En elogio de José Renán Esquivel

La opinión del Médico Salubrista….

JUAN  CARLOS  MAS  C.
juancarlosmas@hotmail.com

No es el propósito de este artículo hacer la reseña y panegírico de la vida y ejecutorias de José Renán Esquivel, maestro entre todos, sino comentar la dolorosa omisión de pronunciamientos públicos oficiales y de gremios sobre el significado y trascendencia de su ejecutoria ciudadana y sanitaria.   La reflexión correspondiente es que hay silencios estridentes, por cuanto revelan lo que las palabras no dicen.

El doctor José Renán Esquivel hizo su entrada en un momento oportuno, en el cual ya se notaba que la ausencia de la sombra protectora ofrecida al país por los trabajos sanitarios del Canal empezaba a hacer sentir su carencia.

Aquellos trabajos, emprendidos con visión totalizadora por el país del Norte, centralizaban todo cuanto era necesario para finiquitar la obra; en consecuencia, la Salud fue una prioridad de Estado. Al amparo de esa concepción, las ciudades terminales del Canal pudieron desarrollar un sistema de protección preventiva confiable. Era una relación dialéctica de lo malo y lo bueno: lo malo del colonialismo, el despojo y la militarización, y lo bueno del orden y saneamiento. Al finalizar los 40s nuestro país reasumió el control sobre funciones sanitarias, pero no supo prolongarse en el espíritu de protección colectiva dejado por aquella empresa. Cuando José Renán entró en escena el país no había desarrollado una estrategia sanitaria supletoria de lo que se había dejado atrás; más bien habíamos derivado hacia la anarquía del ‘no hacer y dejar perder’, para que el interés crematístico cubriera las demandas.

José Renán hizo volver la mirada hacia extramuros de los hospitales e impuso el concepto de producción de salud como quehacer fundamental de los actores sanitarios: Sin descuidar a las instalaciones, para las cuales proponía la excelencia de una gerencia proba, insistió en la periferia del sistema, en el concepto de atención primaria y el respeto por los niveles referenciales munidos con la herramienta de la supervisión capacitante.

Sin ignorar el protagonismo colectivo que despertó en centenares de colaboradores, puede decirse que bajo su accionar el país alcanzó las tasas de salud que pudimos presentar sin sonrojos en eventos internacionales.

Y es que con él, las estadísticas sin maquillaje eran una formidable palanca de cambios e insumo para las tareas epidemiológicas. Presentimos que ese impulso carece del vigor de entonces y que los números no son ya el abrigo seguro de los sueños y los planes.

Después de Esquivel el desmantelamiento neoliberal de su concepción de programas sanitarios se puso a la orden del día; a partir de él y sin imputar específicamente a ninguna administración, cada uno de los que se instaló en los cargos asumió la función de completar el desguace iniciado por la precedente. En tal ambiente, proliferó la oferta de sistemas alternativos que acometían contra el Estado en retirada. Y así tenemos lo que tenemos hoy: ¡Nada!

En tal contexto, no es de extrañar aquel cómodo silencio que rodeó su fallecimiento, porque los beneficiarios de su ausencia, tanto dentro del Estado como en la esfera de profesionales oferentes de servicios privados, no tendrían nada que decir.

No acostumbro a parafrasear, pero con respecto a la vida y acciones de José Renán Esquivel en el ámbito sanitario cabe aquello que dijera Martí de Bolívar en otros contextos. ‘Lo que él no hizo falta por hacer todavía’. Recuperar la memoria, recuperar la historia, recuperar su legado ese el mejor homenaje que podemos hacerle.

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<> Este artículo se publicó el 14  de dicembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

La maduración del verde

La opinión del Médico…

JUAN CARLOS  MAS  C.
juancarlosmas@hotmail.com

La naturaleza manifestándose, avisa la maduración de sus productos vitales: amarillo y rojo, son sus indicadores.   Lo anterior es el referente ambiental para el abordaje de un tema social surgente: el florecimiento del ecologismo latinoamericano. Debo mencionarlo con ese nombre y no el de ambientalista, porque el último tiene connotaciones que encierran preocupación por la preservación ambiental, pero no encierra necesariamente el desarrollo hacia la vinculación con los fenómenos sociales.

Hoy está comprobada la estrecha vinculación entre cambios sociales y ambientales.   Todo ello debido a que fue el trabajo, y los instrumentos concebidos para liberar al humano de la necesidad, lo que logra los útiles cambios adaptativos iniciales, y precipita los perjudiciales cambios ambientales actuales, explicados por la inagotable ambición humana.

