Extranjeros en nuestra tierra

La opinión de…

Manuel Gaspar Vega Zúñiga

Desde hace unos años se viene dando un fenómeno inmobiliario de grandes proporciones en todo el país.   A simple vista, observamos en la metrópoli grandes edificaciones que nos proyectan como un país en franco desarrollo. Paralelo a esto, algunos expertos estiman inversiones en tierras altas y en Boquete por encima de los 200 millones de dólares; así como también en las zonas costeras, provincias centrales, el valle de Antón y Bocas del Toro, entre otras.

Pero este movimiento económico, que pareciera tener una repercusión positiva, va aunado a una serie hechos que nos hacen reflexionar sobre las consecuencias que puede tener este avance mercantil en el país.

Por ejemplo, en el proyecto Punta Pacífica se dio un conflicto sobre una garita de acceso;   en Boquete algunos de los nuevos “residentes” se quejan por el exceso de ruido durante los días festivos y los clásicos domingos cuando llegan nuestros indígenas; por otra parte, en la provincia de Los Santos en el distrito de Tonosí, más específicamente en el sector de Cambutal, hay unas villas a las cuales el panameño común no tiene acceso.

Según la página web Salvemos nuestras islas y costas, en los últimos años se ha dado una venta indiscriminada de costas e islas a manos extranjeras: “Unas 20 islas panameñas con un valor individual que va de 395 mil a 4 millones de dólares están a la venta en un sitio de internet”.

Sin medir las consecuencias, en la región de Azuero, en donde resido, están a la venta no sólo las zonas costeras, sino también tierras dedicadas a la ganadería.   Producto de esta venta indiscriminada, con el pasar de los años los habitantes de esta región se quedarán sin las mismas para su producción; así como nuestras playas que están quedando en gran parte en manos de extranjeros.

Ahora bien, este problema no es sólo de los grupos ambientalistas que por años lo han venido denunciando; los panameños sin un carácter chauvinista y xenófobo debemos ser celosos de nuestras riquezas naturales (playas, ríos, reservas naturales), pero también le compete al Gobierno impulsar políticas económicas para evitar que gran parte de estas propiedades quede en manos extranjeras.

Soy consciente de que se debe promover el turismo y la inversión extranjera como paliativo al problema de desempleo,   pero no a merced de la promoción y venta de nuestros hermosas zonas costeras (Coronado, Bocas del Toro, Pedasí, entre otras), ni de los grandes latifundios que embellecen nuestro Panamá, porque al ritmo que vamos en la promoción y venta de nuestros recursos las futuras generaciones se podrán considerar extranjeras en nuestra tierra.

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Este artículo se publicó el 18 de agosto de 2010  en el diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Sacrificios sociales inmorales

La opinión de…..

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Manuel Gaspar Vega Zúñiga

Según datos de la Nacional Geographic, “se calcula que dos tercios de la humanidad vive en cielos contaminados por luz”. ¿Y qué hablar de la crisis energética, de la escasez de agua o de la miseria?

En Panamá, por diferentes medios de comunicación se proyecta que debemos tener conciencia ante la problemática del consumo excesivo de energía eléctrica, que se debe racionar el agua, porque una gran cantidad de nuestras fuentes hídricas se están secando.

Ahora bien, ¿es ético pedir tal sacrificio, si los sectores que lo solicitan son los mayores causantes de dichos problemas?

En la actualidad, la mayoría de las empresas dedicadas a talar gran parte de nuestra selva del Darién están en manos de los sectores con el mayor poder económico del país; así como también la mayoría de los terratenientes que, sin planificación alguna, poseen grandes extensiones de terreno dedicadas a la actividad ganadera en esa región. Lo mismo ocurre con el problema del consumo energético, porque a través de los clásicos eslóganes propagandísticos se pide al panameño común que utilice de forma moderada su abanico, mientras que hay otros sectores con casas que tienen aire acondicionado en cada área de la residencia.

