Carta al niño Dios del pequeño productor

La opinión de…..

RAUL DUTARY PUGA

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Carta al niño Dios del pequeño productor

Se acerca la Navidad y ya muchos han escrito su carta al niño Dios, para que le llegue temprano y tenga tiempo de leerla y responderla.   Entre los que han tomado esta decisión están los pequeños agricultores, hombres cuya profesión les exige prudencia y anticipación en sus decisiones.

La carta dice así:  Querido niño Dios, para este año 2009 quiero que nos ayudes a escoger un buen mandatario. Necesitamos un gobernante que se preocupe más por los que menos tienen, que esté presente y tenga buena actitud para resolver los muchos problemas de nuestro país. Que sea sensible a las necesidades de su pueblo y, en especial, a las que experimenta el pequeño productor. Te explico el porqué.

No entiendo cómo el pequeño productor es tan olvidado si representamos un sector de gran importancia en la cadena alimenticia, con más del 50% de la producción nacional. ¿Por qué somos tan olvidados por los gobiernos y no nos llega la ayuda que ofrecen al sector agropecuario? Como ejemplo tenemos el famoso Plan Compita que tenía como objetivo ayudar al pequeño productor, pero fue un fraude, pues para poder recibir la ayuda que se ofrecía en préstamos con intereses blandos, se tenía que poseer alguna propiedad que sustentara el préstamo y, por todos es sabido, no poseemos ni la tierra que cultivamos.

Algunos alquilan la tierra, otros tienen derechos posesorios, pero no han podido sacar el título de propiedad por diversos motivos que no son el tema de esta carta.   Quienes sí sacaron provecho del plan fueron aquellos que no lo necesitan, el gran productor que tiene dinero en el banco, que es dueño de su tierra, y de su maquinaria agrícola. Esa maquinaria agrícola que no permite que el campesino pueda tener un trabajito, pues hace el trabajo de 10 hombres, de forma que al campesino no le queda otra alternativa que migrar a la ciudad, a trabajar en la construcción o como empleado doméstico y, a veces, hasta lo orilla a delinquir para poder sobrevivir.

El pequeño productor no tiene maquinarias costosas, él contrata a los vecinos del área, creando fuentes de trabajo. Pregunto entonces, sin apelar a dudosas teorías económicas de países desarrollados, ¿a quién debe ayudar el gobierno?

¿Por qué nuestros anteriores gobernantes subsidiaron y eliminaron los impuestos de las empresas multinacionales, dizque para atraer la inversión extranjera? Se subsidia el combustible de un pésimo transporte, se exonera del pago de impuestos a los ricos comerciantes de la Zona Libre, y les da en bandeja de plata concesiones de nuestros puertos, casinos, aeropuertos, hidroeléctricas, telefonía celular y toda el área revertida de la Zona del Canal a los ricos inversionistas.

En cambio, al pequeño agricultor no se le ayuda ni con los fertilizantes, tractores de bajo costo, combustible para el transporte, semillas de alta producción o bombas de agua para regadíos. En nada se le ayuda, todo lo tiene que comprar, y caro para contra rematar. ¿Qué hay detrás de todo esto? Será que alguien quiere que el pequeño productor quiebre para quedarse con todo, latifundistas.

Para rematar se habla de cobrarle al pequeño agricultor el agua de los ríos que utiliza para regar las siembras. Imagínese usted. ¿Y a la Autoridad del Canal de Panamá y a las generadoras de electricidad e ingenios de azúcar, cuánto les van a cobrar?

Querido niño Dios, donde yo siembro sandía en un pedacito olvidado de tierra, allá en Calobre, nadie ha llegado para brindar ayudar. La comunidad es pobre, pero muy trabajadora. Necesitamos una planta en donde preparar la fruta para la exportación, pero no hemos podido conseguir el financiamiento, nos lo niegan. Ya no sabemos qué hacer para mejorar.

Los exportadores fueron beneficiados cuando tuvieron problemas, pero los productores no se tomaron en cuenta.

¿Podrán existir los exportadores sin los productores?, yo creo que no. Entonces ¿a qué sector es más urgente ayudar?

Termino, querido niño Dios, con una frase de tu hijo san Agustín que decía. “En las cosas que son necesarias debe existir la unidad, en aquellas que son dudosas, la libertad, pero en todas siempre debe estar presente la caridad”.

Concédenos niño Dios nuestro deseo, un gobernante que nos haga justicia.

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Publicado el 1 de noviembre de 2009 en el diario LA PRENSA,   a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.