La intención de la especie, de librarse de la necesidad, arrastra la pretensión de unos humanos de prevalecer sobre otros, heredera del egoísmo biológico, y es la esencia del peligro actual.

En la realidad geo—global la vocación de lucro desmedido se monta sobre la posibilidad tecnológica para incrementadas ganancias a las dos únicas fuentes de riqueza: el trabajo humano y la entraña ambiental.

Al disiparse las nieblas del enfrentamiento ideológico de la guerra fría, que incorporaba dentro de sí al conflicto de clases, quedó al descubierto el conflicto ambiental.

Entonces, reconocemos la necesidad de nuevos conceptos que abarquen los dos conflictos: el anterior no resuelto aun y el ambiental emergente.

Prontamente en Europa circularon pronunciamientos para construir una alternativa rojiverde en España. (Véase un pronunciamiento del PC de España, de principios de los 90s titulado ‘Por la izquierda europea: el polo rojiverde’; también de Koel y Lowi ‘Un manifiesto ecosocialista’, publicado en París 2001; y la reseña en Rebelión de ‘Marx rojiverde’ de J.B. Foster.

En el clima germano post guerra fría se instaló una alternativa verde que, pareciendo distinta, no compite con el establecimiento. Ello dio lugar a que quienes no consideraban necesario abandonar lo social reflotaran la alterativa roja (Die linke), porque lo verde no maduraba. En Colombia el verde de Mockus no abordaba problemas sociales en un país que los tiene a montones; no vinculaba lo ambiental y lo social enterrado en la fosa común del postergado problema agrario. El verde giraba a amarillo.

En Brasil, ciertas fracciones verdes a la izquierda de Lula constituyen una salida con identidad propia, ejemplificando una maduración girando al rojo. Es notorio que en un clima polarizado, con poco voto sin dirección, el porcentaje de los prescindentes no varió, lo cual hace suponer que los votos verdes fueron en cantidad de 42% hacia la izquierda y 58% hacia la derecha. Este comportamiento revela el difícil camino de las ideas verdes, y activistas sin vinculaciones de clase, hacia posiciones modernamente aceptables que vinculan el ataque contra la naturaleza con el ataque contra los trabajadores. Hay dos rutas conceptuales: a partir de la condición social, o de la convicción científica.

En Panamá, gracias al equivocado manejo gubernamental se ha empujado a los luchadores de lo social y lo ambiental hacia la misma acera.  La objetividad de la vida real demuestra que el concepto pueblo agrupa en la presente coyuntura estratégica a varios grupos de clase y conforma una amplia extensión de múltiples capas de trabajadores de todo tipo: profesionales, técnicos, obreros y productores.

La maduración de lo verde en nuestro país deberá perfilarse hacia tonalidades encarnadas. Será Ecosocialista.

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<> Este artículo se publicó el 4  de diciembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

Bayonetas y ‘mass media’

La opinión del Médico…

JUAN CARLOS MAS C.

Se atribuye a Napoleón Bonaparte haber dicho que ‘las bayonetas sirven par todo menos para sentarse sobre ellas’.

Eran aquellas, épocas en las que las demandas de las multitudes, después de reuniones, manifestadores y protestas tumultuarias, terminaban por la incorporación de militares afines que asaltaban el poder e instauraban una nueva institucionalidad. Luego las revoluciones atravesaban fronteras llevadas en las puntas de las bayonetas; pero no eran estas las que aseguraban la perdurabilidad de los cambios, sino las leyes, códigos y normas acetificas que cimentaban la nueva sociedad.

En la actualidad, no son las bayoneta, sino el control mediático, la publicidad, los que producen revoluciones de colores y permiten que se produzcan nuevos cambios de institucionalidad, la mayoría de las veces de carácter regresivo.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos en la conformación de los equilibrios del presente gobierno panameño… el mismo se catapultó al poder sobre la manipulación por el poder mediático (verdaderas bayonetas modernas) y pretende mantenerse sobre la base de la publicidad.

Pero la publicidad al igual que las bayonetas antes, no sirve para gobernar. No se puede gobernar mal sentado. Su acción se produce en el nivel perceptivo, creando estados ilusorios de satisfacción que se desvanecen con la adquisición del producto que no es lo que pretendía ser.   Igual que una pompa de jabón que estalla en abundantes gotitas, cual húmedas chispitas, no quedará nada tras la ilusión publicitaria.

