No esperemos milagros. Hagámoslos

No esperemos milagros. Hagámoslos

Ibell Sarmiento V. –  Médico
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Hemos iniciado una nueva etapa en la historia de nuestra república. Aunque parezca exagerada mi opinión sobre la relevancia del inicio de otro gobierno, creo que no sobrestimo la importancia del caso. Las expectativas son muchas y ello obliga a gobernantes y gobernados a exigirse más. Además, pienso que los elegidos cuentan con algo novedoso: ambos creen en la necesidad del cambio y cada uno en su escenario ya lo suscitó. Así, Ricardo Martinelli fue capaz de «cambiar» de zapatos y construir un partido-movimiento nuevo; y Juan Carlos Varela fue capaz de renovar su partido, sumando a muchos que no eran tomados en cuenta. No me engaño, no será fácil, pero qué cosa realmente valiosa, grande o trascendental es producto de suerte o de la facilidad? Ninguna.

Compatriotas, este asunto es de dos: gobernantes y gobernados. Debe quedar claro que todos somos socios y que cada uno de nosotros: ricos, pobres, blancos, chinos, etc., estamos llamados también a cambiar. No es correcto que esperemos cambios sin nosotros hacer lo que tenemos que hacer. Cada uno de nosotros de seguro podemos hacer cambios en beneficio propio y de nuestros vecinos. Todos podemos mejorar de actitud, ser más entusiastas en nuestros proyectos y labores diarias, ser honestos y cuidar nuestros equipos de trabajo como si fueran propios. Tratar a los otros como queremos ser tratados. Hacer por los otros lo que esperamos que hagan por nosotros.

Panameños construyamos poquito a poquito y con mucho honor el futuro que queremos vivir, hagámosnos merecedores del prometido cambio que debe llevar a nuestro país a mejores días. Empecemos desde ya, no nos distraigamos esperando las novedades. Si todos empujamos la carreta, quien la guíe llegará aliviado a su meta, que también es la nuestra: Un Panamá mejor y para todos.

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Publicado el 12 de julio de 2009 en el diario El Panamá América a quien damos todo el crédito que le corresponde.