La fe que distingue a un pueblo

La opinión de la Relacionista Pública…….

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Ana L. Cedeño  

Si algo distingue a esta nación panameña, es su fe en Dios, y no importa cuál sea la denominación, todos estamos claro en que sólo un Dios puede salvar, y Él, dice su palabra, es el fuerte y valiente, el poderoso en batallas.

Los que tuvimos la oportunidad de estar presentes en un evento nacional, como el Día de Unción, organizado por la Comunidad Apostólica Hosanna en los estacionamientos del Figaly Convention Center, pudimos ver a cientos de panameños y extranjeros radicados en este país, con una gran necesidad de Dios, y es que cada vez hay más personas que han decidido buscar de Él, y esto no se trata de religión o de costumbres, es reconocer que sin Dios nada somos y alejados de Él nada podemos hacer. Se trata de que muchos hayan tomado la decisión de darse un tiempo permitido por Dios, para ver su salvación.

Todo panameño es consciente de que este país ha recibido la fidelidad del Señor en tiempos en que otras naciones están inmersas en la desesperación, tal es el caso de nuestra hermana República de Haití, que ha sido sacudida por un desastre natural.

Muchas veces nos preguntamos, el porqué de todas estas cosas o quién las hace, la respuesta está en Dios y es que Él permite situaciones difíciles como estas y otras, tan solo para captar la atención del ser humano, atención que de otra manera muchas veces no logra.

Estamos en un tiempo que aún por muy difícil que sea, Dios nos da la oportunidad de buscarlo y de encontrarlo, quizás algún lector diga, lo mejor es creer a Dios y amarlo a nuestra manera, sin embargo, Dios no se trata de eso, sino de hacer y vivir como Él lo desea, a su voluntad, que es buena, agradable y perfecta, se trata de amarlo a Él, siendo Él nuestro único Dios y Salvador por medio de su hijo Jesucristo, y no honrando a dioses paganos que tan solo representan abominación al único Dios verdadero y que llevan a la humanidad a la desidia, inmundicia y a la destrucción.

Amemos a nuestra nación, cuidemos de ella en oración, humillémonos por Panamá, y estemos quietos para ver la salvación de nuestro Señor.

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Publicado el 25  de enero de 2010 en el Diario El Panamá América, a quien  damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.