Para gobernar sólidamente se necesita propaganda real, que es la transmisión de una gran cantidad de ideas para promover nuevos y más altos niveles de conciencia.

En el tan detractado —por algunos— régimen torrijista de la década del 70, el gobierno aquel entendió la necesidad de arbitrar medios de propaganda de masas para trasmitir la visión ideológica de la promoción social. Eso explica la orientación y misiones de algunos organismos creados para tal fin, como la DIGEDECOM. Quiérase o no reconocerlo, era una concepción de propaganda eficaz.

Hoy, la publicidad de los medios no transmite cultura integral que contenga valores, ideología, compromisos, etc., sino una especie de espuma cultural pop que se desvanece sin nutrir espíritus. No queda nada tras el mensaje mediático. Así las cosas, la base de gobernabilidad del presente gobierno está asentada sobre espuma publicitaria, es decir, sobre nada.

Las expectativas colapsadas darán lugar a demandas sociales, y en ese clima la publicidad y el manejo mediático solo avivarán las llamas de la ira. No será una equivocación de ejecución, sino un error de concepción. El dinero y la publicidad pueden adormilar conciencias, pero nunca crearla.

<>Artículo publicado el 11 de septiembre de 2010  en el diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,   lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

La basura no debe ser problema

La opinión de…

JUAN CARLOS MAS

M i intención es resaltar la importancia de la participación social y para ello presentaré los instrumentos para la incursión del público en el debate. Cualquier método es válido y prescindible al mismo tiempo, pero nunca descartaré la participación social.

Acordemos que los temas que emergen en la opinión pública encontrarían un cauce de solución eficiente, si se recurriera a la movilización organizada de la población. Temas como la basura, la devastación ambiental, etc., cursarían por un trillo menos accidentado si se aceptara la participación de las gentes en el análisis y formulación de soluciones.

Aclararemos dos conceptos útiles instrumentalmente para el análisis: la unidad de tecnología y organización social; y la unidad de lo simple y lo complejo. Las gentes preguntan: ¿Para qué sirve la filosofía? Por ello resalto la importancia del pensamiento conceptualizador, que obtiene las características generales de los hechos abstrayéndolos de su presentación circunstancial. Así entenderemos la dirección de las cosas.

En publicación anterior en este diario, me referí a la dualidad contradictoria, entre Tecnología y Organización Social; en donde ambas formas de la adaptación social, ante los cambios ambientales deben combinarse para dar respuesta adecuada a las necesidades humanas, de acuerdo a las posibilidades vigentes y el aseguramiento de la seguridad de la comunidad primero, por sobre el interés individual.

¿Cómo entendemos esto en la práctica? Bueno, que si tenemos una enfermedad, para la cual no existen vacunas ni curas, deberemos aplicar medidas de control social, como la cuarentena y restricciones en las relaciones interpersonales, para impedir la difusión de esa enfermedad; caso contrario, si tenemos tecnología adecuada, pero no resolvemos los problemas, entonces aplicaremos medidas de reorganización social para potenciar la tecnología que poseemos. Este es el caso de la mora quirúrgica, donde tenemos recursos humanos calificados y capacidad tecnológica conveniente, pero la deuda se agranda por el caos organizacional. Una organización adecuada aplicaría las rigurosidades convenientes para que la población satisfaga las necesidades por las cuales está pagando. La anterior reflexión es una importación proveniente del pensamiento ecológico. Este abordaje ecológico nos enseña la correlación entre las unidades de carácter grande o complejo, y la interdependencia con las formas pequeñas y simples, como mecanismos de resistencia viable frente al cambio ambiental. El dicho sencillo aclara: ‘si tienes un problema grande divídelo en varios pequeños’.

Ejemplifiquemos con la basura: Todos insisten en el problema de transporte y lo magnifican hasta el nivel de crisis. Visto así, de la solución podría emerger un buen negocio conviviendo con una mala distribución del bienestar social.

La recolección la realizan camiones; los más conocidos son los compactadores, son más caros y ruidosos; también existen camiones canasta, en donde se echa la basura por el borde sin compactarla.

Se insiste que la solución pasa por comprar compactadores, porque acomodan más basura, y su recorrido sería eficiente. Pero… ¿es esto una ganancia absoluta?

Lo moderno es no tener basura, tener una ciudad sana. Lo moderno es el resultado no el método de recolección. En ciudades sudamericanas, por la noche pasan carromatos tirados por caballos, o automotores simples, donde los pepenadores van clasificando basura.

