El derecho al precio a la vista

La opinión del Comunicador Social…


ABILIO ABEL GONZÁLEZ
aaglopez77@yahoo.com

La información de precio es indispensable, para que el consumidor decida al momento de comprar. La Ley 45 de 2007, establece que todos los bienes que se ofrecen en un determinado local comercial, deben tener en forma clara, precisa y en un lugar visible el precio al contado de los mismos.

Según el especialista de mercadotecnia, Iván Thompson, ‘el precio es la expresión de valor que tiene un producto o servicio, manifestado por lo general en términos monetarios, que el comprador debe pagar al vendedor para lograr el conjunto de beneficios de tener o usar el producto o servicio’.

Si los consumidores que acuden a cualquier establecimiento comercial, no ven el precio del artículo o servicio que desean adquirir, entonces desconocen el monto a pagar, por lo que es una falta a la transparencia del agente económico o comerciante hacia sus clientes.

Cifras proporcionadas por la sección de Estadísticas de la Acodeco, revelan que de enero a septiembre del presente año, se dieron en todo el país 219,877 faltas de precios a la vista de los consumidores. De acuerdo a fuentes de esta institución gubernamental, esta es una de las infracciones que regularmente cometen los agentes económicos en todo el país.

Los consumidores deben exigir el derecho a la información de precio y denunciar a los que se oponen al mismo. Asimismo, hay que reportar aquellos casos donde no atiendan su reclamo, cuando al adquirir un producto, cuyo precio es anunciado en el anaquel y al pagarlo el lector de código de barras le registra un precio mayor. Si usted detecta esta irregularidad, no dude en presentar su queja inmediatamente al empleado correspondiente. La Ley de Protección al Consumidor señala que ‘…En caso de que un producto tenga más de un precio marcado por el proveedor, prevalecerá el menor, y el proveedor estará obligado a venderlo con ese precio…’.

En una reciente visita al Mercado Agrícola Central, o de Abastos, como popularmente se le conoce, me percaté de la carencia total de precio a la vista de los productos que allí se comercializan. Teníamos que preguntar de puesto en puesto, para así conocer quién mantenía el mejor precio. Al solicitar a algún vendedor que lo colocara a la vista, nos miraba con desconfianza, ignorando o en una clara infracción a la Ley, nos manifestaba ‘que si nadie lo tenía, por qué él debía hacerlo’.

Esto es un solo ejemplo de lo que acontece en el mercado nacional, pues, si mencionamos todos aquellos locales, como en las llamadas ferias libres, abarroterías, ventas de autos usados, ferreterías, entre otros, tener precio a la vista es como si fuera un pecado comercial. Incluso en algunos supermercados, hay ocasiones en que el precio brilla por su ausencia y cuando el producto tiene un precio menor a otros, lo quitan a la vista y ni el lector de código o verificador de precio lo tiene registrado.

Los agentes económicos, que gozan de la libre oferta y demanda, no tienen ningún motivo para incumplir con informar sobre los precios de sus productos o servicios que ofrecen, a menos que tengan temor a la libre competencia.

 

<> Este artículo se publicó el 28 de diciembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

Panamá, sede de foro de agencias de protección al consumidor

La opinión del Comunicador Social…

Abilio Abel González 

Reunidos en nuestro país, se encuentran los principales directivos de las agencias gubernamentales de protección al consumidor de América Latina, España y Portugal para debatir diversos temas de consumo que enfrentan los consumidores de esta región.

El IV Foro Iberoamericano de Agencias Gubernamentales de Protección al Consumidor (FIAGC) que empieza hoy y finaliza el sábado 9, bajo la organización de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (ACODECO), es una valiosa oportunidad para incrementar la cooperación multilateral e incorporar las mejores prácticas internacionales en política pública del consumidor. Los miembros de este foro trabajan por identificar y combatir aquellas prácticas comerciales abusivas y fraudulentas que atentan contra los derechos de los consumidores de Iberoamérica.

Entre los temas que se expondrán están los de consumo responsable en colegios; herramientas para la educación del consumidor; protección al consumidor y educación financiera en los pagos de bajo valor; prácticas agresivas de mercadeo (telefonía fija y móvil, correo electrónico); crédito responsable, entre otros.

Asimismo, la veracidad de la publicidad, la participación ciudadana y los medios de pago de transacciones serán analizados en este importante foro, mediante grupos de trabajo integrados por especialistas de distintos países.

