El Parlamento y su imagen

El Parlamento y su imagen

RAÚL E. RODRÍGUEZ A.


La Asamblea Nacional, por ser un Órgano integrado por miembros de diferentes partidos políticos, ha sido y sigue siendo el blanco de críticas constantes y múltiples. En el pasado período constitucional, así como en el actual, la Asamblea tomó nota de estas críticas e incorporó las observaciones de la comunidad a su programa de acción, además de reformar la Constitución y el Reglamento Orgánico de su Régimen Interno, de forma que se adecuaran a los estándares contemporáneos de la corrección política.

Los sondeos de opinión son instrumentos que podemos utilizar para identificar los deseos y pareceres de los ciudadanos. Pero, es necesario recuperar el valor de la autonomía parlamentaria respecto, no solo de los otros poderes constituidos, sino también de las empresas periodísticas.

Puede pensarse que los medios masivos de comunicación trasladan una opinión pre-existente de los ciudadanos. No obstante, en la medida de que son empresas, los medios pueden dar un tratamiento prioritario a temas que en la agenda pública solo artificialmente tendrían ese predicamento. De igual forma, temas de obvio interés podrían desaparecer del debate público, por decisión de los propietarios de los medios.

No justificamos conductas negativas de algunos miembros del colectivo Asamblea Nacional, pero tampoco es justo que se le atribuyan enteramente al Órgano y se etiquete de igual modo a todos sus integrantes. En ese sentido defiendo con fervor su institucionalidad y la trascendental labor que desarrolla en nuestra democracia.

Es pertinente recalcar que la Asamblea Nacional de Diputados es el único Órgano cuyos debates son públicos, se transmiten abiertamente y admiten la participación ciudadana. En consecuencia, cada discurso o pronunciamiento, tanto en el Pleno como en las 21 comisiones de trabajo, ya sea para favorecer o no una iniciativa legislativa, constituye un hecho noticioso que puede ser motivo de críticas contundentes.

Lo indicado nos lleva a pensar cuál es nuestro rol ante la sociedad y cuál debe ser la conducta pública y privada de los diputados y diputadas. En base a esta interrogante debo remitirme necesariamente a lo que se haya contemplado en la Ley 33 de 27 de octubre de 2005 “Que adopta el Código de Ética y Honor Parlamentario”. En este Código se señala, entre otros aspectos, que los diputados y las diputadas deben adecuar su conducta pública y el ejercicio de las funciones inherentes a su cargo a lo dispuesto en la Constitución Política, las leyes, el Reglamento Orgánico del Régimen Interno y al Código de Ética.

Se dice, además, que los diputados y diputadas: “deben comportarse siempre con honradez, transparencia, justicia, responsabilidad, mesura, discreción y seriedad, de tal forma que su conducta pueda admitir la fiscalización más detallada de parte de los ciudadanos” y se agrega: “Que el diputado y diputada deben reflejar en su conducta pública la dignidad del cargo que ejercen”.

Estoy convencido de que la puesta en práctica de cada uno de los aspectos contemplados en el Código de Ética, sumado al desarrollo y aplicación de indicadores de desempeño, ayudará a mejorar el rendimiento de las funciones parlamentarias y la percepción que la ciudadanía pueda tener de la Asamblea Nacional de Diputados, devolviéndole la confianza y la credibilidad de las que debe gozar esta institución baluarte de la representación popular.
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Publicado el 25 de junio de 2009 en el diario La Estrella de Panamá a quien damos todo el crédito que le corresponde

La Cinta Costera, modelo paisajístico

La Cinta Costera, modelo paisajístico.

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RAÚL E. RODRÍGUEZ A. – Abogado.  Presidente de la Asamblea Nacional

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La ribera marina de la ciudad capital ha sido la atracción de propios y extraños, de allí que en los primeros años de la década de los 50 las autoridades de turno decidieron aprovechar el área para construir una vía extensa y que contribuyera a despejar el tránsito vehicular para el presente y el futuro.

Fue así como en 1954 se inauguró la avenida Balboa, con el complemento del malecón, obras que en su momento le dieron una visión de innegable modernidad a la metrópoli.

El tiempo transcurrió y al llegar la década de los 80 empezaron a circular las ideas de una magna obra que rejuveneciera el sector, además de fortalecer la imagen de una nación en prosperidad, porque era y es Panamá. Los años ayudaron a madurar las iniciativas y así al arribar 1997 se dio a conocer el estudio llevado a cabo por el Ministerio de Vivienda, a través del Plan de Desarrollo Urbano del Área Metropolitana del Pacífico y el Atlántico y del Sistema de Espacios Abiertos, en el cual descollaba la Cinta Costera.