Entre nosotros esta recolección daría solvencia técnica a los corregimientos para el acarreo sectorial en pequeño. Permitiría clasificar y sentar las bases para convertir el problema en un negocio. Unidades pequeñas podrían proporcionar el insumo a empresas más grandes de reciclaje.

¿Es tan difícil la clasificación hogareña? Cierto es que la población no tiene cultura clasificatoria, pero un pequeño cambio tecnológico y una dosis mayor de organización social podrían hacer cultura. Me refiero a que los hogares utilizan bolsas plásticas de compras para botar la basura. ¿Y qué tal si los comercios mandan a fabricar sus bolsas con los colores del reciclado, rojo, verde, amarillo etc.

Existe una movilización mundial para reducir los plásticos. Sin embargo, toda decisión sanitaria se centra en la asignación de prioridades, y esta es acelerar el cambio de actitudes ciudadanas, mediante la facilitación de la clasificación hogareña. Las escuelas capacitarían a los escolares motivando la correcta clasificación hogareña. Es posible, pero arruinaría el negocio de los compactadores. Lo simple siempre se nos oculta para vender las soluciones complejas.

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Artículo publicado el 14 de junio de 2010  en el  Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Dilemas de la Seguridad Social

La opinión de…..

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JUAN CARLOS  MAS  CALZADILLA

Del complejo de instituciones sanitarias que interactúan en el país, es la Caja de Seguro Social la vitrina de las esperanzas y decepciones de la población panameña. Es así por cuanto ella no solo expresa la misión protectora del Estado, ausente en la percepción del usuario, sino porque este entiende que el déficit en la oferta de servicios es una irregularidad contractual que le extrae dinero sin garantías de contraprestación alguna. En ese sentido los movimientos de la Gerencia permiten suponer que se pretende asumir control absoluto sobre finanzas que son de todos, y que no pueden estar a discreción de un mandante, sino perennemente vigilada por la sociedad.

Examinemos la oferta de servicios, que es la que confiere legitimidad a cualquier Dirección; ante los reclamos sociales la Gerencia pide tiempo para que la tecnologización de los sistemas resuelva todos los problemas. Esta opción contiene una confusión, deliberada o inconsciente, que comentaremos. Nos apoyaremos en criterios transdisciplinarios, tomados del conocimiento de la adaptación de todo colectivo social ante los cambios que trae el futuro. Toda sociedad se adapta a su ambiente mediante dos métodos: la organización social y el cambio tecnológico; esto no se logra aplicando uno solo de los dos términos de la ecuación dialéctica; siempre debe haber proporcionalidad entre ellos: o mucha organización social con poca tecnología; o mucha tecnología con poca organización social, o combinaciones de ambas; pero siempre las dos.

Ejemplifiquemos: Imaginemos una sociedad primitiva, ubicada en un área costera, viviendo de la pesca individual y adaptada naturalmente a su ambiente; hasta que un día se produce un cambio y el cardumen es alejado de la costa; entonces hacen un bote grande para varios remeros y vuelven a alcanzar el banco de peces. ¿Qué ha ocurrido? Pues, que el grupo se ha adaptado con alto grado de organización social y un pequeño cambio tecnológico, que permitió hacer un bote grande y adaptarle remos para una pluralidad de pescadores. Tiempo después uno del grupo descubre que puede poner una vela en el bote y baja a los remeros sobrantes. ¿Qué ocurrió? Ahora hay adaptación producida mediante introducción de mucha tecnología y una menor proporción de organización, la suficiente para despedir los otros pescadores. Así, a través de toda la historia, entre proporciones cambiantes de cambio y organización, transcurre la adaptación humana. Descubrimos que el énfasis único en el cambio tecnológico introduce un alto grado de inequidad en el sistema, por lo cual toda sociedad debe cuidar los efectos indeseados del cambio tecnológico. Rastreando distintas medidas sanitarias en la historia, como cuarentena primero y vacunas y antibióticos después, haremos una generalización: La organización social aporta seguridad al sistema, mientras que el cambio tecnológico aporta libertad, que si no es cuidadosamente organizada redunda únicamente en beneficio de contados individuos.

Aterrizando en nuestra cotidianeidad nacional, tenemos que el intento de enderezar la CSS mediante automatización no es novedoso; fue ensayado en la administración iniciada en 1994. Desafortunadamente, al no corregir la organización social, las máquinas no resolvieron nada y terminaron arrumadas en un depósito.

