El proyecto de ley sobre armas

La opinión de…

Emilio Antonio Vergara M.

El proyecto de Ley No. 209, que pretende regular la tenencia y porte de armas de fuego, se encuentra en manos de una comisión compuesta por tres diputados en etapa de “consulta”.   Entre otras cosas, se quiere limitar la cantidad de armas y municiones que se pueden tener y comprar legalmente.   Yo pregunto: ¿se toma en cuenta a los coleccionistas de armas y a los tiradores deportivos?   Si se limita la cantidad de municiones a 100 por año, ¿cómo haré para comprar las municiones que necesito para ir, por lo menos, una vez al mes al campo de tiro a practicar?

Como un ciudadano común que cumplo con la ley y tengo un arma para mi protección, con su permiso vigente, considero que se tienen que tomar en cuenta estas preguntas a la hora de aprobar la citada ley.    Solo debemos recordar que los delitos no se comenten con armas legales, sino con las que se comercian en el mercado negro y para las cuales no hay regulación alguna, solo la libre oferta y demanda. Hay que tener cuidado de no endurecer la ley para los ciudadanos honestos que cumplimos con todos los requisitos que se nos exigen, mientras la delincuencia adquiere estas armas con relativa facilidad en la calle y para quienes la ley, por estricta que sea, no existe.

Me preocupa que se repitan los resultados obtenidos con la Ley 13 “antitabaco” que pretendía reducir el consumo de cigarrillos. Después de subir el arancel 100% a estos productos, el resultado es que la gente no ha dejado de fumar; en cambio, han migrado de marcas legales, que cumplen con los controles sanitarios y fiscales establecidos, a marcas falsificadas o de contrabando, sin regulación alguna, por ser estas mucho más baratas.   Esto está produciendo una contracción de la industria legal y un boom en las ventas de cigarrillos chinos o paraguayos ilegales en las calles. En ese caso, la “solución” fue peor que la enfermedad; ojalá no se repita esto con la ley de armas de fuego.

Estoy de acuerdo en que debe haber mayores controles y regulaciones, pero no a costa de ponérsela “dura” a los que cumplimos, mientras que los delincuentes seguirán adquiriendo armas ilegales para sus fechorías como hasta ahora.

<> Artículo publicado el 12 de octubre de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos,    lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

*