Al que no sabe hacia dónde va

Le corresponde al Estado defender esa agenda nacional empinándose por encima de los intereses comerciales.   La opinión del Economista…

ALEXIS SOTO
sotopanama@gmail.com

Los factores más elementales para sacar a nuestro país del subdesarrollo solo pueden corregirse en un Plan de Estado que trascienda por lo menos tres quinquenios gubernamentales.    Si bien es cierto que hemos avanzado y hoy contamos con Grado de Inversión y hemos allanado el camino para salir de la lista gris de la OCDE, todavía nos queda camino por recorrer. Básicamente, todavía carecemos de la infraestructura adecuada, carecemos de las habilidades y competencias suficientes en los sectores clave para el desarrollo y padecemos de una baja capacidad de ejecución en nuestras instituciones gubernamentales.

A pesar de que se han hecho suficientes estudios sobre las potencialidades de nuestro país y cuáles deberían ser los sectores clave de la economía para lograr nuestro desarrollo (Foros de Competitividad, Mesas de Concertación Nacional, estudios gubernamentales, etc.), no hemos logrado articular la acumulación de estos estudios al país que se va dibujando día a día con las decisiones del Ejecutivo y Legislativo.

Pareciera que existiera un divorcio entre el Panamá que debemos ser y el Panamá que estamos construyendo en la realidad.

Por ejemplo, el actual debate sobre cambios al Código Minero o al Código Agrario se compone de argumentos esgrimidos por las empresas interesadas en explotar nuestros recursos por un lado y por otro lado de organizaciones con agendas políticas o ideológicas, pero ninguno de estos argumentos ni de los unos ni de los otros están siendo contrastados frente a un Plan Nacional de Desarrollo que determine las prioridades del país y así poder medir si tal o cual decisión nos aleja o nos acerca a los objetivos nacionales ya establecidos.

Si ese valioso diagnóstico económico nacional se queda en las gavetas de las instituciones y no lo convertimos en agenda nacional para luego articular dicha agenda con el debate nacional, al final inexorablemente nos iremos alejando del país que queremos ser y nos iremos convirtiendo en el país que las corporaciones y los grupos de interés quieren que seamos.

Esta es la razón por la que en el camino hacia el desarrollo nacional pareciera que diéramos un paso hacia adelante y dos hacia atrás.

Le corresponde al Estado defender esa agenda nacional empinándose por encima de los intereses comerciales e ideológicos de uno u otro sector, confrontando los distintos argumentos a la luz de ese Plan Nacional de Desarrollo.

En otras palabras, si algo es bueno o malo para el país deberá estar determinado por los objetivos de país y no por los intereses creados del mercado.

Por una agenda nacional basada en un Plan Nacional de Desarrollo, por instituciones al servicio del ciudadano y no de las corporaciones, por un esquema donde usemos inteligentemente al mercado y no donde el mercado nos use a nosotros.

<> Este artículo se publicó el 7 de diciembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

Consenso de Seúl a Washington

La opinión de…


ALEXIS   SOTO
sotopanama@gmail.com

En los años ’90 se impuso la corriente del Consenso de Washington, la liberalización unilateral de mercados, privatizaciones y reducciones drásticas del déficit.  Era el ritmo al que bailaban nuestros países en ese tiempo y la música la imponían los organismos multilaterales (Banco Mundial, FMI, etc.).

Panamá tuvo que adoptar muchas de estas medidas a costas de graves sacrificios en nuestras políticas de desarrollo interno, so pretexto de que de otro modo quedaríamos aislados del mundo.

Bajo estas premisas, nuestros productores agropecuarios aceptaron drásticas reducciones de aranceles, la apertura del mercado nacional, así como el desmantelamiento y demonización de todo apoyo estatal o subsidio al agro a partir de la adhesión a la OMC en 1998 y así durante todos los gobiernos subsiguientes estas políticas fueron paulatinamente dejando en la postración a nuestro sector agropecuario.

Hoy, casi dos décadas después, el mundo ha dado muchas vueltas, aquel mundo regido por las economías más poderosas desde la II Guerra Mundial ha tenido que dar un espacio a los llamados países emergentes. Así la ONU aceptó ampliar el Consejo de Seguridad y el G20 se abrió para dar entrada a Corea, Argentina, México y Brasil.   El texto de la última cumbre del G20 celebrada en Corea hace dos semanas, conocido como el ‘Consenso de Seúl’ es reflejo de ese cambio de ritmo.