¿Qué sucede ahora? Que tampoco hay cambios en la organización social, porque las jefaturas han recaído en quienes se han empeñado en “ cambiar algo para que todo siga igual ”.   El consejo es que un problema grande se debe dividir en varios pequeños y la reorganización debe impulsarse desde la periferia hacia el centro. Esto ameritará otro artículo.

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Artículo publicado el 19 de marzo de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Alcabalas y estallidos sociales

La opinión del Médico….

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JUAN CARLOS MAS C.

La interpretación de los hechos de la historia incorpora la certeza de que la acumulación de las condiciones objetivas que conducen a esos cataclismos que llamamos revoluciones, siempre son disparadas por sucesos motivacionales, que son causa eficiente para arrancar el proceso de reclamos que lleva hacia una transformación. Esto es lo que popularmente se conoce como “la gota que colma el vaso”.

En el pasado latinoamericano, cuyos fastos bicentenarios se conmemoran ahora, existen dos hechos casi simultáneos que constituyeron clarines del despertar de la conciencia continental, y abrieron las puertas a la acción de Bolívar, San Martin, Hidalgo y otros.  Me refiero a las insurrecciones de Túpac Amaru y de los Comuneros del Socorro.

Ambas se produjeron en con cuatro meses de diferencia ente 1780 y 81. Sus causas han sido abordadas en distintos estudios, pero su reiteración es necesaria para combatir el problema de la desmemoria inducida. Ello nos ayudará a entender la vigencia que recobran ciertas situaciones, que operan en forma recurrente sobre nuestra sociedad y permiten la retoma de las conciencias.

Revisando papeles encontré tres conferencias sucesivas sobe el tema de los Comuneros del Socorro, las cuales fueron dictadas por Horacio Rodríguez Plata, ilustre miembro de la academia de la historia de Colombia, en una sesión especial conmemorativa de la insurrección de los comuneros.

De esa lectura me permito citar unas conclusiones del conferencista acerca de las causas detonantes de aquella conmoción precursora de las declaraciones de independencia: “ Pero lo que fundamentalmente produjo un malestar acentuado fue el sistema económico y comercial impuesto por las metrópolis a sus colonias… el comercio quedaba gravado por la Alcabala… este fue el que más pesó sobre la vida de la Colonia, el que más reacción produjo y se imponía sobre todos los muebles, inmuebles y semovientes que se permutaran o vendían ”. Según Wikipedia, se refiere a un impuesto indirecto que gravaba las compraventas y todo tipo de transferencias (era pagado por el vendedor en la compraventa y por ambos contratantes en la permuta).

En buen panameño se trataba nada más ni nada menos, que del ITBMS, ese que antes conocíamos como el 5% y pronto hemos de llamar el 7%. ¡Y pensar que por esta causa estalló aquella revolución!

Un glorioso 16 de marzo de 1781, Manuela Beltrán intenta adquirir una bandeja de arroz mediante trueque, en el cual ofrecía un ovillo de lana confeccionada por ella.  Los recaudadores reclamaron que ese ovillo no había pagado la alcabala y, por tanto, no era bueno para adquirir el arroz; acto seguido voltearon la bandeja de arroz de un puntapié. Manuela, una anciana, corrió hacia la pared en donde estaban fijados el escudo real y los reglamentos impositivos, rasgó estos y arrojó al suelo el escudo real, gritando “ muera el mal gobierno ”.

De ahí en adelante veinte mil hombres se juntaron bajo el mando de Juan Francisco Berbeo y casi se toman Bogotá, pero les faltó la decisión final para dar el golpe decisivo, igual que Tupac Amaru se inhibió de tomar el Cuzco.   Lo de Tupac Amaru habíase iniciado en noviembre de 1780 y derrotado en mayo de 1781.   Es de notar que los comuneros neogranadinos proclamaban “ ¡Viva el rey Inca! ”, lo cual demuestra los vasos comunicantes de la historia común latinoamericana.

Los revolucionarios peruanos fueron derrotados por las armas; en cambio los comuneros de Berbeo fueron vencidos por la candidez, dejándose envolver en conversaciones interminables que se conocieron con el nombre de “ capitulaciones ”. A este método distractivo en nuestros tiempos se llama “ mesas de concertación ”.

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Publicado el 6 de marzo de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Una nación fragmentable

La opinión del Médico panameño….

