Ineptitud

La opinión del Sociólogo…

Vicente Carranza 

Nosotros siempre tratamos de reflexionar sobre la razón de por qué las cosas ocurren de cierta manera. ¿Por qué ciertas personas conducen de una manera que es peligrosa para los demás? ¿Por qué la gente toma el riesgo de acelerar cuando alguien está cruzando la calle a pesar de las repercusiones?   Siempre va haber una multitud de preguntas que se nos pueden ocurrir.   Pero la única cosa que siempre falta es una respuesta definitiva, seguro que hay gente que hará el argumento de que es debido a la falta de «valores familiares» o culpa del gobierno por no aplicar la tan deseada «mano dura». Pero, ¿son estas respuestas concluyentes?   Debemos recordar que el respeto a las normas sociales ocurre cuando son debidamente interiorizadas.

Entonces, analicemos en que fallan las respuestas comunes. La creencia de estos “valores familiares” en donde todo es culpa de los padres está basada en una creencia de que los niños son de alguna manera criados en el vacío (es decir, sin interacciones sociales con gente fuera de su familia). Con respecto al problema de la codiciada “mano dura”, las normas se respetan cuando se aplican y de esta manera se convierten en algo banal. Y esto se regresa al hecho de que la idea de «mano dura» es un gasto de aliento cuando ni siquiera hay un «mano».

Las leyes nunca se han aplicado de una manera “democrática”. Vemos a diario la cantidad de infracciones que la gente comete manejando, incluso en frente de la policía, quien a su vez, hace lo mínimo para detenerlos. Aquí es donde reside el problema, en la imposibilidad de aplicar la ley crea un ambiente donde las reglas no se respetan, donde todos son simplemente conducidos por una “ley darwina”. La ineptitud de nuestros funcionarios públicos es mejor ejemplificado con la dependencia puesta sobre el «Pele Police». Esto demuestra la falta de habilidades de investigación donde hacer de policía es sinónimo de pura suerte.

Sólo podemos esperar que con sus nuevos uniformes y juguetes la policía pueda por fin empezar a hacer su trabajo y aplicar las leyes de una manera indiscriminada. Tal vez esto puede realmente conducir un día al tan prometido “Un mejor Panamá” que siempre escuchamos.

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<>Artículo publicado el  29  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Tu vida como te gusta

Pérdida de la identidad colectiva.  La opinión de…

Vicente Carranza

La identidad, nuestro propio medio de expresión, se ha convertido en un concepto fluido como el barro listo para ser moldeado. Con el cambio de la definición de sí mismo, antes ligada al trabajo, el dinamismo es ahora su carácter principal. El cambio de la estructura económica y forma de fabricación de objetos se ha llevado a una democratización de los productos en venta. Esto le lleva a la “facilidad” de definirse a sí mismos.

Cuando intentamos definirnos, tratamos de encontrar ciertos marcadores que le podamos atribuir a otros grupos, por ejemplo el color de la piel, el origen étnico o lugar de nacimiento; todos estos atributos nos vinculan a una comunidad, a un grupo de otros como nosotros. Sin embargo, una vez que nos instruyen que podemos definirnos como una construcción individualista, empezamos a proyectarnos a través de objetos. La idolatría de imágenes construidas por los medios para crear la significación simbólica de los objetos es, por ende, usada para definir nuestra identidad individual, perdiendo así una verdadera identidad colectiva.

Todos somos indoctrinados a la creencia de que como individuos tenemos la capacidad para formar y construir el mundo (y a sí mismos). Esta creencia debilita el capital social, siendo este un valor que se obtiene cuando establecemos relaciones con otros. La erosión de la cohesión social hace que la interacción entre individuos se convierta en un proceso automatizado, utilizado simplemente para alcanzar un nivel de distinción.

Eventualmente, el actuar y pensar de manera individualista debilita las reglas sociales. La búsqueda de intereses individuales desmejora cualquier posibilidad de lograr un verdadero cambio. Esto a la vez conduce a una disminución de la solidaridad. Los intereses colectivos empiezan a desvanecerse sobre el interés particular. Empezamos a aislarnos de los demás y el miedo “hacia el otro” crece.

