¿Sí o no?

La opinión del explorador  y conservacionista…

LUIS  ALFONSO  PULEIO
luispuleioc@hotmail.com

En el programa de Telemetro Reporta, Edición Matutina del pasado 25 de octubre, que dirige el periodista Álvaro Alvarado, en pregunta que le formulara al Ministro de la Presidencia, Sr. Jimmy Papadimitriu, con relación al proyecto de los mercados y la cadena de frío, el ministro respondió que se le está dando prioridad al mercado de Chiriquí, y el de Panamá empezará a construirse en febrero de 2011.  Dado esa declaración, surgen en mi mente las siguientes interrogantes:

¿Qué pasó con el acuerdo para la realización del estudio arqueológico asignado a Patrimonio Histórico, quién es el que en realidad determinará la existencia del Camino de Cruces, la ubicación del poblado español de Guayabal y el camino hacia Gorgona, empedrado paralelo al de Cruces hecho por los propios españoles, como ruta más corta y segura hacia el Río Chagres?.

¿Por qué, además de los herbazales del campo de antenas de Chivo Chivo, sitio donde se construirá el mercado, también se va a talar el bosque que circunda el parque Camino de Cruces, modificando su superficie?

¿Qué pasará con la contaminación de los lagos de Miraflores, auxiliares del canal, reservas hídricas que producen electricidad para las esclusas y suplen de agua potable a importantes sectores de la ciudad de Panamá?

¿Qué opina la ACP, que parece no interesarle la conservación de la Cuenca Hidrográfica del Canal; al permitir que con el tiempo, los barcos naveguen sobre aguas pútridas?

El asentamiento del Mercado de Abastos de la ciudad, el complejo hospitalario, la nueva sede de la Policía, el Metro Bus, las vías de acceso Centenario Clayton y las futuras áreas residenciales, terminarán arrebatándole todo el verdor al parque Camino de Cruces.

Pero, qué hay del estudio de impacto ambiental?

El progreso es una cosa, pero antagonizar contra la naturaleza y la conservación de la Cuenca Hidrográfica del Canal, es un crimen al ambiente.

Los norteamericanos cuidaron y protegieron el bosque del ‘Canal Zone’, pero en la actualidad y con el goce de plenos derechos soberanos, la eclosión natural, es decir la selva tropical , carece de importancia ante lo apabullante del interés económico.

Entonces, aclaremos: ¿necesita el Canal de Panamá, para su funcionamiento, mantenimiento y protección, la existencia de los bosques, ríos, selvas, y masas de agua para su universal tarea?

¿Sí o no?.

 

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<> Este artículo se publicó el  13 de enero de 2011    en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

El Canal y la inundación

La opinión del Explorador y Conservacionista….

Luis Puleio

Por factores climatológicos, aun incontrolables por el designio de los hombres, las lluvias torrenciales que asolaron a nuestro país en los primeros días de este mes de diciembre y que continuarán hasta el mes de marzo, según pronósticos de nuestros avezados cientistas, hidrólogos, metereólogos y demás pronosticadores del tiempo, resulta lamentable cómo las condiciones climáticas del planeta han ido modificando paulatinamente el conocido calendario de estaciones de temporadas de lluvia y de verano en lo concerniente a nuestro país.

Recuerdo que a inicios del mes de diciembre los vientos alisios del norte hacían su bienhechora arribada, exacerbando el encanto de la temporada de Navidad y la salida de vacaciones de la muchachada de las escuelas. ¡Qué días aquellos!

Bajo el torrencial aguacero que superó a todos los anteriores el miércoles, 8 de diciembre, pude contemplar desde el puente de Gamboa cómo las masas de basura flotante –acumuladas desde el último día que se entregó el Canal a Panamá– se desplazaban vertiginosamente, merced a la corriente del embravecido río Chagres.   Inmensos bloques de basura plástica, arrojados por los moradores de las comunidades de Chilibre y alrededores, engarzados con plantas conocidas como lechugas, lirios, jacintos, lentejuelas, hidrilas, además de troncos de árboles derribados, escombros todos, hicieron verdaderos témpanos verdes boyantes, que fueron los que a la postre motivaron la paralización del tránsito de barcos por el Canal.