JUAN CARLOS MAS CALZADILLA

El reciente artículo de Julio Yao, respetado internacionalista y patriota, sobre la errática política internacional en nuestra frontera oriental, obliga a efectuar la anticipación de escenarios en los que pueda desenvolverse la nación panameña. Como es sabido, la planificación tiene su base en la experiencia histórica. Lo que ya nos ha sucedido nos conduce metodológicamente a delinear, en cada escenario posible, una hipótesis de conflicto probable. No haremos ciencia-ficción, pero refrescaremos la memoria nacional, esa que nos han desconstruido sistemáticamente. Luis Restrepo Rosas (q.e.p.d.) baluarte del periodismo investigativo, se especializó en las particularidades de la ocupación civil acompañante de la ocupación militar de la Zona. Sus escritos debatían la presencia zonian, cómo llegó a ser lo que fue, y por qué no se expandió al resto del territorio nacional.

Las respuestas había que buscarlas fuera del país: los designios estadounidenses trataban de satisfacer la necesidad de control de los pasos ístmicos. Eran distintos para Nicaragua y Panamá, virtuales albergues de canales. El paso de Nicaragua dependía del agua de los lagos, que ocupan de Norte a Sur gran parte del territorio y alrededor se establece el hábitat poblacional; en cambio el paso panameño se percibía como posible solo con el control de la angosta franja de tierra, que diera paso primero al ferrocarril y al canal después. Por lo anterior, la presencia colonial en Nicaragua, con William Walker, ocupó todo el país; mientras que en Panamá la avanzadilla de Ran Runnels se limitaba al control de la franja. Recogimos esto en el libro “ Galeones y aviones ”, mas Luis Restrepo Rosas lo sintetizó anteriormente en un magistral artículo, cuyo cita no puedo precisar ahora —creo que se llamaba la “ República del Istmo ”—. En él señala que el interés exclusivo de los yanquis por apropiarse de la faja ístmica y su paso canalero los llevó a concebir, con el asocio de su cómplices istmeños, la idea de segregar la faja mencionada, mediante una ocupación militar que se justificaría en el interés mundial por la navegación; se crearía una República del Istmo, la cual estaría constreñida a lo que después se llamaría Zona del Canal. Los acontecimientos de 1903 ampliaron la intención segregacionista parcial, merced a la intercesión de intereses que podrían haber quedado fuera del esquema.. y hoy tenemos lo que tenemos.

El diseño de desarrollo separado para el enclave subsiste hoy en la segregación constitucional que contempla un trato distinto a la ACP. ¿Para qué nos sirven estos datos? Para el diagnóstico de la hipótesis de conflictos y el trazado de escenarios perspectivos. Para nadie es un secreto el irredentismo de los militares fascistas colombianos respecto a Panamá. La oportunidad que les brinda la presente administración les permite incursionar en lo que se llama zonas de seguridad, tal como la conocida en el Sur del Líbano. Colombia podría reclamar la coadministración policial y militar de la zona oriental de Panamá; los gringos se contentarían con segregar para sus intereses el control del paso interoceánico, con la cooperación eufórica de nuestra oligarquía financiera; y la parte occidental quedaría desvinculada, quizás albergando el compromiso agro-productivo de los chiricanos y del campesinado nacional, o el pintoresquismo folklórico de nuestras provincias centrales; pero la república se vería fragmentada por una pesadilla tal como la que casi le toca vivir a Bolivia. ¿Ficción? ¿Cuántos países conoce el lector que se han disgregado en los últimos años? Abramos los ojos, espantemos el horror, y critiquemos la política internacional que se viene cumpliendo.

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Publicado el 22 de febrero de 2010 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Salud: ¿vendrá el lobo?

La opinión del Médico……

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JUAN CARLOS MAS C.

La vida enseña más filosofía que todos los textos. Si alguna vez nos devanamos los sesos tratando de entender la dialéctica y la ley de la unidad de los contrarios, basta mirar alrededor y entender que un automóvil es un sistema locomotriz compuesto de aceleración y frenado; y que no puede intensificarse uno de los efectos del sistema sino en detrimento del otro.

Quienes nos dedicamos a estudiar la Seguridad Social siempre entendimos que el mismo tiene un componente público —explícito— y otro privado —implícito—, supeditado al primero. Tradicionalmente, en la CSS, este componente privado se ha especializado en la cadena de insumos, mientras que los servicios se mueven dentro de la esfera pública.

Cualquier intento de perfeccionar, profundizar y extender la entrega de servicios, abaratando la provisión de insumos, acortando los plazos de entrega y eliminando las prórrogas, incide en las libertades que se arroga el componente privado.

