismo para adquirir un carro nuevo, un televisor plasma o el último celular de moda, todos ellos objetos perecederos que no generan riqueza y que se devalúan desde el instante que salen del establecimiento comercial. Inclusive, aquellas personas que ahorran los excedentes de sus ingresos, depositando los mismos en los bancos, ayudan indirectamente a otros, pues con esos fondos el banco otorga créditos a personas y/o empresas que los requieren y ello construye mayor riqueza a través de la creación de nuevos negocios.

Si usted considera que su nivel de ingreso se mantendrá inalterable el resto de la vida de su negocio, lo más seguro es que no creerá en la necesidad del ahorro. Pero si usted estudia los acontecimientos económicos mundiales de los años recientes, se percatará de que hasta las mayores empresas del mundo se las vieron mal por falta de previsiones como el ahorro.

Por bajo que sea su ingreso, el ahorro debe formar parte del presupuesto mensual de cada quien. Inclusive, en otros países existen comunidades en las que se organizan por grupos para ahorrar de forma colectiva, basándose en el ingreso de cada uno de sus miembros, quienes se fijan una meta en común y trabajan en conjunto para llegar a la misma. Tal vez esa figura sea muy sofisticada para los panameños, pero pensemos en crear metas comunes en familia, donde cada uno aporte su grano de arena para el beneficio común de todos.

Por ello, si usted tiene la aspiración de crecer como persona, en su negocio y mejorar su estilo de vida, piense en empezar a ahorrar hoy mismo, pues el tiempo es lo más importante que se nos ha dado y una vez transcurrido no regresa.

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<> Este artículo se publicó el 18 de diciembre  de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Los empleados públicos

La opinión del Jurista…

Fernando Sucre Miguez

Érase una vez cuando la planilla estatal no era muy grande y los salarios de aquellos empleados públicos tampoco.  De repente el Estado decidió, por muchas razones, convertirse en agencia de colocación de empleo y salvamento para muchos en el país, quienes lo único que han sabido hacer en sus vidas es trabajar para el gobierno.

El funcionario por regla general es nombrado por ser miembro activo del partido en el poder, compadre del jefe o sobrino de otro jefe en alguna institución.

En cuanto llegan adquieren ciertos rasgos característicos que normalmente los distinguen como burócratas.

El funcionario que lleva algunos años en el puesto está en una oficina poco menos que deprimente, en un escritorio oxidado, con una computadora con varios virus y un teléfono de disco, en donde para animar su panorama ha pegado en las paredes pensamientos relacionados con la belleza de la vida o la amistad, cuadros de flores o algún santo.

Su vida cotidiana se inicia cuando de forma puntual, porque es puntual, llega a su sitio de labores con alguna fritura, café o soda para desayunar, pues el tiempo no les dio en la casa para realizar tan magna labor. Si se trata de alguna funcionaria, a la hora de entrada comienza el proceso de maquillaje, pues al público hay que recibirlo con buena cara.

Si el funcionario es varón resulta importante iniciar sus labores bien informados, por lo que expande sobre su escritorio alguno de los tabloides más sangrientos de la plaza.

Cuando finalmente decide arrancar la faena, empieza el proceso de estudiar los casos que sus jefes le han encomendado. No hay que equivocarse en mis apreciaciones, ya que el trabajo que se genera en una oficina pública es inmenso, producto de que todo gira alrededor del gobierno.

Es por ello que el funcionario público está encerrado en un desgano permanente, pues no importa cuánto haga, al final, siempre encontrará mucho más que hacer.

Si usted como contribuyente se acerca a realizar un trámite no habitual o fuera del estrecho manual de procedimiento, se encontrará que nadie se atreverá a recibir su solicitud, por miedo a perder su puesto si lo hace. Consultarán con su superior y lo más seguro es que le dirán que eso no se puede hacer, pues ellos llevan 20 años haciéndolo de otra manera.

