No destruyan nuestra Vía Argentina

La opinión de…..

Marixa Lasso

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No destruyan nuestra Vía Argentina

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La Vía Argentina ocupa un lugar simbólico en la ciudad de Panamá. Desde la década de 1970 sus cafés funcionaron como punto de encuentro y conversación para muchas generaciones de panameños. El boulevard de Vía Argentina, con sus árboles y grama, representa un diseño vial que no privilegiaba al carro sobre el peatón, ni al cemento sobre el verde. Los edificios que la rodeaban, que no solían pasar de los siete pisos, mantenían esa escala humana.

Era un área densa, pero no demasiado, que invitaba a caminar. Era tal vez el único lugar en la ciudad donde era posible caminar a tomarse un café, a comprar pan fresco, o al supermercado. No era Nueva York, ni París pero era (y es) lo más cercano que teníamos a un área peatonal donde se combinaban en armonía residencias, restaurantes, cafés, negocios y áreas verdes.

A pesar de que la falta de regulación, tristemente típica de nuestra ciudad, ha dejado que se destruyan muchas de sus aceras, la gente sigue caminando. Todavía es posible ver a mamás paseando con sus cochecitos, a jóvenes estudiantes y a jubilados ejercitándose. Su atractivo recreativo y peatonal aún no se perdido.

Sin embargo, la Vía Argentina y El Cangrejo pasan por un momento crítico. Las autoridades tienen dos opciones: recuperar las aceras y enfatizar el carácter peatonal y verde del barrio, o dejar que éste se destruya.

Lamentablemente, el nuevo plan de remodelación de la vía privilegia al cemento sobre el verde y el carro sobre el peatón. En la pequeña isleta verde el plan remplaza la hierba y arbustos con inútiles adoquines, cemento, sillitas y quiosquitos, como si no fuera suficiente el cemento alrededor. Además, el plan elimina los estacionamientos públicos a lo largo de la vía, para poder convertir las vías de un carril a dos carriles.

Esto no solo le quitaría a los vecinos y a los comerciantes del área el poco espacio de estacionamiento que tienen, sino que aumentaría el volumen de carros, el tráfico, la bulla y la contaminación. La indignación de los ciudadanos no se hizo esperar. La nota del 26 de agosto de La Prensa que detallaba este plan tenía nada menos que 30 comentarios que, en su mayoría, se oponían tajantemente a estos cambios.

Le pido a las autoridades que no destruyan nuestra Vía Argentina. Arréglenla sin alterar su carácter o déjenla en paz.  Lo que está en juego es el estilo de vida del centro de la ciudad. Se puede mejorar la calidad de vida de sus habitantes expandiendo los espacios urbanos que inviten a caminar o se puede privilegiar cada vez más a los carros. Lo último podría haber sido una novedad en 1950, pero ahora es una lamentablemente señal de atraso.

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Publicado el 19 de septiembre de 2009 en el diario La Prensa; a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.