La fortuna de los más gordos

La opinión de la Licenciada en Relaciones Internacionales…

Mavis L. De León J.    –

Como diría el Chavo del Ocho… “vuelve el perro arrepentido”… sí, vuelvo a sentirme agobiada y totalmente triste por mis colegas, y por los estudiantes de la linda carrera de Relaciones Internacionales.

Saber que muchos están haciendo el esfuerzo por ser un profesional, pero que se desarrollan en cualquier campo, menos en la Cancillería y ni pensar en el Servicio Exterior, entristece a cualquiera.

Nuestro señor Presidente, a quien respeto mucho por su investidura, dijo: el cambio será muy bueno y habrá igualdad para todos. Pero no le tomo nada mandar a toda una gama de paisanos, amigos, amigos de los amigos, primos, hermanos, el perro y al gato, todos “rabi blancos” y otros nada de blancos para el Servicio Exterior.

No se ha percatado de que no hay nadie que este realmente capacitado para hacerlo. Nadie con una carrera realmente diplomática, con estudios especializados en el tema existiendo profesionales idóneos para el cargo.

Solo pregúntele a alguno de sus funcionarios, cómo se hace una carta oficial o simplemente un sobre entre embajadas. ¿Sabe o no sabe?, pues no lo sabe. El saber algo de inglés, salir en la tele, tener un lindo apellido, no le hace apto de representar a nuestro país en algo tan delicado como son las Relaciones Internacionales, que si no se sabe de algo de historia, estará en circunstancias arbitrarias o señor Presidente, ¿no se percató que no saber de la Guerra Santa y hablar en esas áreas sin conocimiento alguno de sus hechos, le trajo consecuencias diplomáticas?

Ahora bien, leo una noticia el viernes dos, publicada en un diario local, “El Sr. Varela indica que la gestión del Sr. Bosco Vallarino, no es la mejor, que no se ha desempeñado de la mejor manera, bueno vamos a ver si le damos una embajada, ¡Dios que es lo que leen mis ojos! Cómo es posible que quieran darle este premio de consolación por su gran trabajo en la Alcaldía.

Después de ver esta situación, el resultado es que el Servicio Exterior, los gobiernos lo utilizan como baño público, donde se puede mandar todo lo que no sirve, solo por que hay que cumplir con una necesidad básica que se adquirió en campaña. Ahora todos sabemos porque se llama Servicio Exterior.

A los jóvenes que estudian esa carrera tan linda, pero tan denigrada, peor que unas zapatillas después de un culeco, buena suerte.    Algún día todos los egresados de esa carrera nos sentiremos orgullosos del Servicio Exterior y queramos pertenecer a el. Que viva el cambio señor Presidente y mis respetos a todos sus colaboradores.

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Este artículo se publicó el  8  de julio de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.