Reproducimos el artículo de opinión de….
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Claudia Martans
Hoy, cuando celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, a nivel nacional e internacional se celebran reuniones, talleres, seminarios y foros sobre la importancia de cuidar nuestro ambiente, lo que nos parece una contradicción en el caso de Panamá, si miramos la forma en que se ha venido urbanizando el país.
Estamos de acuerdo en que, específicamente, la ciudad de Panamá se empieza a ver como una metrópoli del primer mundo, con rascacielos impresionantes y modernos. Sin embargo, hemos adoptado patrones de desarrollo según los cuales los edificios se construyen casi adosados uno al otro; en donde los barrios de casas residenciales han dado paso a este tipo de inmuebles, y en las áreas revertidas (en las que lo bonito de las mismas eran las edificaciones cónsonas con el ambiente) los espacios verdes, dentro de poco serán inexistentes.
No es solo construir edificios por construir. Tanto la sociedad civil como las instituciones públicas, que son varias en este tema, deben planificar qué consecuencias ambientales conllevan este tipo de obras. Al erigir edificios sin una verdadera proyección futura, se ejerce una gran presión en las ciudades, dando como resultado: alcantarillados colapsados, aguas estancadas, más demanda por el recurso hídrico, el problema de los estacionamientos, más basura, problemas ambientales; en fin, se altera toda la infraestructura básica del país.
No estamos en contra del desarrollo, por el contrario, reconocemos que esto ha hecho que la economía de Panamá se mantenga bastante estable y en crecimiento, pero reiteramos que debe ser un desarrollo planificado, para saber hasta dónde y hasta cuándo son posibles y sostenibles estos patrones.
En Panamá hemos avanzado con legislación ambiental que promueve el desarrollo sostenible, es por ello que con la nueva reestructuración del antiguo Ministerio de Vivienda ahora Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Ley No. 61 de 2009) se han aprobado normativas como la Resolución No. 4 de 2009 que introduce el procedimiento del desarrollo urbano y en donde se debe consultar a urbanistas para el diseño del crecimiento en el país. Esperemos que así sea.
Panamá es signataria de acuerdos internacionales ambientales que profesan el desarrollo sostenible, incluso algunas se refieren a aumentar la creación de áreas protegidas para salvaguardar los recursos naturales especialmente de los países en desarrollo, de las grandes presiones demográficas, económicas, de patrones insostenibles de urbanización, del deterioro ambiental. Por ende, es una violación a todos estos principios cualquier intromisión en estas áreas protegidas, como el sonado caso del Parque Natural Metropolitano.
Esto no es nuevo, no soy ni la primera ni la última que escribe sobre este tema, pero es una pequeña reflexión en el Día Mundial del Medio Ambiente, ya que de seguir con estas tendencias podríamos tener a futuro problemas graves que pudieran ser letales cuando se combinan con fenómenos naturales como los que se predicen con el cambio climático.
La madre naturaleza puede paralizar nuestras vidas, prueba de esto fue lo que ocurrió tras la erupción del volcán en Islandia en que toda Europa quedó inmovilizada.
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Este artículo se publico el 5 de junio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.
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