Para recapitular la facilidad de cambiar la expresión de identidad de uno genera una creencia individualista basada en una búsqueda para alcanzar un nivel mayor de distinción. Esto resulta en la pérdida de una identidad colectiva y a la vez debilita la solidaridad. Todo resultando en la actitud de “si no me afecta, no me importa” que sufrimos ahora. Numerosos estudios han demostrado que la interacción social, basada en los valores de cooperación y reciprocidad, es más efectiva. Estos valores no deben ser olvidados o perdidos en esta lucha por la supervivencia y el consumismo en que se vive actualmente.

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Este artículo se publicó el 27 de agosto de 2010  en el diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

El libre albedrío

La opinión del sociólogo….

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Vicente Carranza

Una gran pregunta filosófica reside en la capacidad de las personas para tomar decisiones de una manera independiente. Muchos científicos sociales han afirmado que la gente tiene poca libertad en su capacidad de tomar decisiones debido a las restricciones sociales impuestas a ellos, como por ejemplo la clase social. Esto puede llevar algunos a la conclusión de que nuestras vidas están predestinadas. Estos se refleja incluso en las creencias de los millonarios que simulan hacer su riqueza por sí mismos cuando en realidad esta ha sido generada con la herencia familiar. Esto puede hacernos pensar que las oportunidades en la vida son basadas puramente en la suerte (por ejemplo ser el espermatozoide de un millonario).   Entonces, ¿hay libre albedrío? ¿Pueden las personas tomar decisiones que no son limitadas por su origen social?

En un mundo donde las opciones son estructuradas, la existencia del libre albedrío puede ser fácilmente cuestionada.   Vivimos en una era de consumo hedónico, una idea que se construye y se implanta en la mente de cada uno de nosotros. El mejor ejemplo está en el flujo de mensajes publicitarios que constantemente nos bombardea. Estamos moldeados desde el momento del nacimiento hasta la muerte para satisfacer las necesidades de este mundo vuelto loco. Todos somos construidos y limitados por las consecuencias que nos crearon. Pero, ¿cómo, si lo está, relacionado el libre albedrío con esto? Si la elección está prácticamente predestinada, ¿qué nos queda?

Existe una respuesta a esto si le vemos el fundamento de esta «realidad» como social (es decir, construido a partir de una aprobación popular) entonces este es el punto en donde entra en juego el libre albedrío.

Nosotros como un colectivo hemos tomado la opción de “aceptar” esta construcción social como nuestra única realidad, desenlazando una sumisión a las limitaciones que se adapten a nuestras elecciones.

Es aquí donde reside el libre albedrío, es entonces nuestra opción de aceptar (o no) esta realidad que es formada para beneficiar a una minoría. Sin embargo, aún queda un resquicio de esperanza en todo esto.

Si esta realidad es una construcción social, implicando que hay una sumisión colectiva, es en ese instante que debemos utilizar nuestra capacidad de objetar y revertir nuestra situación actual. Pero esto lo dejo al pensamiento de cada lector.

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Artículo publicado el 24 de agosto de 2010 en el diario el Panamá América Digital,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Paradoja del individualismo

La opinión del Sociólogo….

VICENTE CARRANZA


El individualismo es promocionado como la ‘solución’ para los males de la sociedad.   En lugar de ser enfrentado como un problema colectivo, se presenta como un problema individual, que requiere soluciones individuales.  Esto muy reminiscente a la teoría de la elección racional, los individuos adquieren un incentivo para tomar decisiones encaminadas a conceder los máximos beneficios para ellos, los cuales sumados se traducirían en beneficios colectivos. ¿Pero qué tan cierto es?

Se puede decir que un resultado indirecto del individualismo es una sociedad fragmentada compuesta de gente egocéntrica y paranoica.

Tomemos como ejemplo, el deseo de competir entre sí mientras se conduce, como si esto implicase una serie de premios.

Pudiese decirse que el juegavivo proviene del individualismo. Sin embargo, tal argumento no puede hacerse sin prueba de una naturaleza individualista. ¿Cómo nos afecta esto?

El individualismo es una cualidad que es constantemente aprovechada por los miembros dominantes de la sociedad, con plena conciencia de su efecto sobre nosotros. Podemos observar recientemente con el aumento de los impuestos y la Ley 30, todos se quejan individualmente, pero se hace muy poco colectivamente para lograr algo.