Ahora se habla de un equilibrio entre crecimiento económico y desarrollo social, pero sobretodo se habla de políticas nacionales de desarrollo que no sean impuestas desde afuera. Tanto el Director del FMI como del Banco Mundial coincidieron en que las políticas económicas de los países deben ser consecuentes con su realidad doméstica y no pueden uniformarse para todos.

Hoy vivimos otro mundo. La crisis del petróleo en 2007 que devino en una crisis de precios de los alimentos llevó a la FAO a instar a los países a desarrollar políticas de desarrollo agropecuario y de seguridad alimentaria, parte del texto del ‘Consenso de Seúl’ reitera estas prioridades enfatizando en la necesidad de retomar las discusiones de la ‘Ronda de Doha’.

Ahora cuando nuestro país avanza en la negociación de Tratados de Libre Comercio y Acuerdos Fiscales con países miembros de la OCDE, es importante que nuestras autoridades tomen en cuenta los nuevos paradigmas globales. No se trata de regresar a políticas arcaicas de sustitución de importaciones, se trata de fomentar la producción nacional tanto agropecuaria como industrial para aumentar nuestras exportaciones y no sacrificar la primera so pretexto de impulsar la segunda. El crecimiento del país no puede darse a espaldas del desarrollo de nuestra industria y del sector agropecuario ya que son los que nos darán el necesario valor económico y la seguridad alimentaria.

<> Este artículo se publicó el 30 de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
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El doble discurso de la OCDE

Detrás de las exigencias de los países industrializados está tratar de eliminar o controlar los mercados emergentes.   La opinión del Economista….

ALEXIS   SOTO
sotopanama@gmail.com

La Unión Europea (UE) ha puesto a disposición de Irlanda un fondo de rescate para financiar su déficit. Como condición para recibir el rescate, Irlanda debe aumentar su impuesto a las sociedades, actualmente de 12,5% (menos de la mitad que la mayoría de los países de la UE). La condición establecida revela que algunos países de la UE quieren usar el aparentemente noble objetivo de financiar la deuda de su vecino, para acabar con la competencia que les ha resultado Irlanda para atraer la codiciada inversión extranjera.

Detrás de muchas de las exigencias de los países industrializados (OCDE, etc.) está realmente tratar de eliminar o por lo menos controlar la competencia que les representan los mercados emergentes como Irlanda en su momento.

Estoy convencido de que la estrategia de negociar tratados que eviten la doble imposición ha sido una excelente decisión del Gobierno panameño.

A la fecha, con 13 tratados negociados y 9 ratificados, Panamá le ha demostrado al mundo que nuestro sistema legal y fiscal no está diseñado para evasión fiscal de nadie.

No obstante, las recientes declaraciones de Grace Pérez Navarro, Directora Adjunta de la OCDE en el sentido de que ‘para salir de la lista gris, a Panamá le falta todavía ratificar e implementar los tratados’ así como la escogencia de Panamá por el diario español Negocio Digital como ‘el peor parado’ entre los países que están tratando de salir de las listas grises, ambas declaraciones nos indican que no es suficiente que Panamá demuestre que no fomenta la evasión fiscal.

Detrás de esta exigencia hay otros intereses que tienen que ver con restarle el carácter competitivo al centro de negocios panameño y no van a estar satisfechos hasta que eliminemos todas nuestras ventajas competitivas.

Así como le exigen a Irlanda que suba el competitivo impuesto de sociedades so pretexto de disminuir su déficit como requisito para recibir el rescate de la UE, así mismo la permanencia de Panamá en las listas grises, a pesar de su clara demostración de ser un colaborador para evitar tanto la evasión como la doble tributación, revelan que detrás de estas listas hay un interés de disminuir nuestra competitividad en el mercado internacional de servicios financieros.

Por ello el Gobierno Nacional debe tener claro que ir más allá de los acuerdos negociados y llegar hasta convenios de intercambio de información y convertirnos en recaudadores de impuestos de otros países no es nuestro papel y disminuiría una de nuestras ventajas competitivas en detrimento de nuestro centro internacional de servicios.

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<> Este artículo se publicó el 23 de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
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La encrucijada del agro local

Debemos desarrollar políticas y acciones de gobierno que lo lleven a ser cada vez más competitivo.  La opinión de…

ALEXIS SOTO
sotopanama@gmail.com

Para lograr crecimiento, el sector Agropecuario necesita vender más y a mejor precio. No obstante, en Panamá el aumento de las ventas siempre estará limitado por el tamaño del mercado. Siendo que la población panameña crece a un ritmo de 1.70% anual, la única alternativa de crecimiento es hacia los mercados de exportación. Es por ello que son necesarias las negociaciones comerciales y la integración a mercados internacionales pero siempre manteniendo el principio de una política agresiva en aquellos rubros donde podemos competir y una política defensiva en aquellos donde somos más sensibles.