Por otra parte, cualquier avance del interés privado, en procura de capturar para sí la oferta de servicios, para convertirla en negocio, necesariamente debe operar contra la eficacia de los servicios públicos para hacerlos caer dentro de su esfera. Los mismos servicios de salud de la CSS, surgieron como un esfuerzo, a finales de los 40, para extraerlos del ámbito privado en que estaban secuestrados e impedía la expansión de su cobertura.

Así, la privatización siempre es una amenaza, propia de la dualidad contradictoria de esta república, que intenta ofertar servicios de bienestar, pero que se inscribe en el movedizo cenagal de la práctica capitalista.

Si ello es así, no basta con gritar: “¡Viene la privatización!”. Para frenarla es necesario aportar propuestas eficientistas y eficacistas, que nos saquen del pantano. Si insistimos en gritar contra la privatización sin efectuar correctivos concretos, estaremos insensibilizando a la población como en el cuento de Pedro y el Lobo.

Los dirigentes de COMENENAL han reiterado sus denuncias de la privatización, pero sus actitudes, carentes de propuestas efectivas, y su manifiesto rechazo a la participación social en la solución de los asuntos sanitarios, coinciden en la práctica con la política de la nueva gerencia médica de la CSS. Ambas están llevando la situación sanitaria a un callejón sin salida; después vendría la privatización. No cuestionamos la sinceridad de algunos dirigentes, pero de buenas intenciones está pavimentado el camino del infierno. Anclarse en la exclusión de la participación repite, en el microcosmos sanitario, el rasgo excluyente que es distintivo de la sociedad basada en el paradigma neoliberal.

Reafirmamos nuestra convicción de que para lograr las grandes transformaciones sociales que ellos pregonan como necesarias —y nosotros coincidimos en ello— es imperioso, empezar las transformaciones escalonadas que impidan la degradación y pauperización de los trabajadores. Las revoluciones no se hacen desde la lama, fíjense sino en la postración haitiana. Hay que apuntalar la participación social, y su resistencia a la exclusión, protegiendo y ampliando los pocos logros sanitarios que aún conservamos.

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Publicado el 5  de febrero de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El salario mínimo importa a todos

La opinión del Médico especialista en Salud Pública…..

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JUAN CARLOS MAS C.

Cada cierto tiempo, marcado por las normas que regulan su negociación, el gobierno y los actores del proceso productivo, empresarios y trabajadores, se sientan a negociar el incremento del salario mínimo estimado como conveniente.

De las alegaciones de los patronos no me voy a ocupar ahora, partiendo del reconocimiento de que no es su intencionalidad el aumento salarial como concepto propio de clase.

Sin embargo, el discurso obrero suele centrarse en los alegatos acerca de la canasta básica alimentaria y la de servicios, mientras que el del gobierno se ubica en su pretendida sana intención de cerrar la brecha entre ricos y pobres. Todos los actores se olvidan de que el duelo entre clases se traba sobre un escenario y ese escenario es el tipo de país que se tiene y que se pretende conquistar.

El nuestro es un país subdesarrollado y las tareas que se tienen que cumplir sobre ese escenario son tareas nacionales y las sociales.

Creemos que los trabajadores dejan a un lado las oportunidades para encabezar al conjunto de las demandas sociales.  Pasemos a explicar esto.

La característica esencial del subdesarrollo es la existencia de regiones internas de desarrollo material y cultural diferentes. No existe una Francia rica y otra pobre; Suiza rica y pobre; Alemania rica y pobre. Por ello la tarea central de todo Estado, en un país de la periferia, es borrar las diferencias del desarrollo interno.  Esa misión es la única que legitima al Estado en un país como los nuestros.

La existencia de salarios diferentes para la misma profesión u oficio según las regiones, lo que produce es una magnificación de las diferencias regionales e incentiva las migraciones internas, fortaleciendo los asentamientos precarios y la marginalidad. ¿Cómo podría esperarse que un obrero calificado prefiera asentarse en un área regional más atrasada, si allá le han de pagar menos?; puesto en esas circunstancias el oficiante, del ramo que fuere, prefiere venir a la ciudad capital, porque en ella se paga más por su trabajo.

Pero el problema de la migración interna y sus consecuencias de marginalidad no es solo un problema moral y de solidaridad, sino uno de carácter estratégico para la clase obrera, porque esa población excedente opera como el ejército industrial de reserva, según la célebre definición de Carlos Marx, es decir, que su presencia mantiene los salarios a la baja.