Durante la administración extranjera, el Canal y la Zona del Canal eran motivo constante de limpieza y mantenimiento. ¿Será que ahora le corresponde a los municipios ribereños, al Ministerio de Obras Públicas y a la Autoridad Nacional del Ambiente, tal colosal tarea?

A partir de esta experiencia y a demás de pasar exitosamente los barcos por el Canal, la ACP debe asumir la limpieza de todas las masas de agua, ríos, quebradas y riachuelos que desembocan en la cuenca y así evitar el día de mañana, una tragedia de incalculables consecuencias.

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<> Este artículo se publicó el 14 de diciembre  de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

¿Hasta cuándo ‘yes man’?

La opinión del Explorador y Conservacionista….

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LUIS   PULEIO

Antes que todo, pido disculpas por usar términos en inglés (anglicismos) en el decurso de este artículo.   Me veo forzado a emplearlo, porque es lo que folclóricamente más se entiende para destacar la complaciente genuflexión de algunos altos directivos, que llevan sobre sus hombros la responsabilidad de salvaguardar los bosques de Panamá del desaforado urbanismo, en menoscabo de nuestros parques nacionales y sus áreas de amortiguamiento.

Con estupor, me enteré de la noticia aparecida en el diario La Prensa, el sábado 28 de agosto, del periodista, José Arcia, donde señala   ‘La sala tercera declara legal una resolución de la ARI, por la cual se adjudica lote cerca del Parque Camino de Cruces, resolución No 01-04 del 8 de enero de 2004 a favor del lote No-35 para proyectos urbanísticos’.

Pero lo más indignante es la postura de la ANAM, de no asumir responsabilidad alguna en defensa de los bosques de Clayton, que debieron revertir al Parque Camino de Cruces una vez retirada la última estaca colonialista. Es un desparpajo también por parte de la ANAM escudarse tímidamente bajo el criterio de que el lote de selvas que será urbanizado está fuera de los límites del parque.   ¿Acaso no saben los directivos de la ANAM que cada quinquenio aparecen nuevas leyes que modifican los linderos del parque?

En lo personal, no veo en la entidad rectora de los recursos naturales del país el que surjan voces técnicas y científicas recomendando y deteniendo todo proyecto que atente contra la cobertura boscosa y el ambiente.

En cierta ocasión, un funcionario de la ANAM me respondió en el transcurso de un acalorado debate que ‘nosotros, la ANAM, somos una entidad de gobierno y no podemos decirle ‘no’ al propio gobierno, cuando éste, no importa qué parcela de bosque o de área protegida, nos pida para la realización de tal o cual proyecto’.

Yo ahora respondo, ¿hasta cuándo ‘yes man’?

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<> Este artículo se publicó el 25 de octubre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/puleio-c-luis/

La cadena de frío y sus consecuencias

La opinión de…

LUIS PULEIO

Los pueblos que olvidan su historia, se condenan a repetir sus propios errores’. Toda la ruta transístmica del actual Canal de Panamá, está inmersa en la epopeya de 1492 y la de 1501, cuando se descubre el Istmo de Panamá, por Rodrigo Galván de Bastidas.

En 1510, Diego de Nicuesa, funda Nombre de Dios.

Lope de Olano, localiza la desembocadura del río Chagres.

En 1513, Vasco Núñez de Balboa, descubre el mar del Sur.

En 1519, Diego de Albítez puebla a Nombre de Dios. Y Pedrarias Dávila, la muy noble y leal ciudad de Panamá.

En 1524, se inicia el Camino Real y el de Cruces en 1535, siendo Gaspar de Espinosa, gobernador de Castilla de Oro.

Fernando de la Serna, en 1527 explora el río Chagres, como ruta posible para el cruce entre dos mares.

En 1547, se inicia la construcción del fuerte de San Lorenzo y en 1573, el pirata Francis Drake, ataca a Nombre de Dios y el fortín de San Juan de Pequení.

