¿Qué nos preocupa realmente?

La opinión de……

.

Nodier Gutiérrez Estribí

Ante este escenario que todos conocemos a través de los medios escritos, radiales, televisivos y vía web, no deja de impresionarme como centramos nuestra atención en los temas que algún grupo necesita o quiere que prestemos dicha atención.

El seguimiento a los casos de los ex funcionarios, ex presidentes, ex diputados, caso CEMIS, son algunos ejemplos de estos temas. Definitivamente no dejan de ser importantes ya que de alguna manera infieren con el mundo que nos rodea y con la sociedad en la que nos desempeñamos ya sea por motivo de nuestro trabajo o por cualquiera que sea la razón.

Sin embargo, ¿qué pasa con los temas que en mi humilde opinión son de gran preocupación e interés al mismo tiempo, puesto que afectan de manera directa y frontal nuestros bienestar? Me refiero a temas como el aumento inminente de la canasta básica familiar, el incremento de la tarifa eléctrica, el incremento en el precio del combustible, aumento del valor de los impuestos, entre otros. Ante esta situación me pregunto ¿qué nos preocupa realmente?, ¿o es que acaso estamos siguiéndole el jueguito a los que no quieren que nos preocupemos por lo que en realidad si es importante?

Todos sabemos que el sistema de justicia panameño, dicho de algún modo no funciona, o por lo menos no se ven los frutos; es esto lo que percibimos los panameños comunes y corrientes que vemos cómo nuestro país se convierte de manera descarada en un sitio donde la impunidad, el juega vivo y la falta de valores predominan por doquier, haciendo de nuestro entorno un lugar indeseable.

Con toda esta gama de sucesos nos entretenemos en lo que resulta sensacional y nos olvidamos o no nos enteramos de lo que realmente está pasando a nuestro alrededor y se logra el cometido de que los panameños nunca hacemos ni decimos nada, pero en realidad a mi parecer estamos por así decirlo: en otra cosa.

Es importante reflexionar un poco y definir: ¿Qué nos preocupa realmente?

<>

Publicado  el   21  de  enero  de 2010  en   el  Diario  La  Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.