.
La opinión de….
.
Una Navidad invadida, una dignidad violada, una soberanía agredida, intervenido el nacionalismo y la sangre panameña vertida en la causa más injusta de la historia panameña y de final del siglo XX.
Han pasado 20 años de los gritos, los incendios, la muerte, la destrucción de bienes, las fatales lesiones, los desmembramientos corporales, las torturas, la barbarie, las acciones inhumanas en nombre de la libertad y la injusticia, una herida que a pesar de los avanzados medicamentos y de la más excelsa tecnología, permanece allí, en carne viva, a flor de piel, y sensible al recuerdo, a la mentira y al encubrimiento, una herida costosa y de la cual tenemos victimarios implacables, que recientemente hicieron gala de su macabro poder político de chantaje y sometimiento.
Veinte años en el que hemos visto y concluido con lo innecesario que fue tanta destrucción de propiedades y vidas en el territorio nacional, que fue una maniobra guerrerista inhumana, en contra de un pueblo inocente e impotente, que la tortura y el sufrimiento al que fue sometido fue innecesario y que solo hubo satisfacción con el exterminio de la dignidad nacional, con el uso y el abuso de la fuerza con un pueblo inofensivo y débil.
Pensar, recordar y tratar de hacer retrospectiva produce náuseas, porque converge un dolor que es mental, que es del corazón, del espíritu, de la emoción y del cuerpo físico. Molesta recordar, porque es un mal recuerdo, y es un mal recuerdo, porque está revestido de un ropaje de pura injusticia.
Da pena tener que tocar un tema tan triste como este, sobre todo, porque hay quienes perdieron su vida o gran parte de ella en este evento y aún no logran recuperarse, pero más pena daría que quisiéramos olvidarlo, este es un tema que está prohibido olvidar.
Es injusto, indigno y vergonzoso que ahora tratemos de hacerlo menos doloroso y queramos contar la historia o una historia que no sea la verdad, esta herida aún duele y debemos soportar el dolor que nos causa en su justa medida, no juguemos ni pretendamos burlar la verdad y menos con la sangre y la vida de quienes la perdieron ese 20 de diciembre de 1989.
Hace 20 años no tuvimos Navidad o tuvimos la Navidad más triste que haya vivido el pueblo panameño, porque hasta en esto se fue injusto y miserable, escoger para una operación militar, genocida y bárbara, la fecha más sagrada para los seres humanos, que es la del natalicio del ser supremo, del rey de reyes, de nuestro padre, nuestro señor Jesucristo.
La fecha de regocijo e integración familiar, y sobre todo, la fecha conocida en todo el mundo, como la fecha de paz y amor, la Nochebuena, la Noche de Paz, para en la umbrosa noche venir y traer como regalos, balas y bombas para aniquilar a un pueblo amigo. Finalmente, este evento no nos ha hecho débiles, ni vulnerables, ni tampoco rencorosos, menos vengativos, lo que sí nos ha hecho es, fuertes y muy fuertes a todos los panameños. El día 20 de diciembre de 1989, día de duelo nacional.
.
<>
Publicado el 18 de diciembre de 2009 en el diario LA PRENSA, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.
Filed under: Zerna César D | Tagged: Navidad | Leave a comment »