Compra de Corredores: Visión Equivocada

La opinión del Analista Político…..

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Víctor A. Young

La premisa básica que ha esgrimido el ministro Alberto Vallarino para sustentar su propuesta de comprar los corredores, se sustenta en la creencia de que los panameño quieren que el Estado sea el propietario del mismo y esa a mi juicio una apreciación errada y un argumento insuficiente que refleja lo lejos que está el Gobierno de las necesidades de la población.

Lo que la gente quiere y necesita es que los corredores sean fluidos y eficientes, pero además que las tarifas sean asequibles, razonables y que no las suba antojadizamente. Y la fórmula de compra ni por asomo se aproxima a satisfacer estas exigencias de los miles de usuarios que padecemos de los abusos tarifarios y abusos en dichos corredores. Estos temas ni siquiera se han abordado en la propuesta emanada del Gobierno.

El problema no está en la sábana y la solución tampoco está en el título de propiedad ni en la participación accionaria del Estado, como tampoco estriba en que los dividendos de la Caja del Seguro Social puedan ser del 10%, rendimiento este que al final del camino lo pagarán los usuarios.

Las respuestas a los problemas de transporte público están en la búsqueda de otro mecanismo que por un lado le de alternativa a los ciudadanos y por otro, propiciar la competencia y acabar con el abusivo régimen tarifario provocado por una situación cuasi monopólica que no cambiaría un ápice si cambia la titularidad de la propiedad. ¿Qué diferencia hace cambiar de dueño si se mantendrían las largas filas y aumentarían las tarifas? Obvia la respuesta: ninguna.

Desconozco los términos de contratación pactados con las empresas mexicanas y tampoco he visto ninguna luz a través de la famosa auditoría de la que mucho se habla pero que nadie conoce. Tampoco se porqué PYCSA decidió priorizar su inversión en el poco rentable primer tramo de la autopista Panamá-Colón y no terminar el Corredor Norte, lo que hubiera evitado la recarga del Corredor Sur compartiendo el flujo vehicular y probablemente aliviando la carga tarifaria.

Tampoco entiendo porqué el Estado panameño debe pagar B/ 700 millones a las empresas mexicanas (incluyendo deuda) en una compra que mantendría la misma situación de agravios y abusos por la falta de competencias y alternativas.

A mi juicio se deberían estudiar las posibilidades de invertir estos B/ 700 millones en la implementación de un sistema de transporte masivo que, lejos de perpetuar el cuasi monopolio, se constituya en una alternativa de uso y de un factor que propicie una verdadera competencia.

Por qué no pensar en un posible monorriel o en un tren ligero previendo que con el paso de los años crecerá la carga vehicular y la capacidad de los corredores se mantendrá constante, es decir, que con el sistema actual, independientemente de quien sea el propietario, a futuro el tránsito por los corredores será cada vez más traumático.

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Este artículo se publicó el  29  de abril de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.