Si su solicitud ya está en trámite, pero se encuentra algo demorada en el laberinto burocrático, no se le ocurra formar ninguna clase de escándalo, ya que eso podría acarrear una demora adicional y hasta una negación a su solicitud.

Si lo que han hecho es emitir una resolución en contra y usted reconsidera, de seguro la confirmarán, pues a quién se le puede ocurrir que el mismo funcionario que le falló en contra, ahora, cinco días más tarde, va a estar de acuerdo con su posición.

Los días miércoles son de suma importancia para el funcionario, pues comprar su pedacito de billete es imprescindible para mantener la fe viva de que, si gana, podrá salir de allí.

Eso sin perjuicio de cualquier rifa clandestina en donde se comprometen a pagarle una suma de dinero en el evento que su número salga premiado en el sorteo de la lotería.

Para las instituciones más organizadas están los boletos de algún happy hour para recaudar fondos para la cooperativa.

Los días de quincena son altamente importantes para los prestamistas usureros, los cuales madrugan en la institución para cambiar los cheques y cobrar la letra del préstamo a perpetuidad que tomó el funcionario.

Los bochinches institucionales son perennes. Es habitual escuchar que el ministro o director posee una lista de funcionarios a ser despedidos en la próxima quincena. Eso desmotiva aún más a los ya desmotivados empleados, además de aumentar la lentitud en los trámites, pues no se sabe si este será su último cheque.

El funcionario público cuenta con una familia muy numerosa, la cual se enferma con relativa frecuencia, rompiendo las estadísticas del Ministerio de Salud que indican que no hay ninguna epidemia de importancia en Panamá. Esto le permite pedir no menos de tres permisos mensuales para ver al pariente que se encuentra en convalecencia.

La madre del funcionario siempre está enferma, pero lo asombroso es que ni se cura, ni se muere, es por ello que se acerca al jefe con regularidad a pedirle un préstamo, el cual nunca paga, para comprarle los medicamentos que el Seguro Social hace rato no trae.

Cuando un funcionario es extremadamente incompetente y el jefe decide ponerle fin a la relación, se encuentra con el escenario en que o está en carrera administrativa, y para despedirlo debe realizar un proceso bastante complicado, o el funcionario es primo del tío del hermano del ministro de turno, quien lo salva normalmente trasladándolo junto con su ineficiencia a otra dirección.

Si el funcionario no está en ninguno de los casos anteriores, entonces empieza a reclamar que él tiene 15 años de servicio y que no lo pueden botar, como si los años en el cargo fueran una impunidad para no ser despedido por ineficiente.

En fin, el funcionario público es sin lugar a dudas un personaje que ha repercutido en la cultura panameña quedando arraigado hasta lo profundo.

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<> Este artículo se publicó el 27  de noviembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor  en: https://panaletras.wordpress.com/category/sucre-miguez-fernando/

Mi banco: 60 millones de éxitos

La opinión del Abogado…..

Fernando Sucre Miguez

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Mi banco: 60 millones de éxitos


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La idea de hacer un banco que sirviera como una institución crediticia que apoyara a todo aquel emprendedor que no tuviera acceso a la banca tradicional surgió de I. Roberto Eisenmann, cuando tomó esta iniciativa y publicó en este diario un artículo que explicaba tan loable proyecto.  Las respuestas de miles de panameños no se hicieron esperar, y los aportes empezaron a llegar de forma espontánea lográndose fundar lo que hoy conocemos como Mi Banco, S.A. BMF.

Ya han pasado 11 años desde aquel momento y creo oportuno hacer un balance de lo que ha significado esta institución para el país, así como lo que podemos esperar de ella en el futuro próximo.

Mi Banco fue el primer banco de microfinanzas de Panamá (BMF). En sus inicios nuestro banco quiso desarrollar el mismo modelo seguido en Bangladesh por Muhammad Yunus, quien es considerado el padre de la microfinanza; sin embargo, la implementación del sistema de grupos solidarios no resultó, ya que las realidades de Bangladesh resultaban muy distintas a las de nuestro país. Así las cosas fue necesario enrumbar la forma como se desarrollaba el proyecto, claro, sin perder de vista el mandato dado por nuestros accionistas que para nosotros ha sido el norte permanente de quienes llevamos la administración de esta institución bancaria.