Una Política de Estado hacia el agro no puede estar enfocada en condenar al sector al ostracismo y a la crisis permanente. Es decir, reconociendo el estado actual de crisis del sector se requiere un Plan de Estado a 10-15 años para que el sector despegue y se constituya en un verdadero vehículo de desarrollo para ese 43% de la población que vive y trabaja en el área rural.

Mientras defendemos a los rubros sensitivos de nuestro sector agropecuario, debemos desarrollar políticas y acciones de gobierno que lo lleven a ser cada vez más competitivo para que en un plazo perentorio pasemos de políticas defensivas hacia políticas agresivas de acceso a mercados que coadyuven al crecimiento de nuestras exportaciones y por ende de nuestra producción nacional.

Lamentablemente esto no se está haciendo, las cifras lo dicen. Los tres principales indicadores reflejan que no estamos en el camino correcto: las exportaciones, el financiamiento y las distorsiones en la cadena de comercialización. En cuando a las exportaciones, a excepción del azúcar sin refinar, el melón (-64.0%), la piña (1.5%), el camarón (-36.4%), la sandía (-17.8%), las larvas de camarón (-14.9%) y el Ganado vacuno en pie (-94.8%) han tenido una caída estrepitosa en sus exportaciones los primeros 8 meses de 2010. En cuanto al financiamiento estatal, tomando solo las estadísticas del BDA sin contar el Banco Nacional, entre el año 2009 y 2010 ha habido una caída del -30.58% en los préstamos en general, -36.33% en la agricultura y -28.81% en la ganadería.

Evidentemente esto es consecuencia, en gran medida, del reenfoque del FECI hacia el sector construcción.

Finalmente, en cuanto a los precios al consumidor llevamos una inflación acumulada a septiembre de 3.8% en general pero en Alimentos y Bebidas (consumo de alimentos) al mismo mes de 4.4%.

No obstante aquí debo hacer un señalamiento para que se entienda mejor lo que está pasando, para ello usaré las estadísticas del Índice de Precios al Consumidor (IPC) al mes de junio porque hasta esa fecha hay publicados registros del Índice de Precios al Por Mayor (IPM). Cuando el IPC acumulado al mes de junio era de 3.9% el IPM agropecuario en el mismo período era solamente de 1.4%. Aunque el proceso de producción y sus costos (IPM) no ocurren al mismo tiempo que el proceso de consumo y sus precios (IPC), es decir, se compran insumos para producir lo que se va a consumir seis meses después, la tendencia es clara y casi no varía en todo el año, por cada balboa que aumentan los costos de producción (IPM), se le aumentan 2.78 balboas al consumidor (IPC). Esto quiere decir que el aumento del costo de los alimentos no se debe tanto al precio de los productores sino a la cadena de intermediarios para llegar al consumidor. Esta distorsión debe corregirse con la construcción de mercados de abastos en todas las ciudades y políticas antioligopólicas y antiespeculación agresivas para lo que solo tiene que aplicarse la Ley 45 de octubre de 2007. En la medida en que corrijamos la tendencia de estos tres indicadores Exportaciones, Financiamiento y Distorsiones en la cadena de comercialización, por supuesto au nado a mayor investigación y tecnología, estaremos sentando las bases del camino hacia del desarrollo del sector agropecuario.

<> Este artículo se publicó el 19 de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
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El preludio de una crisis global

En esta ocasión, la cumbre del G20 inicia sin consenso en un tema crucial: las devaluaciones competitivas.   La opinión de….

ALEXIS   SOTO
sotopanama@gmail.com

En el día de ayer se inauguró en Seúl, Corea la Cumbre del G20. En esta ocasión la cumbre inicia sin consenso en un tema crucial: las devaluaciones competitivas. Es evidente que el virus de la crisis sigue vivo y ha vuelto a mutar por quinta vez, primero en 2008 apareció en forma de crisis inmobiliaria, luego como crisis bancaria, luego crisis financiera y simultáneamente también crisis económica, recientemente como crisis fiscal y ahora en forma de una incipiente guerra de divisas.

