Democracia y libertad

La opinión del Secretario General del Sindicato de Periodistas de Panamá….

FILEMÓN MEDINA RAMOS

La democracia, según la Real Academia de la Lengua Española, es la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno o lo que es igual al predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. En consecuencia, la democracia es una forma de organización de un grupo social humano (el pueblo), donde la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros (el pueblo), o sea que la decisión de un tema responde a la voluntad colectiva de los miembros (el pueblo). Es una forma de gobierno y de organización del Estado.

La libertad, por su parte, es el derecho de manifestar, defender y propagar las opiniones propias. Simón Bolívar, sobre la democracia y la libertad dijo:   ‘Solo la democracia… es susceptible de una absoluta libertad, libertad que se define como el poder que tiene cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido por la ley’. Así las cosas, me pregunto: ¿Por qué el gobierno de Ricardo Martinelli, el ‘gobierno del cambio’, que juró defender y respetar las leyes y la Constitución, es quien la viola con cada acción emprendida? Lo peor es que creen que su actuar, efectivamente, responde a los intereses de la colectividad, lo cual es peligroso, si entendemos que todo hombre tiene libertad de hacer lo que quiera, siempre que no infrinja la libertad de otros.

Entonces, lo actuado por los diputados del gobierno de Martinelli, elimina o no libertades ciudadanas, coarta o no los derechos humanos, aniquila o no a las organizaciones sindicales, al medio ambiente, otorga o no a los policías licencia para matar.    Señores diputados, ministros, miembros de la Policía, magistrados de la Corte, José Martí dijo: ‘Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y hablar sin hipocresía… Un hombre que obedece a un mal gobierno, no es un hombre honrado’.

Entonces, ¿por qué obedecer una política de gobierno que oprime a su pueblo? Ese pueblo, que hoy dice que podrán aprobar leyes impopulares, como la ley que penaliza la protesta, leyes que encarecen el costo de vida, que eliminan derechos sindicales, derechos ambientales, derechos humanos, que podrán dar la orden a la policía de tirar a matar, pero nunca lograrán callar la voz de un pueblo que, con dignidad, defenderá su derecho a existir, de vivir en una nación libre de tiranías.

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Este artículo fue publicado el 30 de julio de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor o autora, todo el crédito que les corresponde.

Cuando la Patria llama

La opinión del  Secretario general del Sindicato de Periodistas de Panamá. …..

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FILEMÓN MEDINA RAMOS

Cuando se toma la decisión de defender la integridad física de la patria y sus habitantes, aún a costa de la vida o de la libertad, el calificativo que se puede dar es el de héroes.

Esa es la categoría de los cinco cubanos detenidos en los EEUU, de los cuales dos son miembros de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), organización con la que el Sindicato de Periodistas de Panamá (SPP), tiene excelentes vínculos de trabajo, pues ambas organizaciones son miembros plenos de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). Antonio Guerrero Rodríguez, escritor y poeta, y Gerardo Hernández Nordelo, caricaturista, forman parte del internacionalmente conocido Caso de los Cinco, pues junto a otros tres patriotas cubanos fueron juzgados por una jueza de Miami, comprometida con la mafia cubano-americana, en un amañado proceso judicial, que los encontró culpables, sin haberles probado la acusación de conspiración para cometer espionaje y asesinato, y los condenó con 4 cadenas perpetuas, más 75 años de prisión.

Estos compañeros se encuentran presos injustamente en cárceles de los EEUU de América desde hace más de 11 años, acusados por la Fiscalía de “querer destruir a los EEUU”, cuando en realidad se trata de cubanos leales a su patria, que aceptaron ir a infiltrarse en los grupos terroristas radicados en territorio estadounidense para proteger de la muerte a su pueblo con la información recolectada.

Tras dos años de apelación, un tribunal de apelaciones en Atlanta en el 2005 anuló el juicio, las condenas, y recomendó juzgarlos de nuevo, en otra sede fuera de Miami, con un jurado imparcial, como condición sine-qua-non para respetar el debido proceso. Pero por argucias jurídicas la Fiscalía logró revertir esa decisión, no escuchó adecuadamente los argumentos de los abogados de la defensa, razón por la cual se elevó el Caso a la Corte Suprema de Justicia, sin lograr que esa máxima instancia decidiera revisar el fraudulento proceso judicial.

