Iglesia y sociedad

La opinión del Escritor y Analista Político…..
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RAFAEL MONTES GÓMEZ
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Iglesia y sociedad

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Todos coincidimos en que la palabra en boga es “cambio”. La búsqueda de la felicidad es algo inherente al individuo, esa misma llama permanece encendida en los corazones humanos por realizar cambios profundos en la sociedad. Debemos puntualizar que hay cambios que no pueden realizarse con solo un sentido humanista y que requieren una transformación espiritual que solo Jesús puede dar.

Tal es así, que en esa comprensión de la sociedad panameña, ya en campaña, Juan Carlos Varela expresó que visualizaba a todas las iglesias colaborando con el Estado en el desarrollo de los proyectos sociales. Desde una perspectiva política y social, no hay por qué negar esto so pretexto de laicidad, pues, las iglesias —católicas o evangélicas— se constituyen en una herramienta fundamental para el Estado para enfrentar los distintos problemas sociales.

En Panamá, hay iglesias que ofrecen una gama de enfoques espirituales con contenido social. Unas trabajan con las personas con discapacidad, como es el caso de la Iglesia Bautista La Boca, que posee un voluntariado para la discapacidad y sensibiliza a la sociedad en este tema tan especializado.

Escuelas públicas y privadas e iglesias colaboran con la anterior y hasta tienen un énfasis en la resocialización del individuo que delinque o el adolescente en riesgo social, trabajo que realiza a cabalidad, sin mucho aspaviento ni publicidad, en una región tan conflictiva como San Miguelito, el Rvdo. Orlando Quintero. A través de la Fundación Ministerio La Unción, ellos están haciendo un trabajo comprometido, todos sus miembros están involucrados en el trabajo social por amor al prójimo.

Se me agotaría el espacio tratando de mencionar distintas iglesias en Panamá profundamente involucradas con proyectos sociales. Este trabajo va desde rehabilitar drogadependientes y alcohólicos, ofrecer apoyo a niñas en riesgo de abortar, rehabilitación e inserción en la sociedad de personas que han delinquido, hasta gente de la tercera edad que ya no puede valerse por sí misma. En hora buena las autoridades reconocen este esfuerzo y muchos de ellos pueden tener apoyo en su loable labor a través del Ministerio de Desarrollo Social.

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Publicado el 20 de octubre de 2009 en el diario La Estrella de Panamá, a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Democracia y socialismo del siglo XXI

Democracia y socialismo del siglo XXI

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Edilberto Moreno Tello
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El origen de las tensiones y conflictos sociales que vivimos en Panamá, es el resultado del nivel de insatisfacción de las necesidades básicas. La reiteración y permanencia de esta situación hace que importantes sectores sociales se movilicen en una especie de solidaridad social para lograr que se atiendan sus reclamos y cambie su situación. Este hecho, analizado objetivamente, se traduce en la práctica en un proceso de ideologización masiva que es aprovechado por las corrientes de pensamiento de izquierda para justificar, obtener legitimidad social y capturar a su favor importantes sectores de la población, proyectando la consigna de que “sólo el pueblo, salva al pueblo”.

Ante los acontecimientos políticos y sociales que ocurren en Venezuela, Nicaragua, Cuba, Ecuador y Bolivia, entre otros, y que se vislumbra como tendencia futura en Panamá y otros países, aclaro que quien piense que lo que ocurre en estas sociedades no puede pasar en Panamá, incurre en un error de apreciación; nuestra estructura social –con los niveles de pobreza, de exclusión social, de inequidad y de desigualdad de oportunidades–, presenta el ambiente propicio para que tengan buena acogida los planteamientos de la izquierda.

Motivado por el estado objetivo de nuestra sociedad y el resultado electoral comparto la siguiente interrogante: ¿a la justicia social, a la equidad, a la libertad, a la democracia, a la participación social, a la inclusión social, sólo se puede llegar en nuestras sociedades a través de un sistema socialista, basado en la ideología marxista leninista? Mi respuesta es no.

Al presidente electo Martinelli, elegido por abrumadora mayoría, le señalo que el cumplimiento de sus promesas de campaña constituyen solo parte de su programa de trabajo.

Su verdadera responsabilidad es dotar de contenido a su idea de cambio, que hizo efecto y atrajo la voluntad y confianza de los electores. La noción de cambio debe hacer referencia a cosas concretas y precisas sobre las que debe actuar. Su idea de cambio lo compromete a demostrar que desde un gobierno de derecha, presidido por un empresario, no lo descalifica para elaborar políticas públicas y sociales que permitan mejorar sustancial y permanentemente los factores que originan las diferencias sociales.

La realidad social le impone abocarse a tareas necesarias, algunas de las cuales son deudas históricas, como lo son hacer un plan de desarrollo para las áreas revertidas, la revisión de contratos (entre otros el del corredor sur), la modernización de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá como centro de transferencia de tecnología agropecuaria, culminar los sistemas de riego, dar una respuesta ordenada para atender las necesidades de desarrollo del interior del país, construir calles más amplias en las barriadas nuevas, etc.

Debo advertir que el Presidente electo y su equipo de trabajo tienen la responsabilidad de demostrar que desde los valores democráticos que han sido históricamente las bases de nuestra vida en sociedad, se pueden lograr los cambios, en educación, salud, seguridad ciudadana, seguridad alimentaria, justicia social, y oportunidad para todos. Deben tomar conciencia que de su buena gestión depende nuestro futuro inmediato, en términos de que la izquierda panameña llegue al poder, vía electoral, como lo demuestra la experiencia en otras latitudes.

Publicado el 6 de junio de 2009 en el diario La Prensa