Mientras EEUU ha optado por estimular su economía manteniendo las tasas de interés relativamente bajas e inyectando circulante en la misma y a diferencia de Europa que lo ha hecho con fuertes ajustes fiscales para controlar déficit, lo cierto es que tanto EEUU, Europa y Japón de una u otra forma han optado por devaluar sus propias monedas para hacer sus exportaciones más competitivas ante el gigante China que hoy ya es la segunda economía en el mundo.

Es que China sigue manteniendo el principio de la gradualidad y a pesar de su crecimiento económico sostenido y de las presiones de los distintos bancos centrales del mundo, no ha querido revaluar el yuan luego de haberlo hecho en un 2% el pasado Junio.

Al mantener su moneda devaluada en un 20%, China ha logrado aumentar sus reservas hasta $2 mil 64 Millones, aumentado sus exportaciones 25% logrando un superávit comercial de $17 mil Millones pero al mismo tiempo provocando en contrapartida un aumento del déficit comercial en EEUU de 8,7% (el segundo más alto del año).

Frente a las presiones del G20, el Director del Banco Central de China, Ma Zhaouzu ha explicado que revaluar el Yuan para ellos significaría recortar exportaciones y por ende el cierre de fábricas lo cual traería desempleo y con él, desequilibrios sociales que afectarían la férrea estabilidad política que mantienen con su régimen de partido único.

Como respuesta a la postura china, la FED ha anunciado una mayor inyección de dólares en la economía de EEUU lo cual provocará una mayor caída de esa divisa que hoy se cotiza a $1,4195 por euro.

Este dólar a la baja por su puesto ha provocado que los inversiones huyan hacia otros destinos más rentables aumentando el valor de del oro como valor refugio a $1,300 la onza y cotizando al alza otras monedas como el euro, el yen, la libra esterlina y el franco suizo afectando a su vez la competitividad de las exportaciones de Europa y Japón.

Los discursos de los líderes del G20 presagian un escenario global en el que los mercados emergentes, a pesar de su satisfactorio crecimiento, les tocará abrirse paso para defender su cuota de exportaciones mientras los países ricos usarán distintos mecanismos para mantener el valor de sus exportaciones aún a costa del valor de sus divisas.

Todo esto es el preludio de la próxima crisis que estamos por ver en el mundo: la Guerra de Divisas.

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<> Este artículo se publicó el 12 de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
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Ante el espejo de Europa

Debemos vernos asegurar que el crecimiento, aunque no sea el más alto, por lo menos impacte el desarrollo del país.  La opinión del Economista y Docente Universitario…

ALEXIS  SOTO
sotopanama@gmail.com

Hace escasos cinco años a Portugal, Irlanda, Grecia y España, entre otros, se les aplaudía exactamente por lo mismo que hoy se nos aplaude a nosotros. Se hablaba del milagro económico de estas economías emergentes cuyo Producto Interno Bruto (PIB) creció de un promedio de 1% _2% entre 1990 – 1996 a un 4% – 5% entre 2000 – 2008 cuando entraron en la Eurozona.    Hoy en día, estas economías, conocidas como PIGS, arrojan gravísimos indicadores económicos: 11.5% – 21% de desempleo, -4.5 crecimiento del PIB (negativo), altísimo déficit fiscal, balanza de pagos deficitaria, además de un nivel de endeudamiento insostenible.

Los principales organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial, entre otros) que antes aplaudían el desempeño de estos países hoy analizan ¿qué ocurrió con el milagro económico de Europa? Las conclusiones de este análisis deben ser de gran interés para Panamá.    Entre las lecciones que nos da esta trágica experiencia económica europea podemos anotar que de poco sirve el crecimiento si no hay desarrollo económico.

Esto quiere decir que la forma de medir nuestra economía debe cambiar. Hasta ahora siempre la hemos medido en términos del PIB.

Pero hoy en día los estudios más modernos plantean una medición más integral y completa conocida como PPP (Purchasing Parity Power o Paridad de Poder Adquisitivo), este indicador pretende medir la economía del país no solo en términos mercantiles (cuantos bienes y servicios se produjeron) sino cómo estos impactan el nivel de vida de los ciudadanos ponderando factores como el costo de la vida, el acceso a servicios básicos (energía, vivienda, etc.).

Aún luego de medir nuestra riqueza con el indicador PPP debemos también aplicar otro indicador que es el índice GINI para medir la forma en que se distribuye la misma en toda la población. La economía panameña está teniendo un muy buen desempeño, con un crecimiento del PIB del 6,1% el primer semestre de 2010, la disminución del déficit fiscal, el estímulo al crecimiento via las inversiones, prometen un crecimiento económico que según el FMI superará a todos los países de la región.

