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El arte de pesca tiene impactos negativos sobre especies marinas en riesgo de desaparecer.
La opinión de…
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ÁNGEL JAVIER VEGA
angeljv@cwpanama.net
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El palangre es un arte de pesca formado por una línea madre de la cual cuelgan anzuelos. El largo del palangre y la cantidad, tipo y tamaño de los anzuelos, así como la forma de utilizarlo depende de la especie que se quiera capturar y de la tecnología de la embarcación pesquera.
En Panamá, por lo menos en aguas del golfo de Chiriquí, el palangre es utilizado por los pescadores artesanales para la captura de dorado (Corhyphaena hippurus), especie que también es capturada por los barcos industriales (palangre de superficie).
Adicionalmente, los artesanales utilizan el palangre para la captura de cherna roja (Epinephelus acanthistius), para lo cual es llevado a fondo, a unos 80 metros de profundidad promedio.
Otros peces son capturados con ambos palangres; para el de fondo se han registrado otras 60 especies asociadas a la pesca de cherna roja por los artesanales, y los industriales utilizan el de superficie para la captura de atún, entre otros pelágicos.
Pero, ¿qué tan largo es el palangre, ya sea de superficie o fondo? En el caso de los artesanales, depende del área de pesca, el recurso que se busca y de la pericia de la tripulación de la embarcación; que por cierto son botes de unos 35 pies de largo, con capacidad de hasta 7 mil libras en sus tinas y que operan con motores fuera de borda de hasta 55 caballos de fuerza tripulados, por lo general, por un capitán y cuatro marinos (pescadores).
Retornando a las características del palangre, para la pesca de dorado (palangre de superficie) las embarcaciones artesanales que nos han permitido colocar observadores (biólogos) a bordo utilizaron entre 500 y 600 anzuelos y para la pesca de cherna roja (palangre a fondo) entre 600 y 1200, en ambos casos anzuelos circulares, principalmente tamaño 13.0.
Los palangres, al igual que otras artes de pesca, tienen impactos sobre las especies objetivo (por ejemplo, cherna roja o dorado) y sobre las emblemáticas como tiburones y tortugas marinas, estas últimas incluidas en las listas de especies en peligro de extinción.
¿Qué datos tenemos para el golfo de Chiriquí? Entre 2009 y 2010, se hicieron muestreos con una embarcación artesanal donde se tiraron al agua unos 78,415 anzuelos con palangre de fondo durante un año de muestreo, y en noviembre y diciembre de 2009 se tiraron al agua unos 14 mil anzuelos, con palangre de superficie. Todo este trabajo que se realiza por primera vez en Panamá, por lo menos a nivel de pesca artesanal, se hizo con el financiamiento de SENACYT, la Fundación MarViva, Conservación Internacional y la Universidad de Panamá, sede Veraguas, lo que permitió cuantificar el impacto de ambos tipos de palangres sobre especies objetivo (dorado y cherna roja) y sobre la pesca incidental (por ejemplo tiburones y tortugas).
Creo que tenemos que salir del terreno de la especulación y los supuestos para sentarnos a discutir de forma amplia todas las partes interesadas: autoridades, pescadores, ONGs y la academia, sobre la mejor manera de manejar nuestros recursos marinos.
La data científica debe apoyar el manejo, y en casos extremos el cierre de pesquerías, pues hay factores socioeconómicos y culturales vinculados que hay que considerar.
Levantar información pesquera es costoso y pocos nos dedicamos a estos menesteres, no siempre con la cooperación de las empresas y pescadores a pesar de que la mejor herramienta que puedan tener para sentarse a negociar es un conocimiento profundo y documentado sobre la actividad que desarrollan.
Existe información, que aunque preliminar, nos puede guiar en la toma de decisiones; utilicémosla.
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Este artículo se publicó el 24 de enero de 2011 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor,
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