En 1597, se funda Portobelo y en 1668 Morgan ataca a Porto Bello, en primera ocasión y No fue sino hasta 1671, Morgan se toma el Castillo de San Lorenzo, capturado este, las huestes avanzan hacia Panamá por el Camino de Cruces, apoderándose de la ciudad después de cruenta batalla.

En 1673, se muda la ciudad de Panamá, hacia el intramuros de San Felipe Neri. El banquero Guillermo Paterson, en 1698, intenta establecer una colonia escocesa en la bahía de Caledonia, San Blas. Como colofón, en 1739 el Almirante Vernon, destruye definitivamente a Porto Bello y San Lorenzo, haciendo que los galeones españoles cambiaran hacia la ruta del Cabo de Hornos.

En 1843, Francia muestra interés en la construcción de un canal por Panamá. Ese mismo año, el empedrado de Cruces vuelve a tomar auge con la masiva afluencia de buscadores de oro con destino a California. La Compañía del ferrocarril de Panamá, en 1855, inicia operaciones. En 1882 se inician los trabajos del Canal de Panamá bajo el auspicio de la Compañía Universal del Canal. En 1900, Victoriano Lorenzo envía pertrechos por el Camino de Cruces para la batalla del Puente de Calidonia. En 1914, terminan los trabajos del Canal de Panamá por parte de los norteamericanos. El 31 de diciembre de 1999, a la media noche, Panamá recibe el Canal y su zona y en 2006 se aprueba el ensanche del Canal mediante referéndum.

En la actualidad, el presidente de Panamá, señor Ricardo Martinelli, pretende utilizar el antiguo Campo de Antenas de Chivo Chivo, área revertida, y en pleno corazón del Parque Nacional, Camino de Cruces, para construir el mercado Agrícola Central, justamente sobre un importante segmento del histórico camino colonial.

Creo que al señor presidente no se le ha informado que el sitio escogido para el acopio final del proyecto de la cadena de frío terminará congelando para siempre el recuerdo vivo de la historia nacional.

Recomiendo la posibilidad del solar de El Chorrillo, a un costado de la Avenida de los Poetas, o en terrenos del Estado, al Noreste de Cerro Patacón, fuera de los linderos del Parque Nacional Camino de cruces.

Ecologistas, conservacionistas, grupos verdes, todos amantes de la naturaleza, estamos a la expectativa por la protección a ultranza de las 4000 hectáreas que conforman el Parque Nacional Camino de Cruces, amparado por la Ley 30 del 30 de diciembre de 1992.

Señor presidente, cuente con nosotros para que el mercado se construya en otro lugar que no perturbe en lo absoluto la franja de bosques que inicia desde el Parque Natural Metropolitano, el Parque Camino de Cruces, el Parque Soberanía y el Parque San Lorenzo en el Sector Atlántico.

<>Artículo publicado el 14 de septiembre de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quienes  damos,   lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Aniquilamiento histórico

La opinión de…

Luis A. Puleio

En 1992, mediante la ley 30 del 30 de diciembre, se creó el parque Camino de Cruces.    El campo de antenas de Clayton (Chivo, Chivo) era parte de su territorio. Por motivos que desconocemos, el campo de antenas fue permutado por los bosques de Clayton, es decir herbazales (paja canalera) por las selvas próximas a la comunidad.   En el ínterin, no se entregaron los bosques de Clayton y se perdió el campo de antenas.

El actual gobierno, al amparo de la muy cuestionada ley 30, ha repartido el campo de antenas para el establecimiento de proyectos hospitalarios, incluidos el mercado de abastos de la ciudad, la Policía Nacional y hasta una línea del Metro Bus.

Señor presidente Ricardo Martinelli: los conservacionistas e historiadores sólo pedimos que se conserve el eje del camino de cruces que corre intacto por más de cuatro siglos a lo largo del campo de antenas de Clayton.   La idea es la de eslabonarlo con el resto del empedrado que se encuentra protegido por los parques Camino de Cruces y Soberanía contiguos al campo de antenas. Igualmente pedimos, el que se aplique la beneficiosa fórmula de desarrollo con conservación.   Ello nos lo ejemplifica la Universidad Tecnológica de Panamá, con el rescate del Aljibe, pozo colonial español, perteneciente a un rico hacendado de apellido Cárdenas, así como el hallazgo de indicios precolombinos.