No obstante, no podemos cometer el mismo error que Europa. Debemos aprovechar ese crecimiento económico para disminuir la campante pobreza de 32.4%, la desigualdad medida con el índice GINI de 0.52, mejorar nuestros indicadores macroeconómicos.

Antes de contentarnos con un mero crecimiento debemos vernos en el espejo de Europa y asegurar que el crecimiento aunque no sea el más alto, por lo menos impacte el desarrollo del país, de otro modo a la vuelta de pocos años, estaremos sufriendo las mismas consecuencias que hoy sufren las economías europeas.

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<> Este artículo se publicó el  2  de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
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Carta abierta a Beteta

La opinión de…

ALEXIS SOTO

Siempre lucharé contra cualquier forma de discriminación y el trato irrespetuoso que se dé contra cualquier ser humano a causa de su raza, credo, ideología, género, etc..

No obstante, al escuchar al vocero de la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá acusar a las iglesias católica y evangélica de ser intolerantes, considero que el citado vocero confunde intolerancia con el derecho legítimo de toda sociedad a defender su forma de vida o de convivencia. En ese orden de ideas, de defensa de nuestro sistema de vida y valores, quiero enmarcar los siguientes comentarios:

1. Actualmente la Constitución y Leyes panameñas obligan al Estado a velar por la honra de todos los panameños, esto incluye a los que simpatizan con las preferencias de su Asociación y a los que no simpatizan con sus costumbres. No hace falta una ley nueva que regule algo que ya está regulado en la Constitución, en el Código penal y Civil.

2. Es cierto que en nuestro país hace falta desarrollar más valores que promuevan el respeto en el marco de una cultura de paz. Pero en lugar de acusar a las iglesias de ‘intolerantes’ o ‘retrógradas’, le sugiero que nos entendamos mutuamente en un lenguaje de respeto que promueva la paz y no la confrontación innecesaria.

3. En Panamá hay democracia y libertad, pero hay que aprender a disfrutar de estos beneficios. La Asociación que Ud. preside fue aprobada como una muestra de la libertad y la tolerancia que hay en el país, según el artículo 39 de la Constitución y los artículos 64 y 69 del Código Civil lo único que se les exige es el ‘respeto a la moral y a las leyes’

4. El Diccionario de la Lengua Española define ‘moral’ como ‘Facultades y valores de una persona o colectividad que se consideran éticamente aceptables’. Evidentemente esta definición lleva la moral a ese conjunto de valores aceptados que entendemos como tradición y cultura.

5. Entonces, independientemente del legítimo derecho que tienen a disentir de los valores que rigen nuestra sociedad, en Panamá aceptamos la moral cristiana como parte de nuestra costumbre, así lo entienden los musulmanes, judíos, ateos y otras religiones y grupos humanos que han aprendido a convivir manteniendo muy legítimamente sus costumbres, pero respetando los valores de convivencia de la mayoría. Entre estos valores está el matrimonio, la unión de una pareja heterosexual, hombre y mujer como institución básica de la sociedad.

6. Lamentablemente, legislaciones traídas de otros contextos culturales sin su debido estudio y contextualización han ido debilitando la institución del matrimonio, trayendo como consecuencia una generación sin conocimiento de los valores como disciplina, autoridad, respeto a la vida, etc. Me refiero específicamente a la reforma al Código de la familia en 1998 que a mi juicio trajo mayor desintegración familiar.

7. Actualmente el matrimonio gay es legal en 11 países y 3 estados de Estados Unidos (Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina, México), en todos ellos sin excepción, la cantidad de matrimonios por año ha disminuido en los últimos años.

Concluyo, entonces, que la implantación del matrimonio gay no solo contraviene nuestra moral y costumbres, sino que además en la experiencia histórica donde se ha implementado ha tendido a debilitar la institución del matrimonio formal y éste, al ser el núcleo básico de nuestra sociedad, debe ser defendido de manera firme.

Cuando Ud. quiera, señor Beteta, acepto debatir públicamente estas y otras razones por las que este país no solo debe rechazar el proyecto de Ley que Ud. promueve sino las intenciones ulteriores de traer a Panamá esas legislaciones extrañas a nuestra cultura, entre ellas el matrimonio homosexual.

<>Artículo publicado el 16 de septiembre de 2010 en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes  damos,   lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.