En muchas situaciones adversas, es costumbre de algunos consumidores culpar a los demás de todos sus problemas, sin considerar que ellos son los principales protagonistas del mercado.
Entre las situaciones, en que el consumidor busca un pretexto para encontrar a un culpable de sus dificultades, están: si adquiere un producto defectuoso, es porque alguien no cumplió con revisarlo debidamente antes de colocarlo a la venta; si encuentra un producto que compró recientemente, a mejor precio en otro establecimiento, critica a la libre oferta y demanda o a las autoridades del gobierno; si descubre que al comprar un televisor a crédito, había firmado un contrato que lo obligaba a pagar intereses muy elevados, responsabiliza a quien supuestamente debió evitar que pusiera su firma en el documento o contrato. En pocas palabras, cualquiera tiene la culpa de lo que le sucede, menos el mismo consumidor.
Para prevenir situaciones anteriores u otras, que afecten los derechos como consumidores, durante la compra de un bien o servicio, es necesario mantener una actitud crítica y observadora en toda la transacción comercial.
Hay que ser cauteloso ante las promociones y ofertas, asegurando que realmente sean beneficiosas y reales. Si está decidido a efectuar la compra, solicite al vendedor que le explique detalladamente el funcionamiento y modo de empleo del producto, así como los cuidados para su conservación y necesidades de mantenimiento.
No está de más revisar bien el artículo y cerciorarse que no esté defectuoso o incompleto, para que pueda hacer el cambio antes de pagar. Tratándose de aparatos eléctricos o mecánicos pida que los prueben, y de esta forma asegurarse que funcionan correctamente. Además, pregunte qué cosas incluye el producto y qué es opcional.
La garantía es importante, pregunte por ella, sobre la duración y en qué forma protege al producto, al igual que dónde se repara el bien en caso de algún daño o desperfecto. Compruebe que le otorguen la garantía original del fabricante, pues en ocasiones algunos agentes económicos reducen el tiempo o duración de la misma.
Cuando la entrega sea posterior, asegúrese de que el vendedor llame al depósito y verifique la existencia del producto. Haga que se comprometa por escrito a entregarle el artículo en la fecha convenida.
Si compra al crédito, recuerde que esto encarece el producto, pero si está decidido, pida al vendedor que le informe con detalle y por escrito, sobre el precio al contado, cuánto hay que pagar en intereses y cargos. También cuántos pagos hay que hacer, en qué fechas, y cuánto se reducen los intereses si se paga por anticipado.
Antes de firmar cualquier documento léalo cuidadosamente, sobre todo lo que está con letras más pequeñas. Si tiene dudas, solicite que se las aclaren. Nunca firme contratos o documentos, que contengan espacios en blanco.
Pida y conserve su factura, contrato, garantía, y cualquier otro comprobante de la operación comercial realizada, recuerde que sin estos documentos no podrá realizar ninguna reclamación.
Siguiendo estos consejos, podrá evitar ser una víctima más de malas prácticas o irregularidades, que comprometan su dinero, tiempo y tranquilidad.
El consumidor activo es quien mejor puede defenderse, si está correctamente informado y analiza sus opciones antes de comprar un bien o contratar un servicio. Su decisión influye sobre el precio, calidad, condiciones de venta y demás características de un producto. Sólo mediante el ejercicio cotidiano de la defensa de los derechos como consumidores, se mejorará la calidad de vida individual y social de la población, logrando que las relaciones de mercado sean más equilibradas y transparentes.
.
<>
Publicado el 4 de diciembre de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.
Filed under: Gonzalez Lopez Abilio A. | Tagged: Consumidores | Leave a comment »