Los países presentes en este IV Foro de la FIAGC son Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala. Honduras, México, Nicaragua, Perú, Portugal, República Dominicana, Puerto Rico y Panamá, como país anfitrión.

Este foro surgió en el 2001, en el marco del Diálogo Euro-latinoamericano de los Consumidores por el Desarrollo y la Democracia, realizado en Cartagena de Indias, Colombia, convocado por Consumers International (CI). Allí se acordó realizar una reunión anual de entidades gubernamentales responsables de velar por la protección al consumidor. De esta forma, el Foro Latinoamericano de Agencias Gubernamentales de Protección al Consumidor (FLAGC) surgió como un espacio multilateral especializado en el análisis y discusión de la política pública de protección al consumidor en América Latina.

Esperamos que al concluir este foro internacional, se fortalezcan las políticas de protección al consumidor, no sólo en Panamá sino en toda Iberoamérica, porque consumidores somos todos.

<> Artículo publicado el 7  de octubre de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos,    lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

El derecho a precios visibles

La opinión del Comunicador Social…



Abilio Abel González

La información de precio es un derecho que es indispensable, para que el consumidor decida al momento de comprar. La ley 45 de 2007 establece que todos los bienes que se ofrecen en un determinado local comercial deben tener en forma clara, precisa y en un lugar visible, el precio al contado de los mismos.

Según el mercadólogo Iván Thompson «el precio es la expresión de valor que tiene un producto o servicio, manifestado por lo general en términos monetarios, que el comprador debe pagar al vendedor para lograr el conjunto de beneficios de tener o usar el producto o servicio».

Si los consumidores que acuden a cualquier establecimiento comercial no ven el precio del artículo o servicio que desean adquirir, entonces desconocen el monto a pagar, por lo que es una falta a la transparencia del agente económico hacia sus clientes.

Cifras proporcionadas por la sección de Estadísticas de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), revelan que de enero a mayo del presente año, se dieron en todo el país 98,785 faltas de precios a la vista de los consumidores y esta es la principal infracción que incurren los comerciantes.

Los consumidores deben exigir el derecho a la información de precio, y denunciar a los que se oponen al mismo. Hay que reportar aquellos casos donde no atiendan su reclamo, cuando al adquirir un producto, cuyo precio es anunciado en el anaquel, y al pagarlo el lector de código de barras le registra un precio mayor. Si usted detecta esta irregularidad, no dude en presentar su queja inmediatamente al empleado correspondiente. Además, la ley de protección al consumidor señala que «…En caso de que un producto tenga más de un precio marcado por el proveedor, prevalecerá el menor, y el proveedor estará obligado a venderlo con ese precio…».

En visita al Mercado de Abastos nos percatamos de la carencia total de precio a la vista de los productos, que allí se comercializan. Había que preguntar en casi todos los locales, para así conocer quien mantenía el mejor precio. Al recomendar a algún vendedor que anunciara el precio, nos miraba con desconfianza, ignorando o en una clara infracción a la ley, nos manifestaba «que si nadie lo tenía porque él debía hacerlo».

Esto es un sólo ejemplo de lo que acontece, ya que si mencionamos todos aquellos establecimientos, como en las llamadas ferias libres, abarroterías, ventas de autos usados, ferreterías, entre otros, tener precio a la vista es como si fuera un pecado comercial. Incluso en algunos supermercados, hay ocasiones en que el precio brilla por su ausencia y cuando el producto tiene un precio menor a otros, lo quitan a la vista y ni el lector de código o verificador de precio lo tiene registrado.

Los agentes económicos, que gozan de la libre oferta y demanda, no tienen ningún motivo para incumplir con informar sobre los precios de sus productos o servicios que ofrecen, a menos que tengan temor a la libre competencia.

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Este artículo se publicó el  10  de julio de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Metrología – Garantizando peso, medida y calidad

La opinión del Comunicador Social…..

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Abilio Abel González L.

Al adquirir un producto, el consumidor espera que el peso, medida o calidad anunciado en su etiquetado sea veraz. Proporcionar esta información comercial es obligatoria de todo fabricante o proveedor, así como su cumplimiento.

Si usted sospecha que el peso o la medida del producto que compró no es el indicado, puede solicitar a Metrología de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (ACODECO), que haga una prueba o evaluación a fin de que certifique el cumplimiento o incumplimiento.

