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La opinión del Educador y Escritor…
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RICHARD BROOKS –
rriost@hotmail.com
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La venta de EPASA es un duro golpe a la conciencia nacional y al Panamá Profundo. Somos el país de fenicios que denunció Gaspar Octavio Hernández y el país del eterno carnaval de Rogelio Sinán. Los vándalos del autoritarismo procuran silenciar el periodismo ético, independiente, sin complacencias.
Belisario Porras en 1903, denunció La venta del Istmo, hoy los empresarios panameños venden por unos dólares más industrias como la Cervecería Nacional, Bonlac, Galletas Pascual y otras. Y la familia de Harmodio Arias, ese gran estadista panameño, por unos dólares más también venden el baluarte de la lucha nacionalista, El Panamá América. Ayer la dictadura militar, vanamente, silenció los medios de comunicación, hoy la dictadura civil que controla los órganos judicial y legislativo pretende acallar cualquier protesta, censura y grito de la ciudadanía militante.
Ya lo había señalado Simón Bolívar: la primera de todas las fuerzas es la opinión pública, en todo gobierno democrático se debe oír a los prudentes, el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido, una protesta a tiempo destruye el efecto de concesiones simuladas, el que manda debe oír las más duras verdades, en el estadista no caben la improvisación, el fracaso ni la imprevisión.
La venta de EPASA pone en peligro la institucionalidad del país. El Colegio y Sindicato de Periodistas tienen un molino de viento que enfrentar, se vulneran derechos establecidos, se impone una línea editorial ajena a los intereses nacionales, un extranjero sin arraigo a nuestro sentido de pertenencia orientará a la sociedad panameña, ¿con qué valores, desnacionalizar el país? Esa experiencia ya la hemos vivido en distintas ocasiones, tanto luchamos contra el enclave colonial para que ahora otros enclaves nos traten de colonizar como lo intentó El Coloso del Norte y sus zonians. Recordemos a Guillermo Andreve, Acción Comunal y la odisea generacional de la juventud panameña por conquistar nuestra soberanía en la zona canalera. La denuncia de Eduardo Soto, despedido de El Panamá América, me recuerda a Manuel Celestino González, dignidad contra el servilismo y la corrupción. Eduardo Soto es hoy otro Quijote en su lucha por la justicia. ‘El poder sin control conduce a la tiranía moral’, William Blake poeta romántico.
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Este artículo se publicó el 19 de enero de 2011 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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