La Autoridad del Canal de Panamá: Un ejemplo a imitar

La opinión de la Catedrática Universitaria…..

GLADYS STELLA ROMÁN DE RÍOS

Ahora que se ha retomado el tema de crear finalmente la ciudad gubernamental que alojará a todas la entidades públicas, autónomas y semiautónomas, sería conveniente y positivo imitar dentro de ella el “modus operando” administrativo, financiero y funcional exitoso de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

Este manejo exitoso y digno de imitar de toda la fuerza laboral de la ACP (directores y subalternos) conlleva:

1. Un manejo de una carrera administrativa completa: fuera de amiguismos o partidos políticos, totalmente a base de competencias laborales y sistemas de méritos.

2. Un manual completo de clasificación de puestos donde los mismos tienen desde grado 1 a grado N, un mínimo y un máximo salarial para cada puesto; una sola escala salarial que cubra a todos los puestos públicos con un departamento que lo actualice constantemente.

3. Políticas, sistemas y procedimientos de reclutamiento, selección y contratación que realmente funcionan.

4. Adiestramiento, formación y desarrollo organizacional de los recursos humanos.

5. Un sistema actualizado y motivador de evaluación del rendimiento o desempeño.

6. Un sistema moderno de administración de salarios, compensaciones e incentivos.

7. Administración de las relaciones laborales (convenios colectivos y conflictos laborales).

8. Moral y disciplina.

9. Higiene y seguridad ocupacional.

10. Auditoría y control de todas las funciones de recursos humanos.

Estos logros que han sido administrados eficiente y eficazmente por todos los funcionarios de la ACP en todos sus niveles organizacionales, son los que debemos desarrollar igualmente para todo lo que se proyecta en las entidades públicas que van a conformar integralmente la ciudad gubernamental. Esto nos llevaría a ser la envidia mundial, como es la ACP, de ser ejemplo de lo rentable y productivo que puede ser nuestro país en todas sus actividades.

Es loable hacer esta recomendación, porque cada vez que uno viaja escucha los comentarios tan favorables del manejo administrativo, financiero y funcional que existe en el Canal de Panamá; deberíamos entonces extender este orgullo nacional a todas nuestras actividades a nivel nacional y que ese orgullo de la fuerza laboral de la ACP se le contagie a todos nuestros funcionarios en el sector gubernamental; pues, todos somos un solo país: Panamá.

Imitemos lo que es la ACP y hagámoslo extensivo a toda la fuerza laboral del país.


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Artículo publicado el 25 de marzo de 2010 en el  Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Encrucijada de la Carrera Administrativa

La opinión de…..

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Gladys Stella Román de Rios

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Encrucijada de la Carrera Administrativa

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De tanto oír cosas inciertas sobre la Ley de Carrera Administrativa, los desvíos que ha sufrido y de profesionales a quienes no se les reconoce su aporte en el desarrollo de la misma, no puedo guardar más silencio.

La Ley de Carrera Administrativa surge en la década de 1950 y su pionera, quien la puso en práctica en Panamá, fue la profesora Delsa Perigault de De la Rosa, mi madrina.   Desde esa época me interesé en estudiar la administración de recursos humanos para mejorar, en lo que pudiera, la situación laboral pública y privada en Panamá.

Después de la historia conocida de la invasión y de la dictadura militar, un grupo de profesionales dimos nuestros aportes para elaborar la Ley de Carrera Administrativa, la que fue firmada el 20 de junio de 1994 por el presidente Guillermo Endara (q.e.p.d.). Dentro de este grupo destaco la labor desinteresada y valiosa del Dr. Rafael Pérez Ferrari, del Licdo. José A. Castillo R. (ex gerente del Banco Nacional) y del Mgtr. Félix Bolaños (q.e.p.d.).   La Ley fue prohijada por Milton Henríquez, entonces legislador de la República; también laboraron alguno que otro más. Le regalamos un año y medio de esfuerzo al gobierno, tiempo en el que trabajamos a diario.

Nuestra misión fue crear una Ley de Carrera Administrativa apolítica y que la dirección fuera totalmente independiente, no bajo ningún Ministerio de la Presidencia (como está actualmente) y, precisamente, cuidamos la ley para que no sucediera lo que posteriormente ocurrió: metieron a la “carrera”, y sin concurso, en la Carrera Administrativa –con las reformas de 2007 y 2008– a miles de empleados públicos y, peor aún, sin verificación de sus competencias laborales, y sin que cada uno de los empleados “certificados” llenara los requisitos y las competencias laborales adecuadas.

Nuevamente convirtieron la carrera administrativa en un “botín político” del PRD, sin medir las consecuencias de defraudar y dejar sin amparo a miembros de su propio partido.

Por esta razón se ha procedido, atinadamente, a reformar nuevamente la Ley de Carrera Administrativa para garantizar su razón de ser, tal y como lo es en países desarrollados como Estados Unidos y en la mayoría de las naciones de Europa y algunas de América Latina, incluyendo los siguientes puntos:

1. Que garantice la independencia de la carrera administrativa. El director (a) debe ser de solvencia absoluta en administración de recursos humanos y economía laboral, académica y profesionalmente, pero sobre todo debe ser una persona apolítica.

2. Que se ingrese a la carrera por méritos y competencias laborales y porque la persona llena los requisitos para cada puesto, contenidos en un manual de clasificación de puestos actualizado (del que se carece).

3. Una ley general de salarios que indique el mínimo y máximo salarial de cada puesto, trabajar con un grado representativo y con sus respectivas fases de ascensos (que tampoco están estipuladas y que jamás han tratado de fijar desde 1904 hasta la fecha).

4. Que todos los puestos se den por concurso y que los gane el o la que mayor puntaje obtenga.

5. Que los puestos de directores, subdirectores, asesores o “de confianza” no deben ser de carrera.

Sin embargo, hoy vemos con espanto, por decir lo menos, a una subdirectora de carrera administrativa que desde que se creó la misma fue la primera que se “autocertificó”, sin tener méritos y menos competencias laborales. Además hay “asesores” que ganan de dos mil dólares en adelante y que cuentan con “certificaciones en la carrera”, así como secretarias con salarios de entre 3 mil a 4 mil 500 dólares que ocupan los cargos de planificadores económicos o ingenieros jefes, cuando a duras penas han terminado su secundaria en alguna escuela nocturna.

¡Basta de arbitrariedades! No interesa a qué partido político pertenece el funcionario, lo importante es que logre su estabilidad en los puestos por sus méritos y competencias laborales, que le permitan desarrollarse en sus respectivas funciones, que es el objetivo de la Ley de Carrera Administrativa!

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Publicado el 22 de octubre de 2009 en el diario LA PRENSA, a  quien damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que le corresponde.