La metrología es la ciencia y técnica que tiene por objeto el estudio de los sistemas de pesos y medidas, y la determinación de todos los aspectos teóricos y prácticos referidos a la medición de todas las magnitudes físicas, como por ejemplo: masa, longitud, volumen, temperatura, tiempo, etc.

Es tan amplia esta disciplina, por lo que en la institución existe una unidad técnica encargada de las verificaciones y un laboratorio con instrumentos para realizar pruebas en productos, como los análisis de calidad del arroz pilado, contenido de vitamina C en los jugos y néctares de frutas, análisis de contenidos químicos de enjuagues para ropa, entre otras pruebas de calidad.

Y es que la labor de metrología en el marco de la protección al consumidor, desempeña un rol muy importante, y quizás pasa un poco desapercibida por la población. Sin embargo, cuando los técnicos en la materia revisan las balanzas manuales y electrónicas, se puede estar seguro de que cada gramo es verificado. Igualmente, cuando se comprueba si los surtidores de combustible despachan la cantidad correcta, los conductores pueden estar tranquilos de que les están suministrando lo solicitado y pagado. Si el producto es empacado, se fiscaliza mediante balanzas que el peso o cantidad sea la indicada; y al analizar cualquier propiedad física y química de un producto, se garantiza la transparencia del mercado.

También se miden los bloques de concreto, se verifica los niveles de calidad del aceite comestible, la calidad del arroz nacional e importado. En fin, los consumidores pueden estar tranquilos que hay quienes se esfuerzan en verificar todos estos aspectos de metrología, que a simple vista son imposibles de verificarlo adecuadamente.

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Este artículo se publicó el  29  de mayo de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

¿Consumidor o consumista?

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La opinión del Comunicador Social
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Abilio Abel González

Como es tradicional, durante esta época se vuelca sobre los consumidores toda una avalancha publicitaria, con el ineludible fin comercial de captar la mayor parte de los recursos económicos, tales como ahorros, bonificaciones y la última partida del décimo tercer mes. Pareciera que el lema principal, del famoso banco de la familia panameña y que con tanto pregón se nos anunciaba, se haya tergiversado con el de «no se quede atrás, gásteselo todo».

Promover los productos y servicios, de manera masiva, es facultad del comercio, pero como orientadores de la opinión pública, consideramos indispensable exhortar a la población, a discernir entre todo lo que se ofrece, aquello que realmente necesite y pueda adquirir.

No se trata de limitar los deseos y metas, por las cuales se ha sacrificado en ahorrar parte de su dinero. Si no de ponerle un alto al consumismo excesivo, Ya que éste no hará otra cosa que afectar el presupuesto familiar dejándolo inerte para afrontar necesidades reales.

Según cifras del consumo per cápita del panameño promedio, el mismo aumenta todos los años y en todos los niveles, lo que nos cataloga como un país consumista. De allí la impostergable necesidad de implementar y fomentar los programas de educación al consumidor, en todos los sectores de la sociedad.

Ser un consumidor responsable es ser realista, es aquel que no compra todo lo que le ofrezcan ni le pongan a su alcance, que medita si es indispensable el producto o servicio que comprará o es para satisfacer un capricho o no quedarse rezagado porque el vecino o algún familiar adquirió algo mejor.   Mientras que el consumista, no le interesa comparar precio, calidad, y cree que todo que le ponen adelante es necesario sin importarle que ya tiene algo parecido, o que quedará endeudado.

Frente a la incertidumbre económica, resulta fácil pronosticar que el próximo año pueda ser un poco difícil, para no ser tan pesimistas. De allí la importancia de frenar el consumismo desenfrenado, que nos consume sin distinción de raza, religión y poder adquisitivo.  El consumismo es una enfermedad que poco a poco, causa un gran daño al bienestar, tranquilidad y salud del consumidor.

Sigamos el sabio consejo de no gastarlo todo, porque quien lo hace pierde la seguridad que brindan los ahorros, quedando a disposición de lo que ocurra, de la suerte. No deje todo para última hora, porque en medio de la prisa y la confusión no podrá decidir razonablemente sobre lo conveniente para usted y su familia. Haga una lista de sus necesidades reales, cotéjela con sus ingresos y ahorros, elimine aquellas cosas que no estés seguro, ajústese el cinturón del presupuesto, y haga una buena compra sin sobresaltos ni posteriores problemas financieros. Recuerde que un consumidor difiere del consumista.

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Publicado en 24 de diciembre de 2009 en el diario El Panamá América a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.