Recomendamos al director de la Caja del Seguro Social  y a los arquitectos e ingenieros que construirán el complejo hospitalario en las 30 hectáreas del globo B incorporar en el plano de construcción el histórico camino y la erección de un pedestal con una placa alusiva en el lugar donde existió el poblado de Guayabal, entorno donde el gobernador Pérez  de Guzmán organizó la primera defensa de la ciudad de Panamá, en contra de las huestes del pirata Morgan.

Señor Presidente: avancemos hacia el futuro conservando el ambiente y la historia, logrando en el campo de antenas el más genuino ejemplo de cultura, de armonía con la naturaleza y de fraternidad con las miles de personas que en el paso del tiempo recorrerán y admirarán nuestro pasado y nuestro presente.

Emerson dijo que los que construyen sobre ideas, construyen para la eternidad.  Nosotros podemos colegir que los que reafirman la historia, consolidan el porvenir.

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Este artículo se publicó el 15 de agosto de 2010  en el diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

El señor desconocido

La opinión de….

Luis A. Puleio C.

Todos los días tengo por paso obligado el transitar en mi vehículo de El Dorado hacia Clayton, pasando por la vía de La Amistad, con destino a mi trabajo. Particularmente, me agrada transitar por allí porque me distraigo viendo el bosque que linda entre los parques Camino de Cruces y Metropolitano. Temprano en la mañana o en el atardecer, mi espíritu se embelesa con el paisaje colmado de verdor y, aunque la vía esté atiborrada de vehículos, yo me recreo observando el follaje.

En no pocas ocasiones me ha tocado ver a un señor de cierta edad, quien armado de un machete y en atuendo del Army, hace cortes en el sector del parque, donde se sembraron innumerables plantones de especies nativas maderables por la Anam y compañías patrocinadoras.

El propósito de esa siembra, me explicó un funcionario de la Autoridad del Ambiente, es la erradicación de la llamada paja canalera (Saccharum spontaneum), que se ha extendido a sitios tan lejanos como el Bayano y Coclé.

La Saccharum spontaneum fue traída por los norteamericanos a Panamá en la década de 1960 con el objetivo de frenar la erosión de las riberas del canal. Por falta de estudios de impacto ambiental de la gramínea, ella se hizo fuerte, dominando a las especies naturales del bosque. La rápida dispersión de la semilla por el viento hizo que la paja gringa creciera de forma incontrolable. Una de las pocas posibilidades de dominarla es a través de costosas reforestaciones con especies locales de rápido desarrollo, cuyas ramas provean de sombra, así y al cabo de unos años la hierba se empieza a debilitar y a desaparecer.

El procedimiento para la preparación de la parcela se hace con el empleo de un tractor para que aplaste y descuaje la hierba, dejando la superficie libre de abrojos.   Si no se dispone de tractor, entonces se hace el corte con machete o con máquinas desbrozadoras. El mantenimiento debe ser constante, para impedir que la paja cobre fuerzas y termine ahogando a los plantones.

Durante el verano he visto al señor desconocido, tema de este artículo, cargando tanques plásticos con agua que él mismo utiliza, con mucha paciencia, para irrigar los plantones, ya que sin ese bienhechor auxilio, las plántulas terminarían secándose, haciendo fracasar el proyecto.   Sostener una reforestación de manera seria, va más allá del brindis y de los discursos laudatorios, exaltando a las organizaciones participantes.

Requiere de un equipo de ciudadanos consagrados en la tarea de conservación y que se empeñen en darle seguimiento a la reforestación, con el corte de la maleza, el control de plagas, la prevención de incendios y el remojar de las plantas durante la época seca. El trabajo de mantenimiento se prolonga por espacio de tres años, alcanzando los arbustos alturas de 10 a 12 pies.

En la actualidad, cuando paso por la vía de La Amistad, puedo apreciar cómo se ha ido regenerando el bosque, que era motivo de grandes llamaradas durante los meses de marzo y abril, y todo ello se lo debemos al señor desconocido que con tanto tesón y amor a la naturaleza ha facilitado la recuperación del dosel que cubre las márgenes de una transitada vía de la urbe capitalina.   ¡Gracias, señor desconocido!