Hoy, el banco y sus accionistas pueden sentirse orgullosos de lo que se ha logrado. Hemos prestado 60 millones de dólares a miles de panameños en sus sueños de convertirse en empresarios; hemos visto pasar por nuestro banco a personas humildes que un día tuvieron un sueño y hoy son propietarios de empresas exitosas que no sólo los ayudan a ellos, sino a miles por los empleos que aportan progreso al país.

El tema del microcrédito del cual muchos hablan –pero pocos conocen– es complejo, pues no se trata de prestar dinero por prestar, o de dar créditos a cualquier persona que dice tener un sueño.   Se trata de educar al emprendedor para que comprenda cómo realmente funciona el mundo de los negocios, como, por ejemplo, la obligación que adquieren con el fisco una vez que su empresa ha iniciado operaciones, la forma cómo deben llevar la contabilidad, los temas laborales y demás, pues sin estos elementos indispensables el emprendedor puede tener una idea muy distinta de la realidad empresarial y fracasar en su intento por surgir.

Es por eso que Mi Banco ha iniciado una alianza con la Universidad Interamericana y la Ulacit, con el fin de capacitar en estos temas a nuestros clientes y a personas que a su vez transmitan esos conocimientos a nuestros prestatarios.

El año 2010 traerá muchas cosas nuevas para nuestra institución. Entre ellas, que mudaremos nuestra casa matriz a la Vía España. Después de mucha deliberación la junta directiva llegó a la conclusión que esta nueva ubicación resultaba más accesible para esos miles de panameños que día a día están deseosos de encontrar un banco que tenga fe en sus proyectos.

El edificio actual ha recibido una oferta de compra por parte del Banco Nacional de Panamá, lo que permitirá los ingresos necesarios para hacerle frente a los gastos de la mudanza. Además, modernizaremos nuestro sistema tecnológico, el cual requiere de nuevas herramientas que nos permitan estar a la vanguardia, y se prestarán nuevos servicios bancarios, como chequeras, tarjetas de débito y ahorro escolar.

En materia de capital humano hemos venido contratando personal con mayor experiencia bancaria, profesionalizando a nuestro equipo humano.

Hemos dividido en segmentos el enfoque hacia dónde deseamos dirigir nuestros recursos. El primer y principal segmento, que resulta nuestra razón de ser, es el microcrédito, pero estamos rediseñando la forma como lo hemos hecho durante años; primero, capacitando a los emprendedores y luego prestándoles.

Esto puede parecer utópico, pero la experiencia conque contamos después de muchos años, y siendo el primer banco de microfinanzas del país, nos ha enseñado que ese es el camino que cualquiera que desee introducirse a ese mercado debe seguir. El segundo segmento es el de las Pymes. Existe un importante grupo de pequeñas y medianas empresas que no tienen acceso al crédito tradicional, y nosotros somos su alternativa.

Panamá tiene que agradecer a todas esas personas que aportaron su dinero para convertirse en accionistas y hacer realidad este banco; lo hicieron pensando en el país, y hay que agradecerles su paciencia.   Cuando este sueño se inició jamás pensamos que podríamos ayudar a tanta gente.   Como inversionista, sé que esperan el pago de dividendos por sus aportes económicos, chicos o grandes. Ya estamos más cerca, no sólo de esa meta, sino también de que sus acciones tengan un valor muy superior al que aportaron.

Mi Banco se enorgullece por ser el primer banco de microcrédito del país que tiene a su haber 60 millones de éxitos, y por haber inspirado a otros a seguir nuestro camino.

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Publicado el 15 de octubre de 2009 en el diario LA PRENSA, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.