La opinión de……
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Luis C. Vargas
¿Tiene el Gobierno responsabilidad por esperar a que sucedan las tragedias para tratar de buscar una solución temporal, y así volver a adormecer sus consecuencias y tratar de apaciguar el clamor del pueblo?
La inconsistencia en hacer cumplir las leyes es otra razón, pues muchos panameños hemos visto cómo con tanto ímpetu las autoridades del tránsito quitaban radios, y bocinas de los buses, para después seguir con la indiferencia ante el sufrimiento del usuario. Prueba de ellos es que los buses siguen con sus equipos de sonido en sus regatas y pasando por encima de muchas otras normas y también los conductores con múltiples infracciones, manejando, y uno se pregunta dónde están las autoridades que tienen que ver con estos controles.
Todo policía de tránsito que se deja proponer el soborno, está colaborando con esta crisis del transporte. Todos debemos recordar que tenemos familiares y amigos que usan el servicio público de transporte, y pueden ser víctimas en un momento de un manejo irresponsable y que aún los panameños que no utilizan los buses, pueden sufrir las consecuencias.
El Gobierno de turno debe entender que esta es una crisis que ha llegado a su clímax y que es la hora de tomar decisiones firmes y concretas que lo lleven a la solución del mismo.
Las decisiones no deben ser influidas por intereses económicos, políticos, ni por el amiguismo que tanto ha afectado este país.
A los ciudadanos que van a participar en la modernización del transporte debe brindárseles, y exigirles a la vez, capacitaciones permanentes acompañadas de su respectiva evaluación. También apoyo médico y psicológico constante, para asegurarse de que gocen de buena salud física y psicológica para su delicada labor pública.
Debe garantizarse por ley una remuneración digna a los choferes para que no tengan que competir con sus compañeros por los pasajeros.
Es necesario redoblar la vigilancia, aumentando el número de agentes en avenidas, calles, piqueras y dentro de las mismas unidades, constantemente, para que tanto el transportista como los usuarios acaten las leyes del transporte público, y lleguen a un punto en que forme parte de la cultura panameña.
Se deben agilizar los medios de comunicación y asistencia, para que una llamada de auxilio ya sea de un usuario o transportista, sea atendida rápida y eficientemente por parte de las autoridades del tránsito, o cualquier otra competente, ya sea la policía o bomberos.
En los últimos meses hemos visto cómo la deficiencia del transporte público ha llenado de luto y dolor a la familia panameña. Creo que así como todos somos responsables, también podemos aportar para la solución de este problema.
Los transportistas deben sentarse a negociar con el gobierno, y los usuarios brindar su participación a la modernización del transporte público, sin egoísmos, buscando el bienestar del pueblo.
Los transportistas han hecho huelgas sin importarles ese humilde panameño que con el pasaje mantiene su empresa.
En una ocasión un transportista del interior no quiso transportar a un ciudadano porque llevaba varios niños. Días después, los transportistas de esa comunidad trancaron las calles y no me querían dejar entrar en mi barrio, aunque les pedí que sólo me dejaran entrar a guardar mi auto, ya que, mi casa está cerca. Más bien, me expresaron que necesitaban el apoyo de la comunidad. Irónicamente eran los mismos que días antes no habían querido transportar a mi amigo y hermano. Me pregunto ¿Qué regla de oro siguen estos señores? “Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mt. 7:12) ¿Qué se creen, dueños de las carreteras, que cada día humillan a los usuarios?
Siempre me he preguntado: ¿Qué harían los transportistas si un día los usuarios hicieran una huelga general?
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Artículo publicado el 11 de febrero de 2010 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.
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