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Este artículo se publicó el 10 de julio de 2010 en el diario La Estrella de Panamá y  el 11 de junio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a l autor,  todo el crédito que les corresponde.

El mercado y el camino colonial

La opinión de…..


Luis Puleio C.

La construcción del Mercado de Abastos en el sector del antiguo campo de antenas de Chivo Chivo marcará el principio del fin del Camino de Cruces.

El campo de antenas de Chivo Chivo, hasta la entrada en vigencia de los tratados Torrijos–Carter, era un importante centro de comunicaciones del ejército estadounidense acantonado en Panamá.   Con una superficie de 150 hectáreas, el campo era parte del polígono de entrenamiento de la Brigada 193 de Fort Clayton y centro de escucha del sector pacífico del continente.

A pesar de ello, los estadounidenses respetaron el sendero empedrado del Camino de Cruces que, desde el Puente del Rey, construido sobre el río Hondo actualmente río Curundú, era la puerta para llegar o salir de la ciudad de Panamá, después de 1673.

Su eje de marcha, para detallarlo en la actualidad, va desde el cruce del río Curundú pasa por el terreno del museo Reyna Torres de Araúz en altos de Curundú, continúa en dirección al Colegio de Las Esclavas, servidumbre de la Embajada de Estados Unidos, traspatio del Colegio Javier, el Hospital de Clayton, los terrenos en litigio de la compañía Pazco, la calle de la Guanábana, unidad de viviendas de Clayton, internándose en el campo de antenas con destino a la carretera Madden y el poblado de Venta de Cruces en Gamboa, a orillas del río Chagres.

Para ahondar un poco más en la historiografía nacional, es en el campo de antenas donde se pretende construir el Mercado de Abastos de la ciudad, en donde existió el poblado colonial de Guayabal desde el cual el gobernador Pérez de Guzmán planeó la defensa de la ciudad de Panamá contra los piratas de Henry Morgan.

Guayabal fue uno de los tantos sitios de relevo con que contó el camino para el hospedaje y descanso de los viajeros. El explorador Enrique García y el profesor de historia Geovanni Duarte, han realizado la prospección en el área encontrando fragmentos de cerámica de la época.

Doblemente revelador es dar a conocer a la luz pública que, además del Camino de Cruces, en el sitio de Guayabal se entroncaba el camino de Gorgona, una construcción hecha de piedra de río, igual al de Cruces, por los españoles, como ruta directa a dicho poblado asentado algunos kilómetros más abajo del poblado de la Venta de Cruces.

El capitán e ingeniero español Nicolás Rodríguez, en 1735, fue comisionado por su majestad del reino de tierra firme para inspeccionar los caminos de Cruces, Gorgona y Real a solicitud de los comerciantes de Porto Bello y Chagres. El porqué respondía al hecho del peligro que representaba para los bongos, el vencer los rápidos del río Chagres que ocasionaban pérdidas en vidas y mercancías. Por ello se tenía en mente trasladar la Aduana de Venta de Cruces hacia la comunidad de Gorgona por estar ubicada, lejos de la impetuosa escorrentía del río (Informe de inspección del capitán Nicolás Rodríguez, Biblioteca del Smithsonian Institute).

Construir el Mercado de Abastos en el centro del Parque Camino de Cruces generaría el asentamiento paulatino de villas miseria en derredor del perímetro del mercado, donde los pepenadores y los precaristas de toda clase pulularían en el área.

Las aguas negras y la basura se deslizarían hacia los lagos de Miraflores, auxiliares del Canal, y los inversionistas impulsarían proyectos de viviendas, aniquilando el verdor del parque.

En hora buena, el diputado José Blandón adelanta el proyecto de declarar el Camino de Cruces y Camino Real en monumentos históricos de Panamá. La construcción del mercado en ese terral histórico será, a no dudar, una afrenta a la historia nacional que negaría a los panameños el disfrutar y conservar, para las generaciones presentes y por venir, una ruta que le dio la existencia al Panamá de hoy.

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Este artículo se publicó el  5  de mayo de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.