En el extenso expediente del Caso existen evidentes pruebas de flagrantes violaciones a la Constitución de los Estados Unidos, de los tratados firmados por ese país sobre los derechos de los prisioneros y el trato justo a sus familiares, incluyendo la Convención Mundial contra la Tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las autoridades judiciales federales de los EEUU han hecho caso omiso del rechazo de las instancias de la ONU que conocieron del Caso, como la Comisión de Derechos Humanos que exigió una solución inmediata a lo que calificó como “detenciones arbitrarias”, o como Amnistía Internacional que despliega una campaña mundial porque se le conceda visas a los familiares de los detenidos, según las regulaciones legales vigentes en ese país.

El clamor universal de organizaciones defensoras de derechos humanos, gremios religiosos y de la comunicación social, destacados artistas, escritores, Premios Nobel y personalidades políticas y judiciales de todo el mundo, crece y reclaman justicia. A este clamor se suma el SPP, como organismo representativo de los intereses de los profesionales de la comunicación social, y hace un llamado de atención a la opinión pública nacional e internacional para solidarizarse con esta causa, que busca reconocer el derecho a un juicio honesto, para los cinco patriotas luchadores contra el terrorismo, entre los cuales aparecen dos colegas que incluso en las adversas condiciones de prisión siguen aportando su arte al mundo.

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Este artículo se publicó el 28   de abril de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Haití entre la solidaridad y la ocupación

La opinión del Secretario General del Sindicato de Periodistas de Panamá….

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FILEMÓN MEDINA R.

La situación de Haití, desde antes del terremoto, estaba marcada por la pobreza y la inequidad. Haití es el país más pobre de América y, como si esto no fuera suficiente, le deviene una catástrofe natural, que paradójicamente se evidencia con mayor crudeza en los sectores más pobres del país caribeño.

Tras el terremoto, el panorama de Haití se complica por varias razones: Primero, por la lógica necesidad de ayuda humanitaria, en los rubros de alimentación, salud, seguridad, entre otros, y que está recibiendo solidariamente de los países del mundo. Sin embargo, la falta de instrumentos institucionales, que permitan la distribución efectiva de la ayuda humanitaria ha provocado entre los haitianos, con hambre y sed, situaciones de violencia e ingobernabilidad.

La crisis alimentaria generada por el colapso de las redes de producción y distribución de alimentos, a la caribeña nación, ha llevado a los países miembros del ALBA a fortalecer el plan agroalimentario en el que venían trabajando con el pueblo haitiano desde el 2008, por la crisis alimentaria mundial y que en plena tragedia ha distribuido cerca de 7 mil toneladas de alimentos.

El ALBA, ha propuesto, además, incluir un fondo de semilla para la siembra, con el propósito de reactivar y fortalecer los planes y programas de producción de alimentos, incorporando a los campesinos de Haití; así como la propuesta de un plan de agua. Este ofrecimiento del ALBA tiene un capital semilla de $100 millones.

Segundo, la invasión de fuerzas militares de EE.UU., que si bien han “ normalizado ” el tráfico aéreo, permitiendo primero el aterrizaje de sus naves y luego el resto, no es menos preocupante la opinión expresada por varios diplomáticos, que manifestaron su preocupación por la imponente presencia de tropas gringas en Haití, donde los soldados estadounidenses han sido “ innecesariamente agresivos ” e irrespetuosos con las autoridades haitianas.

Debemos recordar que Haití es una nación soberana y que el apoyo y la ayuda humanitaria, que se le brinda, para la reconstrucción de su país, debe ser en apego a su soberanía, elevando la autoestima y dignidad de ese pueblo. No obstante, la misión invasora de EE.UU., es mirar de frente a Cuba y a Venezuela, instalando una base militar en este país, para lo cual ya empezaron por desconocer a las autoridades haitianas insistiendo en el tema de la ingobernabilidad.

Además, la soldadesca estadounidense tomó la decisión de reconstruir Puerto Príncipe, que no es malo, lo malo es el objetivo que hay detrás de esta aparente solidaridad y que está relacionada con las intenciones de establecer una red de bases militares estadounidenses, para la supuesta lucha contra el narcotráfico, en Panamá y Colombia. Así las cosas, el panorama para la Región se presenta cada vez más incierto, ante la posibilidad de intervenciones militares a las naciones que han tomado la decisión de construir su propia identidad y forma de gobierno.

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Publicado  el 23 de febrero de 2010 en el Diario  La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.