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La opinión del Abogado…
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ORIEL A. DOMINGUEZ C. –
orieldom@hotmail.com
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Cuando conmemoramos y celebramos por ejemplo la independencia de Panamá de España a nadie se le ocurre llamarlo el día de Iberoamérica o el día de la superación de los pueblos hermanos, utilizamos la expresión correcta que describe el suceso, el día de la independencia de Panamá de España.
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Sin embargo esto no ocurre con la Celebración del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Hoy en día se utilizan una serie de expresiones tales como Felices Fiestas, Fiestas de fin año, el espíritu de la navidad, las celebraciones, etc., las cuales no sólo están muy mal empleadas, sino que en sí mismas pretender sacar a Jesús del centro de la celebración.
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Hoy en día deambulan una serie de animales, personas o cosas, ficticias o reales que pretenden distraer el verdadero sentido de la celebración de la Navidad que es Cristo.
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Si le preguntamos a un niño hoy que es la Navidad lo más seguro nos diga son los juguetes. Si le preguntamos a un adulto tal vez diga la comida, la fiesta. Otro pudiera decir: son los familiares, los amigos, Otro más sensible pudiera decir son los buenos sentimientos, el amor, la paz, pero eso no es la Navidad.
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Si usted me pregunta le diría: “La Navidad es celebrar a Cristo”. Dios no sólo se conformó con crearnos a nosotros y a este hermoso mundo, sino que se ha hecho hombre en Jesús, mostrando su loco amor por nosotros.
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El todopoderoso, el eterno, el invencible se hace débil y frágil en un niño recién nacido. Siendo rico se hace pobre para enriquecernos con su pobreza dirá San Pablo. En una fría noche nuestro Dios encarnado en el seno virginal de María después de no encontrar posada, nace al mundo en un pesebre calentado por la respiración de unos animales.
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Celebramos ese loco amor de Dios por la humanidad, celebramos el nacimiento del que al morir en la cruz nos traería la liberación del pecado y de la muerte, del que nos abrió las puertas del cielo nuevamente, del que nos trae la verdadera paz y alegría.
Celebrar Navidad es celebrar a Cristo que no sabe otra cosa que amarnos todos los días hasta el extremo, amémosle también nosotros con nuestra mediocridad, celebrando por lo menos dignamente su fiesta con el corazón abierto para que cuando él llegué lo pueda poseer todo completo, el no está esperando un palacio ni un corazón perfecto, el nació en un pobre pesebre y quiere nacer de nuevo en nuestro pobre y disoluto corazón, eso es lo que celebramos, su loco amor por nosotros, pecadores. Feliz Navidad.
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<>Artículo publicado el 16 de diciembre de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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