Dicho Plan comprendía el ordenamiento del área metropolitana desde Capira hasta Pacora, proyecto orientado a llevar beneficios a la ciudadanía que clamaba por espacios abiertos, especiales para lograr el esparcimiento clave en las urbes que, como la nuestra, acoge a más de un millón de habitantes (sumándole a los residentes del distrito de San Miguelito).
La Cinta Costera es uno de los megaproyectos que dejará como herencia para la posteridad la administración del presidente Martín Torrijos.

Desde nuestro punto de vista, independientemente de la inversión, la cual ha contribuido a generar más de tres mil plazas de empleos, esta obra es el regalo que se merece el pueblo panameño, sobre todo aquel que procede de los sectores más humildes, porque ahora podrá ir a disfrutar, con un mínimo de gasto personal, a un lugar amplio, seguro y sano.

Esta obra incluirá parques, ciclovías, puentes peatonales, los dos viaductos elevados, así como los necesarios estacionamientos. No faltarán las plantas ornamentales que contribuirán a purificar el aire, así como a complementar el paisaje citadino, pero, sobre todo, a rejuvenecer el entorno.

Nos atrevemos a asegurar que estos kilómetros que se extienden desde el Mercado de Mariscos hasta el monumento a la madre, en Paitilla, motivarán a los artistas, a los fotógrafos profesionales y aficionados, a captar cada espacio e inmortalizarlo en sus cámaras o lienzos.
Los panameños y panameñas nos debemos sentir orgullosos de que nuestra capital se ha desarrollado pegada al mar, con sus innumerables ventajas, por lo que al igual que otras ciudades como Niza, Copacabana, La Habana, y Guayaquil, por mencionar algunas, tenía derecho de lograr beneficios de esta bendición que le otorgó la naturaleza, de allí que la construcción de la Cinta Costera es el respaldo para el presente y el futuro.

El próximo domingo 21 de junio, cuando se realice la ceremonia especial para abrir el paso por esta obra, se escribirá una nueva historia de la evolución de la ciudad de Panamá y todos, los que estamos a favor y los que estén en contra, tendremos que reconocer que aquí, como en el tema de la ampliación del Canal, hemos contado con proyectos de Estado.
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Publicado el 18 de junio de 2009 en el diario La Estrella de Panamá

«Los miserables» y su vigencia hoy

«Los miserables»  y su vigencia hoy

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Por:  RAÚL E. RODRÍGUEZ ARAÚZ – Abogado, H.D. Presidente de la Asamblea Nacional, Escritor..

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La actitud de algunas personas, incluso de ciertos funcionarios públicos y algunos medios de comunicación, en la etapa final del presente mandato gubernamental, merece, a nuestro juicio, un buen estudio de parte de sicólogos, sociólogos y demás especialistas en la conducta, porque evidencian un ánimo de querer destruir al Gobierno saliente, y hasta asumen un talante hostil, en franco desconocimiento de los grandes logros obtenidos durante los últimos cinco años en áreas diversas del acontecer nacional.
Este grupo de detractores, muy arraigado en el statu quo en el cual ha estado siempre, se mantiene en una esfera reacia al cambio y, por supuesto, en la negación de lo nuevo o de aquello que signifique una evolución en el diario vivir, a pesar de las obras que han modernizado la infraestructura de casi todo el país, siendo una de las principales la ampliación del Canal de Panamá; las normas aprobadas para renovar nuestro sistema de vida, en las que sobresale la actualización de la Ley de la Caja de Seguro Social que impidió el colapso de la institución; la firma de tratados internacionales de intercambio comercial, cultural y demás, el mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes de las zonas de pobreza y pobreza extrema, de la colocación de Panamá entre las naciones competitivas, que hace uso de la tecnología, y ganado su puesto como destino turístico, son algunos de los logros significativos correspondientes a este último quinquenio.
La verdad es que sorprende tanto la capacidad para mimetizarse de estas personas a las que hacemos referencia, como la facilidad demostrada en hacer gala de aquella vieja frase: “El rey ha muerto, ¡viva el rey!”.
En estos días en que hemos presenciado por diversos conductos esta situación, recordamos la novela “Los Miserables” escrita por el francés Víctor Hugo, en 1862, a través de cuya trama el autor envió un mensaje a la sociedad de aquella época, acerca de la importancia del triunfo de las libertades personales, sobre la base de la justicia, la cual deberá abarcar derechos humanos a la educación, a la salud y al trabajo, e hizo una radiografía de la miseria humana.
El mensaje de Víctor Hugo, luego de dos siglos, cobra vigencia en estos momentos cuando aún hay quienes pretenden que el pueblo continúe en la ignorancia y miseria, y atacan las realizaciones de los gobiernos, sobre todo si éstas buscaron el bien común y resolvieron gran parte de las necesidades de una considerable mayoría.
Por el repaso que hicimos de esta obra de la literatura que ha trascendido en el tiempo, recomendamos su lectura, tanto a los funcionarios salientes como a los entrantes, para que puedan comprender el comportamiento de las personas, especialmente de esas que todo lo resuelven con la crítica, aunque sea sin fundamento, solamente porque piensan que de esa manera podrán formar parte del nuevo círculo gobernante.
A los funcionarios entrantes de todas las escalas de mando, les recomendamos recordar las enseñanzas de la citada obra literaria y en consecuencia puedan detectar a aquellos que se arrastraban a rendirle pleitesía a los gobernantes de turno y ahora siguen sus reconocidas prácticas de miserables para llegar a los despachos de las nuevas autoridades.
-Publicado el 4 de junio de 2009 en el diario La Estrella de Panamá.