En cuanto a la problemática del agua, los sectores ambientalistas, en forma atinada, solicitan no contaminar los ríos con basura y otros desperdicios, mientras que el Idaan pide racionar el uso del agua. ¿Pero cómo se puede racionar un recurso que muchos sectores no tienen? No es posible que se pida sacrificios a la mayoría de los panameños, cuando una parte despilfarra el recurso en piscinas permanentes, en grandes tanques de reserva, en el riego excesivo de jardines (tan verdes como en la estación lluviosa).

Otro problema que nos aqueja son los agobiantes tranques vehiculares que, por más semáforos “inteligentes” que se instalaron, no se solucionan; se plantea que los mismos se deben a la gran cantidad de automóviles que circulan, por lo que lo ideal sería que se usara más el transporte colectivo. Pero, sabemos que muchas familias cuentan con un automóvil para cada miembro.

En este momento, se debe sugerir que todas las entidades (gubernamentales y privadas) tanto las generadoras de energía como las distribuidoras de agua, dirijan sus mensajes de ahorro a todos los sectores involucrados, pero sobre todo a aquellos que por sus características económicas son los que más despilfarran nuestros recursos, tanto hídricos como energéticos.

Somos conscientes que el problema es de todos y que en nuestro país falta más educación en cuanto al uso de nuestros recursos.

Mayormente se debe crear conciencia en la importancia de conservar las fuentes de energía e hídricas, pero principalmente debe haber equidad en los sacrificios sociales, porque si aquellos que los solicitan son los que más gastan nuestros recursos, entonces estaríamos cayendo en una indudable inmoralidad.

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Publicado el 4 de febrero de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde

¿Transformación curricular o mental?

¿Transformación curricular o mental?


La opinión de….

Manuel Gaspar Vega Zúñiga

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En los últimos meses se ha hablado mucho de la transformación curricular, como fórmula para mejorar la educación. Se plantea ampliar las horas de clases a 50 minutos y reforzar la enseñanza de la matemática y el español. Otro ingrediente de esta fórmula transformadora es la reducción de asignaturas y la eliminación de una gran cantidad de bachilleratos. Sin embargo, el problema educativo es mucho más complejo que extender horarios o reducir asignaturas, pues dentro de la comunidad educativa debe existir un cambio de actitud, en el cual todos los sectores se incluyan en el mejoramiento de la educación. La mayoría delestudiantado tiene apatía por la enseñanza y muchos sólo estudian para pasar no para aprender, esto se debe al gran número de elementos de distracción en nuestra sociedad.

Cuando digo que todos los sectores se deben inmiscuir en el problema, incluyo a los medios de comunicación televisivos y escritos, puesto que son los más críticos y es poco lo que hacen para que haya un cambio de actitud en la juventud; ya que su programación se enmarca en la presentación de telenovelas, programas que incitan a la violencia y, en algunos casos, a la pornografía. Asimismo, los medios escritos están más preocupados por titulares que exalten la violencia o lapolitiquería.

Es injusto comparar la educación oficial con la privada, porque la segunda cuenta con todos los medios: infraestructura apropiada, mobiliario escolar, acondicionadores de aire, y la mayoría de los padres tienen los recursos para dotar a sus hijos con útiles escolares requeridos; mientras que la oficial en muchos casos cuenta con aulas inadecuadas, con altas temperaturas y grupos de 35 y hasta 40 estudiantes.

La transformación que debe darse en nuestra educación es mental y eso no sólo se logra con cambios curriculares, para ello hay que mejorar las condiciones de vida de los sectores marginales y de la urbe, reducir la violencia intrafamiliar, así como los problemas de drogas que aquejan a nuestra juventud.

En esta crisis ético-social, el problema educativo no sólo debe enmarcarse en tener como producto final un ser listo para insertarse en el mercado laboral o con grandes conocimientos científicos, también debemos luchar para lograr un joven con una sólida formación humanista, respetuoso de las leyes y valores morales que tanta falta hacen en nuestra sociedad.
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Publicado el 29 de agosto de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde