La opinión de…..
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Zunilda Cajiga Serracín
Muchos cambios pueden realizarse en una institución, si realmente se observa, se analiza y si hay voluntad para hacer cambios reales. La Caja de Seguro Social (CSS) es una institución insigne, porque todos aportamos importantes sumas de dinero para recibir atención médica.
Recientemente, leí en uno de los diarios locales que la junta directiva de la CSS realizaba tres reuniones semanales para revisar y analizar los procesos administrativos. ¿Qué procesos se pueden revisar, si para ello se requiere una tarea de observación profunda de lo que sucede en cada actividad medular, y luego presentar un esquema de procesos, procedimientos, métodos, tareas y tiempos, para entonces poder señalar los puntos críticos en cada actividad?
Un hecho simple es ver y analizar la triste pesadilla de los miles de panameños que acuden a la CSS, por ejemplo, lo que experimentan con los elevadores en el Complejo Metropolitano. Con la simple tarea de observación podemos sacar conclusiones del grave peligro que estos elevadores representan para la población que acude cada día a sus tratamientos. Se trata de ¡elevadores nuevos, sí, nuevos! que fueron comprados por el gobierno anterior, pero que no cuentan con teléfonos de emergencia, ni siquiera con una guía de qué hacer en caso de peligro.
¿Qué empresa los suministró? ¿Cómo fue otorgada esta compra? ¿Existirán piezas de respuesto en caso de algún daño a estos?
Observen que ni siquiera la marca aparece. No demorará en que se produzca un daño y nuevamente la población tendrá que subir por las escaleras, como lo hicieron por casi un año antes de la compra de esos artefactos.
Todavía, los miles de pacientes que acuden a sus citas se sientan a ver telenovelas y propagandas en los miles de televisores que hay en cada recinto, mientras esperan a ser llamados con un papelito numerado en la mano, cuando se podría instalar tecnología en circuito cerrado y programas educativos de salud.
Todavía se observa la fila de personas de la tercera edad, cansadas y enfermas, que esperan ser atendidas para la entrega de sus medicinas, y al final les dicen que dichas medicinas están agotadas.
Y todavía, luego de casi 12 meses, sigo en espera de que se me asigne mi jubilación. ¡Imagínense, 12 meses! Observo y analizo la cantidad de pasos y revisiones, esto sin decir los errores que encontré, por ejemplo, que enviar una documentación del Edificio Bolívar a una agencia demora más de una semana, o de un escritorio a otro; mientras alguien lo toma lo revisa … van pasando los meses.
¿Es que no hay quién observe estos detalles? Mientras, muchos sí obtienen su jubilación en tres meses. ¿Será que todavía hay privilegios y tráfico de influencias? Quien representa a los jubilados ¿está realmente observando estos detalles? Quienes analizan los procesos ¿solicitan esta información básica sobre los esquemas de procesos y tiempos?
Haciendo memoria, en el pasado diálogo por la CSS, contratada por parte de las Naciones Unidas como asistente administrativa, observé y grabé en mi mente algo muy particular: que muchos de los participantes, especialmente los médicos, solicitaron al gobierno la revisión de los procesos, como un aspecto de vital importancia. Pero este pedido, sumamente vital, pasó desapercibido.
Habrá que traer a Paretto para que nos instruya con su célebre frase: “los pocos vitales y los muchos triviales”.
Que no se demoren en hacer los verdaderos cambios para el bienestar de todos y que procedan anticipadamente para evitar gravísimas tragedias y consecuencias como pasó con el envenenamiento con dietinele glycol, para que la CSS no se convierta en una Caja de Seguro para la muerte.
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Publicado el 23 de febrero de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito de les corresponde.
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