El artículo de opinión escrito en julio de 2008 por la entonces Primera Dama de la República…..
Vivian Fernández de Torrijos
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Televisa y mi novela
Al ser recibida por los más altos ejecutivos de Televisa en México la semana pasada, experimenté nuevamente lo mucho que ha crecido nuestro país ante los ojos del mundo. ¿Cuándo se nos habría ocurrido que una empresa que produce 8 mil horas diarias de televisiónconsideraría a nuestro país como una excelente locación para sus productos? Panamá es conocido ya en todas las latitudes, y empresas dinámicas e importantes se interesan en su potencial.
En materia de producciones de entretenimiento, otro punto llamó mi atención. Analizando los formatos de telenovelas mexicanas noté que para conseguir guiones de la más alta fantasía y creatividad no hay que ir lejos: Aquí mismo en Panamá, un diario que es considerado de importancia y que se dice el más serio del país se ha dado a la tarea de usar a nuestra familia como personajes para una telenovela sobre el antes y después de la Presidencia. Hace solo dos meses, escribieron el primer capítulo cuando involucraron al Presidente en la saga de República Dominicana. Con febril creatividad, de su pluma nació un contrato de asesoría que hizo rico a mi esposo antes de ser presidente.
El ardor del intento fue tal, que el fundador del diario llegó al extremo de tildarlo de botella dominicana. Lo interesante de ese capítulo de periodismo–ficción fue la presentación al pueblo de un presidente al que le encanta el dinero fácil, que sabe usar sus contactos para enriquecerse y que cobró directamente por muchos meses hasta llegar a ser millonario, sin hacer nada.
El corte con la realidad fue tan radical, que en la narración de esa primera fantasía no se especificaron los resultados ni los logros de la consultoría realizada por la empresa, de la cual el Presidente era una parte minoritaria. La imaginación del periodista guionista fue cautivada por la bella casa del candidato dominicano a presidente y entonces ministro de Obras Públicas, Miguel Vargas, escenario ideal para que nosotros, su elenco, disfrutara múltiples despedidas de año.
Pese al esfuerzo por vender más ejemplares de su producto, ese primer capítulo no subió mucho el rating del medio, quizá porque el argumento no era jugoso ni popular, por lo que decidieron soñar cómo se vería el Presidente en un yate lujoso y decidieron que tenía que tener uno propio. No importa que el Presidente no lo tenga, lo importante es esparcir la idea, lo sabroso es que por ahí digan que lo tiene. Eso ya es “noticia”, y una muy buena para continuar la novela.
Luego, además del yate presidencial similar a los de otros gobernantes, no vaya a ser que se diferencie en algo, también hay que insinuar que su residencia de Playa Blanca la hizo con dineros del Estado. ¡Qué escándalo más bueno!, pensaría el trasnochado guionista, a lo mejor con los ojos ya consumidos de mirar el espejismo que él mismo creó. Quizás él esté en disposición de aceptar alguna recomendación, para que no le pase lo mismo que con el primer capitulillo, que no tuvo rating: Bueno sería que evaluara por anticipado la calidad de su argumento y que se tomara la molestia de conocer detalles, como a quién pertenecen los bienes, fechas de adquisición y otros, antes de pasar del sueño al papel, pero es poco probable que lo haga, porque una tarea tan innovadora e inusual, como apegarse a los hechos, podría resultarle demasiado extenuante.
Televisa y Panamá pueden llegar a hacer mucho en conjunto, en un futuro cercano, pero mientras tanto, todo parece indicar que nuestro pueblo seguirá siendo informado a través de retorcidas novelas cuyos argumentos solo buscan demeritar lo alcanzado en materia de transparencia y decencia por nuestro presidente. Decir mentiras no cuesta nada, contar la verdad cuesta páginas de explicación y tiempo.
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<>Publicado el 4 de julio de 2008 en el Diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.
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