“La restauración del corazón”

La opinión de la Comunicadora Social…

Yasmira Singh

Las sagradas escrituras enseñan que Dios mira el corazón y lo escudriña. También detalla el papel significativo que presenta en la sociedad.  Aunque conocemos su gran valor físicamente, muchas veces ignoramos lo que puede poseer este órgano principal de la circulación de la sangre, si no se lo entregamos al Señor para que pueda ser restaurado para bienestar propio y de los demás.

Este órgano musculoso y cónico, es donde se concentra demasiado la sensibilidad humana, esos sentimientos internos como el amor, el afecto entre otros. Provienen igualmente los impulsos instintivos o instintos, esos arranques impetuosos, espontáneos (aunque estos últimos influye mucho el temperamento y carácter), interviene sobremanera el corazón.

Así como la intuición y el presentimiento. Aunque el corazón muchas veces es engañoso, hace sentir lo que no es verdadero, también “indica” cuando algo no anda bien en el ser humano, reconoce lo que se ha hecho; por lo que debemos vigilar nuestra vida; para que no pueda ser almacenado lo indebido en el corazón. El Todopoderoso nos formó con perfección; pero las constantes acciones dañinas y los recurrentes pensamientos malos, con el trascurrir del tiempo afectan, endureciendo y alejando al corazón hacía lo que es correcto y sano. Sobre toda cosa guardada (tener cuidado, protegerlo) guarda tu corazón, porque de él mana la vida cita la Biblia.

Con el corazón se cree lo bueno y también se induce a lo malo. Si deseamos que nuestra existencia sea buena y diferente, aceptemos al Señor en el corazón y sea quien guíe nuestros pasos en todo lo que hagamos. Si hay conflicto familiar, nos enseña a perdonar y a olvidar lo pasado. Dios lo restaura todo.

Si buscamos evitar que haya tanta violencia entre humanidad y obtener paz y seguridad “la ayuda eficaz”, es entregándole “verdaderamente” el corazón a Jesús y sea quien dirija nuestros caminos. Del corazón salen los malos pensamientos, homicidios, fornicaciones, adulterios, hurtos, falsos testimonios, todo lo que contamina a la humanidad afirma la Biblia.

Dios proporciona un corazón entendido para discernir entre el bien y el mal. Da un corazón nuevo. Lo limpia, cambia, transforma, convierte y restaura. Hace que sea puro, sincero y recto; sobre todo, este pronto y dispuesto para lo bueno. Debemos cuidar el corazón, porque puede ser llenado de soberbia y orgullo y se enaltece. Procurar ser de corazón humilde y sencillo. Sin olvidar que el corazón generoso, produce en la persona gozo.

Entrégale tú corazón a Jesús, te restaurará, su paz te dará y de seguro te guardará del mal. Y todo lo que hagas en la vida, hazlo de corazón como para el Señor. Dios te bendiga siempre.

<>Artículo publicado el 9 de septiembre de 2010 en el diario  El Panamá América a quien damos, lo mismo que a la autora,  todo el crédito que les corresponde.