Colón, Colón… o el mazo de la indiferencia

La opinión del Arquitecto…

JOSÉ A. CAMPOS
joseadolfo47@hotmail.com

Mucha agua ha corrido desde cuando el presidente Demetrio B. Lakas recorría las calles de Colón todos los miércoles con un maletín de dinero y lo repartía a los colonenses. En aquel tiempo, ya Colón languidecía por la indiferencia y apatía de los Gobiernos.

Años atrás, la que fuera la tacita de oro del Atlántico, bullía del esplendor del dinero. Comercios de renombre y abolengo como Motta, el Bazar Francés, el Stranger Club, Casa Bee`s, El Trópico, el hotel Washington.   Por la avenida del Frente pululaban los turistas, soldados gringos y compradores de todas partes, que dejaban en los comercios dinero a montones.

Las cinco bases americanas generaban millones de dólares en salarios y los colonenses vivían en una relativa abundancia si no decorosamente.

Al cierre de las bases militares y la salida de la Escuela de Las Américas, Colón cayó en la decadencia y muchos colonenses se fueron a los Estados Unidos, buscando un mejor futuro. Las hermosas casonas como la Wilcox y la Maison Blànchè, con sus amplios balcones, que cubrían las aceras, auténticos ejemplos del Art-Deco panameño, fueron abandonadas. Al decir del célebre arquitecto Frank Ghery, ‘Colón es la ciudad más hermosa de Panamá’. Tiene todos los elementos para convertirse en el emporio turístico más rutilante del Caribe.  Colón haría palidecer a Cancún, Punta Cana, Saint Martan y otros destinos turísticos. La rica mezcla de las etnias —negra, india, china y española— hace de esta ciudad el crisol de razas más auténtico del caribe.

La ciudad de Colón requiere de un plan de desarrollo turístico, junto a un plan de reordenamiento urbano. Sus 16 calles, que cruzan la isla de Este a Oeste, producen un encantador efecto visual. Quizás es la parte social el principal escollo a salvar para desarrollar a Colón como un centro turístico. Hay que capacitar a los jóvenes colonenses en hotelería, alta cocina, administración portuaria y aérea. Darles un empleo digno y bien pagado, porque la mayoría de los colonenses habla Inglés.

Junto a Colón coexiste la primera Zona Libre de Latinoamérica. Tiene un aeropuerto y los mejores puertos de contenedores y cruceros. Las playas, son las más bonitas de nuestro país y adicional a las costas de Colón está su historia. Los emplazamientos del imperio español, como el Fuerte San Lorenzo y Portobelo, son los más importantes del Caribe y las incursiones de piratas le añaden un elemento romántico digno de Hollywood.

El destino de Colón es ser el más importante destino turístico de nuestro país.

¿Será esto posible? o el mazo de la indiferencia, la desidia y la ignominia de nuestros gobiernos destruirá Colón para siempre y se derrumbará junto con la Wilcox y La Maison Blànchè, mudos testigos de un pasado esplendoroso.

 

Este artículo se publicó el 13 de febrero  de 2011   en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.