La importancia de la gobernabilidad

La importancia de la gobernabilidad

05-28-2009 | RAÚL E. RODRÍGUEZ ARAÚZ – Presidente de la Asamblea Nacional, Abogado, Escritor

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Una de las primeras tareas emprendidas por el Gobierno del presidente Martín Torrijos, desde septiembre de 2004, fue la reglamentación de la Ley de Transparencia, considerada por el propio mandatario como “inoperante” en aquella época, pese a que se trataba de una norma moderna, de importancia y trascendencia, pero que no recibió el respeto y la preponderancia que se merecía de la administración anterior.

Además, se creó el Consejo Nacional de Transparencia contra la Corrupción, con la participación decidida de diferentes instancias del sector público, y otras organizaciones empresariales y de la sociedad civil, que ha servido de respaldo a las iniciativas anticorrupción y de fortalecimiento a las acciones a favor de los principios de la gobernabilidad.

Adicionalmente, el Gobierno presidido por Torrijos se preocupó por otros temas como la publicación de todos los gastos gubernamentales en la Internet, de tal manera que la ciudadanía conociera tan importante y sensible información, incluyendo los pormenores de las llamadas partidas discrecionales , lo que había sido ocultado anteriormente. Posteriormente, puso en ejecución proyectos verdaderamente transformadores, como PanamaTramita, PanamaEmprende, Paz y Salvo en Línea, Conéctate al Conocimiento y PanamaCompra, por mencionar algunos, con los cuales sentó cátedra sobre un trabajo de cara al pueblo.

Por otra parte, promovió la participación ciudadana a todos los niveles, sin exclusión, por ello no era extraño observar al mandatario reunido en Consejos Consultivos con los indígenas, los campesinos, y otros sectores alejados de los centros urbanos, que en el pasado reciente no habían sido tomados en cuenta. Estas acciones han denotado el interés del Gobierno por garantizar la gobernabilidad, sobre la base de los requerimientos modernos y que caracterizan a las sociedades democráticas.

Esas diligencias que garantizaron la continuidad de un proceso en donde la democracia fue la gran ganadora, sólo trajeron beneficios para el país en todas sus esferas. Sobresalimos regionalmente en lo que concierne a un crecimiento económico sostenido, en la evolución de la competitividad, en la captación de inversiones nacionales y extranjeras, en la atención a los sectores que vivían en pobreza y pobreza extrema, en fin, todo resultó en un quinquenio de trabajo responsable que produjo sus propios réditos.

Pero estos logros bien llevados permitieron al Gobierno conservar la gobernabilidad, porque de lo contrario se hubiera resquebrajado el Estado de Derecho con los consabidos resultados negativos y a estas alturas las pérdidas habrían sido incalculables desde todos los puntos de vista y hasta nos estuviéramos lamentando de no haber cumplido con un proceso electoral transparente y apegado a los principios democráticos, pero, afortunadamente, no fue así, por el contrario, la Nación salió fortalecida de esta nueva prueba.

Con el optimismo que nos caracteriza, vislumbramos que el nuevo Gobierno, en el que incluimos a la Asamblea Nacional, respetará, fortalecerá y profundizará en el crecimiento obtenido en materia de gobernabilidad durante la administración Torrijos. Mencionamos al Parlamento, porque es uno de los principales componentes de la gobernabilidad, además, se trata del recinto en donde, por naturaleza propia, se logra el verdadero equilibrio entre la diversidad de ideologías, de política partidista, de discusión y de planteamientos de orígenes heterogéneos.

Publicado el 28 de mayo de 2009 en el diario La Estrella de Panama