Solución al transporte público

Solución al transporte público


Marlo De León

El transporte público en Panamá colapsó hace mucho tiempo. Gobiernos vienen y se van prometiendo cambios en los servicios de buses y taxis. Por muchos años el desaparecido Instituto Panameño de Turismo vendió el servicio colectivo como un atractivo turístico y el resultado fue el triste calificativo que obtuvieron: Diablos Rojos.

Estos mensajeros de muerte se tomaron en serio su mal título y en los últimos cinco años del gobierno PRD se registraron accidentes, muertes e infracciones jamás vistos en la historia nacional.

¿Pero, qué provoco tanta desidia en el transporte colectivo? Por un lado los diversos gremios transportistas politizados hasta no más y por otro la Autoridad de Transporte Terrestre que nunca puso el cascabel al gato.

El problema del transporte se manipuló con mucho “maquillaje” por cinco años. El gobierno anterior no quiso cargar con otro problema más y menos confrontarse con los gremios transportista. Política gubernamental de todos los partidos gobernantes en democracia desde 1990 al finalizar un periodo: “pásale este dolor de cabeza al próximo gobierno”. ¿En dónde quedo el proyecto transmóvil? ¿Qué ocurrió con el famoso “Plan de movilidad urbana? ¿En qué quedo la ley de prohibición de compra de buses de marcas estadounidenses de segunda? ¿Quiénes se beneficiaron con los 25 mil dólares para entregar sus buses y certificados?

Ahora hay un nuevo gobierno que ha empezado con tanto ímpetu que nos ha dejado a muchos con la boca abierta. Empresarios exitosos en el poder con una visión clara de los problemas. ¿Será este gobierno se atreverá a privatizar el transporte de una vez por todas? Esperamos que el gobierno intervenga desde ahora y que se resuelva el catastrófico servicio por esperar a solucionarlo con el proyecto del tren subterráneo que tomará aproximadamente tres años

Que los panameños tengamos calidad de transporte y servicio es un derecho inalienable. Que el turista se convierta en multiplicadores de otros turistas al expresarse del excelente servicio de transporte en sus países, sería un anhelado éxito. Por lo anterior, los panameños piden desesperadamente, basta ya de muertes injustificadas, basta de buses sin aires acondicionados, basta ya del “no voy”, basta de buses y taxis chatarras. Privaticen los servicios de transporte y tendremos un mejor país.

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Publicado el 7 de agosto de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Burocracia y pésimo servicio público en Panamá

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Burocracia y pésimo servicio público en Panamá

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Marlo De León P.
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Si usted tiene que realizar algún trámite en cualquiera institución pública de Panamá, automáticamente sus neuronas se estremecen y se preparan para soportar largas horas de espera. Este proceso burocrático le tomará, dependiendo la naturaleza de su gestión, desde un día hasta meses.

No lleve un periódico para pasar el rato. Lleve mejor a Don Quijote de la Mancha o la Santa Biblia. Por favor lea y concéntrese para no escuchar las exquisitas tertulias entre funcionarios.

En todas las instituciones del Estado existen estos “entes” represivos del respeto y de la calidad de atención al cliente. No tienen un programa de entrenamiento para este personal, que aparte de lo ordinario ofrecen la pasarela del horror.

Pero, como sentenciara el escritor español Pío Baroja: “La burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público”. En una visita a un ministerio, observamos 10 escritorios llenos de cartapacios amontonados en una oficina, mientras sus respectivos funcionarios degustaban empanadas y café. Tuvimos los usuarios que esperar hasta que terminaran su coffe break. Diez minutos después volvimos a pasar obligatoriamente frente a esta oficina en busca de la salida de la institución y de los diez funcionarios quedaban cuatro en una amena charla vespertina.

Para mediados del 2006, la planilla estatal ascendía a 160 mil 898 funcionarios, de los cuales 142 mil 344 son permanentes y 18 mil 554 eventuales, según el informe trimestral de la Contraloría. El gasto mensual de planilla totalizaba 108.2 millones de dólares.

La planilla estatal aumentó en 3 mil 967 funcionarios, al pasar de 160 mil 775 funcionarios en marzo de 2008 a 164 mil 742 empleados públicos al 31 de marzo de 2009, según el informe trimestral de la Contraloría.

Este incremento en la burocracia también significó un crecimiento de 10% en el gasto de la planilla, al aumentar de 117.4 millones de dólares en marzo de 2008 a 130.1 millones de dólares en marzo de 2009.

El nuevo gobierno debe eliminar la burocracia y reducir la planilla estatal. Miles de empresa privadas que tienen utilidades millonarias anualmente, obtienen buenos resultados con menos colaboradores. ¿Es válida esta comparación? Sí es justificable cuando los funcionarios solo deben prestar servicios a los usuarios y lo hacen con mala e intencional actitud.

Revalidar la carrera administrativa para todos los funcionarios y depurar objetivamente al personal es una tarea titánica pero no imposible.

Somos un país de tan sólo 3 millones de habitantes y los usuarios merecemos una buena atención y respuesta real a nuestras necesidades. Que nuestros pagos tributarios reflejen calidad y servicio. ¿Es demasiado pedir?

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Publicado el 28 de julio de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.