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La opinión de….
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PEDRO MASOLIVER –
pere@canmasoliver.com
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Yo no sé por qué, pero desde chiquito he comido mucha berenjena y siempre he tratado de hacerla de distintas maneras. No es una fruta que le guste a todo el mundo, pero a los que nos gusta nos apasiona. Esta rica de todas las formas en que se nos ocurra prepararla, pero a mi gusto simplemente salada, con un poco de harina y bien frita en aceite de oliva es sublime.
En Panamá encontramos básicamente dos variedades diferenciadas: una delgada de color púrpura y una gruesa de color casi negro. La diferencia para mi gusto es que la púrpura es menos carnosa y la carne menos melosa, la gorda tiene además, más posibilidades gastronómicas.
De chico allá en Menorca todos los días en el horno del pueblo había unas bandejas que el panadero tenía para hornear auberginies plenes. La gente las preparaba en casa y las llevaba al horno a gratinar, pues en aquel entonces nadie tenía horno en las casas. Creo que desde entonces siempre tuve en el coco esas berenjenas y aún ahora después de 40 años recuerdo como las mejores berenjenas a la menorquina, las que preparaba una amiga entrañable de la familia, María Rosa. Simplemente hervidas, vaciadas y vueltas a rellenar con un sofrito de cebolla con ajo, pimientos y la misma berenjena, un toque de tomate rallado, solamente un chup-chup, por encima de las barquitas bien apretujadas un pan molido mezclado con ajo y perejil y puestas en el horno para que se dore un poco el pan y ¡ayayay, donde mueren las palabras!
Pero es que fritas y acompañadas de satsiki o de all i oli o de…piensa, luego disfruta; están de muerte lenta. En antipasto estilo italiano, encurtidas o simplemente en la mousaka, o asadas y aliñadas o en croquetas o en pastel con carne o…siempre una delicia.
Hay preparaciones más sofisticadas hechas con berenjenas que no por ello demeritan el producto, por ejemplo se está usando mucho como aperitivo, enrollada con queso o con algún embutido y luego frita; se están haciendo pasteles y se están rellenando de todo. Las berenjenas al horno del restaurante Sorrento o simplemente las del antipasto me traen gratos recuerdos y se me erizan los pelos al recordar esos sabores, pero para sorpresa, este fin de semana preparé unas berenjenas con orégano fresco y ajo al estilo Sorrento y la verdad es que ericé bastantes pelos por ahí; las visitas encantadas, mi mujer feliz y yo pechón por aquello del trabajo bien hecho.
En fin, berenjenas a la carta, que hace hambre de comer vegetales sanos. Buen provecho.
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<> Este artículo se publicó el 16 de enero de 2011 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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