La compra del Corredor Sur

La opinión de…..

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Juan Manuel Handal

Hasta donde tengo entendido, se trata de que ICA debía recuperar su inversión y sobre esa base se le ofreció 420 millones de dólares. ¿Recuperar su inversión? Parece razonable, pero no en el caso de ICA respecto al Corredor Sur. Tenía la esperanza de que estando el asunto en manos del ministro Vallarino no se les iba a escapar “la verdad de la inversión” de ICA.

ICA jamás invirtió dinero en la construcción del Corredor Sur.  No tenía ninguna disponibilidad, sus actividades financieras en México estaban de capa caída. La salvación llegó cuando se firmó el contrato de concesión y, teniendo en cuenta que se les entregó 29 hectáreas de terrenos en Paitilla (en propiedad absoluta) cuya valoración que aparece en el contrato, se fijó en 69 millones 620 mil dólares, al precio de 236 balboas por metro cuadrado (M2).  En adición a ello se les concedió la autorización para rellenar 350 mil metros cuadrados, computándolos a 134 balboas, daba 49 millones 900 mil balboas, para un total de 116 millones 520 mil, aun asumiendo que los terrenos se hubieran vendido al precio de costo.

Con el contrato de concesión en la mano, obtuvieron su primer préstamo del Banco Mundial. Esta vez por 75 millones.

Todos sabemos que ni un solo metro de terreno se ha vendido a menos de mil dólares. Los medios, en agosto de 2006, reportaron que el precio promedio era superior a mil 700 dólares con tendencia al alza.  Desde entonces las cosas han cambiado y los precios están mucho más altos.

En julio de 2000 escribí: “quisiera saber quién auditará las cuentas de ICA dentro de 30 años, para determinar si ICA no ganó lo suficiente, y si entonces recordarán que el gobierno de Pérez Balladares le entregó a título de regalo, terrenos cuyo valor real era más que suficiente para construir el corredor sur y jamás tener que cobrar peajes a nadie”.

Mis denuncias cayeron en saco roto y ninguno de los culpables, empezando por el ex ministro Blanco, quien fue el que firmó el infame contrato con ICA. Pero ni él ni nadie ha salido a la palestra a demostrar que yo estaba equivocado.

El 19 de marzo de 1999, apareció un aviso de ICA en Crítica, a página entera, anunciando que ICA estaba vendiendo 14 hectáreas por 40 millones (esto da B/.286 por m2).   La explicación en el anuncio decía “La venta de los terrenos de Paitilla tiene como principal propósito disminuir el costo del peaje en un 35%, beneficiando a los usuarios y hacer más corto el tiempo para que el corredor pase a manos panameñas.

Era una mentira más grande que una catedral”. Eso nunca ocurrió.   Otra mentira más. (Esa venta no tenía sentido pues los precios de venta anunciados en páginas publicitarias de ICA, andaban por más del doble). La única explicación es que esas tierras constituían el pago de “la mordida”.   Yo lo denuncié pero me tropecé con un vacío.   Nadie se atrevía a exponer al toro ni a su mano derecha, Luis Blanco, que hasta hace poco estaba empleado por ICA.

En cualquier auditoría se tendrá que computar los ingresos por peajes. El contrato lo estipula. Si se practicó alguna auditoría, no se reportó nada. Solo que se había decidido proceder a un contrato de compra-venta simple. Esto si entiende nuestro Presidente. Que eso le haya de costar a la Nación varios millones de dólares, parece que no les importa, con tal de cerrar el trato. Esta decisión puso en alerta a Standard & Poor y expuso el grado de inversión de Panamá que por primera vez había logrado este país.

Al empezar esta etapa, se hablaba de una auditoría de las actividades de ICA, eso me tranquilizó, pues ningún auditor dejaría de considerar estos factores. A ICA jamás le iba a convenir que se realice una auditoría seria. Las negociaciones que siguieron convencieron al gobierno actual que procediera a una simple venta de sus intereses y se fijara un precio y la forma de pago.

El Presidente entiende este tipo de razonamiento y el ministro Vallarino también, pero en mi concepto fallaron porque le hicieron un regalo a ICA en aras de una transacción rápida.

Hay mucho que auditar en el caso de ICA, el capital inexplicablemente proporcionado por la Nación, el cómputo de los peajes, los gastos reales de la empresa en el desarrollo del proyecto, y, sobre todo, un examen de las adendas que revelará inexplicables concesiones (como esa que ahora se invoca del descuento de 12% para el computo de su inversión) y la garantía de una “utilidad razonable”, un cheque en blanco, que solo se pudieron haber dado contra una prestación negociada entre las partes, entre gallos y medianoche.

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Este artículo se publicó el 5 de abril de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.