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La opinión del Catedrático de la Universidad de Panamá…
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Eduardo Flores Castro –
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La institución está limitada por la cosmovisión de sus administradores, por el bajo apoyo a la investigación y por asignar un valor marginal a esta labor. Es absolutamente necesaria la renovación de la administración universitaria, de manera que se establezcan programas de incentivos a los investigadores, programas de perfeccionamiento profesional y se asigne un porcentaje del presupuesto universitario a la investigación. Merecería la pena emular a la Universidad Autónoma de Chiriquí, que tiene una asignación por ley, del 10 % del presupuesto de funcionamiento para el apoyo a la investigación.
El moderno enfoque que debemos aplicar es el de: investigación-desarrollo-innovación. Mientras que algunos definen la investigación como “la actividad donde se invierte dinero para obtener conocimiento”, la innovación sería “la actividad donde se invierte conocimiento para obtener dinero”.
La Universidad, tiene competencias para participar con opciones de éxitos en licitaciones, pero lo hace muy pocas veces o no lo logra por falta de organización. Esto presupone una falla gerencial en: transferencia de tecnología, base de datos, herramientas informáticas, técnicas de relaciones públicas, de comunicación, etc.
Es fundamental reforzar las tareas de análisis de nuestras fortalezas y debilidades para no perder la inversión y potenciar los resultados. La nueva administración universitaria tiene que centrar sus esfuerzos en la organización, para incluir los criterios de optimización que generen competitividad debido a la eficacia y eficiencia en sus acciones.
Debemos realizar un estudio de las fuentes de financiamiento nacional e internacional y definir una estrategia adecuada cuyo objetivo sea la captación de fondos. Gestionar fondos para crear un sistema de servicios científicos y tecnológicos con miras a participar en el mercado nacional e internacional y generar los fondos para su sostenimiento y para el apoyo al desarrollo de las ciencias, las humanidades y las ciencias sociales y administrativas. Esto implica un estudio de mercado con técnicas modernas e índices orientadores de las políticas a seguir.
Es recomendable elaborar un centro de datos, que nos permita ordenar los logros alcanzados por los panameños tanto en el territorio nacional como en el exterior, así como los aportes en investigación de los extranjeros residentes en Panamá.
Por otro lado urge el establecer una política de publicaciones, comunicación y relaciones públicas. Esto incluye la optimización y reorientación de las publicaciones universitarias, las páginas web y los sistemas virtuales, que proyecte la universidad en distintos escenarios: el público en general, la comunidad educativa, la comunidad empresarial, la comunidad de egresados y la comunidad política y gubernamental. Es una condición ineludible establecer accesos eficientes a internet, bibliotecas digitales, centros de datos, apoyo virtual a los cursos, teleconferencias, pasantías, certificaciones, evaluación continua, etc.
Debemos mejorar los criterios de selección de personal para ser audaces y aprovechar las potencialidades. La Universidad de Panamá capta a un bajo porcentaje de egresados de universidades prestigiosas, por su sistema rígido de selección, que en muchas ocasiones no favorecen los criterios académicos. El actual modelo que se tiene en la Universidad apoya muy poco a quienes hacen investigación. Para un docente con gran cantidad de horas de clases y las obligaciones de horas de servicio administrativo, le es muy difícil cumplir con las exigencias que requiere un proyecto de investigación de primera línea, lo que indica que hay que hacer cambios radicales en esta institución para poder impulsar la investigación.
A nivel nacional nuestra fortaleza es el gran número de profesores con alta formación. Debemos aprovechar esta ventaja e impulsar la investigación a través de implementar doctorados en todas las disciplinas, hacer descargas horarias a quienes tengan proyectos financiados. Para esto debemos hacer sinergias con instituciones como: la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, la Ciudad del Saber, el Instituto Smithsonian, el IFARHU, la ANAM, el Ministerio de Educación, el Sindicato de Industriales y universidades extranjeras de prestigio. De esta forma forjaremos una universidad que oriente el desarrollo nacional.
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<>Artículo publicado el 12 de enero de 2011 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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