Si quisiéramos resolver el aumento de los impuestos una solución sencilla sería un boicot colectivo hacia los lugares que cobran el ITBMS, solo con unos cuantos días se sufriría un golpe en la economía, que lograría que se reconsidere esta medida.

Pero como hacemos poco colectivamente no obtenemos resultados, salvo a los intentos de un pequeño segmento de la población, el cual al parecer pronto será silenciado.

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Este artículo fue publicado el  15 de julio de 2010  en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes damos, lo mismo que al autor o autora, todo el crédito que les corresponde.

Un mejor Panamá para todos

La opinión de…

VICENTE  CARRANZA

Este es un momento maravilloso, porque nuestros deseos de seguridad han sido respondidos. Ahora, con la adición del ‘pele police’ debemos sentirnos seguros, porque todo ciudadano será revisado y también me ayuda a dormir mejor saber que la Policía puede matar un criminal sin segundos pensamientos o preocuparse de ser investigados. ¡Ahora sí me siento bien!

Lo único que falta en este momento es dar a la Policía el derecho de entrar en mi casa a cualquier hora del día para comprobar que no hay ningún delincuente adentro, me temo que podrían estar escondidos en mi armario.

Quisiera sugerir una idea para tratar con estos menores delincuentes, en lugar de endurecimiento de penas, permitir a la Policía simplemente matarlos (¡porque ya pueden!) o, mejor aún, esterilizar las personas residentes en zonas rojas (¿nueva idea para la Cruzada por la Paz?).

Tenemos que resolver el aumento de la delincuencia mediante cualquier medio necesario y como yo lo veo ahora seguramente estamos en el camino. Qué bueno que sí estamos trabajando por asegurar la paz.

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Artículo publicado el 1 de julio de 2010  en el  Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El “Reichstag” de Panamá

La opinión del Sociólogo…..

Vicente Carranza 

Aquellos que olvidan la historia están condenados a repetirla.  Para que comprendan mi punto, primero debo comenzar con una pequeña lección de historia, específicamente el surgimiento de Hitler al poder.

Ahora, este caso es utilizado como una analogía enseñando que el medio por el cual un problema se presenta y las soluciones dispuestas en el momento, no ofrecen solución concreta al problema sino sirve para beneficiar a un selecto grupo de la sociedad. Por ejemplo la discutible subida al poder por Hitler tras el incendio del Parlamento Alemán (Reichstag), cuyo acto permitió el paso de muchas leyes bajo los auspicios de «seguridad» y «protección» y la coronación de Hitler como Führer.

Ahora echemos un vistazo a nuestra «Reichstag» bajo el nombre de «delincuencia»; con el creciente temor por la seguridad ha causado una necesidad (por desesperación) de incrementar la protección por el gobierno mediante de leyes draconianas y actos policiales nefastos.   La aprobación de la ley 9 en 1 que incluye, entre muchas cosas, la impunidad policial, es tan solo un ejemplo. El hecho de que un agente policial tenga el derecho a cometer un asesinato, con seguridad no hace a nadie sentirse seguro.

Lo importante de entender es el medio por el cual han vendido la aceptación de estas leyes es, a través de la difusión del miedo sistemático por los medios de comunicación que constantemente exhiben imágenes de la inseguridad.

Sería un disparate decir que vivimos en una nación totalmente segura pero también sería tonto creer que estamos sufriendo una epidemia de delito. Lo único que puede ser afirmado con certeza es que el motivo por cual la inseguridad ha tomado tanta importancia es porque los medios de comunicación han fomentado las reacciones necesarias para obtener la aceptación de leyes draconianas en el público general.

Estas leyes simplemente sirven como detrimento para todos causando que todo ciudadano sea tratado como un criminal o para crear discriminación mediante perfiles mal concebidos.

La solución a este problema reside en nuestra capacidad de reconocer acontecimientos históricos. Uno no debe ser ignorante al pasado, porque al igual que la primera línea de este artículo, sencillamente estamos condenados a repetirla.

Como una nación debemos percatarnos de estos actos de engaño perpetrados por la clase alta y no aceptar leyes beneficiosas para ellos.   “Quién entrega su libertad esencial para obtener un mínimo seguridad temporal, no merece ni libertad ni seguridad” (Benjamín Franklin).

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Este artículo se publicó el  29  de junio de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.