La idea de este gobierno, de pagar salarios diferenciados en las actividades económicas más desarrolladas intensificará la diferenciación regional hacia la baja, porque las actividades mejor pagadas se encuentran orientadas hacia la zona de tránsito. Si se pretende justificar esto con el ejemplo de que la actividad turística se expande por todo el país, en áreas montañosas o islas alejadas, solo estaremos haciendo la excepción que confirma la reglar.

Por encima de la discusión de los montos del salario mínimo, que es una cuestión cuantitativa necesaria y justa, existe, pues, este otro tema que tiene que ver con la dimensión cualitativa de la política del Estado, que es la misión de borrar las diferencias que nos atascan en la categoría de país subdesarrollado.

Un solo salario mínimo y mejor aún si está incrementado adecuadamente.

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Publicado el  22  de enero de 2010   en el Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Concertación: crisis en espejo

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La opinión del médico….
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Juan Carlos Mas C.

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Las Naciones Unidas, nacidas como reflejo de la voluntad antifascista del mundo, han tenido tres claras etapas:

La primera, optimista y corta, fue el periodo de dos años desde su fundación hasta el 48, cuando el discurso de Churchill en Fulton proclamó la guerra fría.

En la segunda fase la ONU y sus agencias hicieron de tampón entre los grandes bloques enfrentados en la guerra fría, mientras el Consejo de Seguridad simulaba vanamente servir de contención a situaciones emergentes, sus agencias trataban de diseminar por el Tercer Mundo el espejismo de la sociedad de bienestar.   Su aparato técnico cumplió dentro de las posibilidades, pero estuvo restringido por la intencionalidad política que limitaba su efectividad.

No podemos dejar de destacar el vano sacrificio de sus vidas entregadas por Folke Bernardotte y Dag Hammarskjold. Ni Palestina nació, ni la cruenta explotación minera del Congo dio paz prosperidad a sus habitantes.

Por otra parte los creíbles y técnicamente correctos informes de las agencias especializadas solo sirvieron para que los gobiernos locales trazaran metas sin propósito de cumplimiento

La tercera fase surge con el cese del enfrentamiento bipolar. Nace ahora el choque posible entre quienes lanzaron una ofensiva a fondo para liquidar el Estado de Bienestar y quienes desesperadamente -y contra la pared- luchaban para salvar los restos del sueño de bienestar colectivo.   Para terciar en las disputas surgieron los mecanismos de concertación, auspiciados por las agencias internacionales. Básicamente se trataba de lograr que los resistentes no ofrecieran una lucha cruenta que haría más dolorosa la transición al Estado Neoliberal. Estos mecanismos han entrado en una crisis en espejo con respecto a la ONU.

En la concertación los neoliberales venderían su orientación de bienestar basado en el “derrame”, y las organizaciones sociales negociarían la retirada salvando los que pudieran.

En la forma las organizaciones sociales participaban, porque era una gimnasia para interiorizarse de la agenda y mecanismos de manejo del Estado.

En el fondo se empezó a entender que la concertación era un mecanismo distractivo que evitaba la represión abierta y culminaba en la conciliación de intereses opuestos. No era una sinfonía de variadas voces sociales sino el tono monocorde de la voluntad del establecimiento.

En Panamá tenemos experiencias varias de eventos que culminaron con enjundiosos documentos, pero sin resultado real; el último fue la Concertación para el Desarrollo y de ella destacase el tratamiento de la Mesa de Salud.   Se me antoja un símil con una corrida de toros en la cual el sujeto social, embravecido por la falta de respuestas y envenenamientos, es capoteado por los peones del torero, en este caso es el gobierno, hasta que agotado depone toda hostilidad.

Una nueva fase se abre hoy con la perspectiva del agotamiento del orden conocido. Ya no puede concebirse que las agencias de la ONU sigan patrocinando la distracción de la sociedad. En adelante lo que está el orden del día es la colaboración técnica para la cooperación social inter-pares. No más concertación.

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Publicado el 12 de diciembre de 2009 en el diario El Panamá América, a  quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

El laboratorio de producción de medicamentos

El laboratorio de producción de medicamentos
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Juan Carlos Mas C. –  Médico
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Al terminar el presente ejercicio gubernamental en Salud, es preciso repasar las situaciones en que se produjeron yerros, y cuya corrección corresponderá indefectiblemente a la nueva administración.

Por su magnitud numérica y por su trascendencia social, en términos de saldos luctuosos e incapacitantes, lo del dietilenglicol es un evento cuyo telón final nos resistimos a dejar caer. Pero no solo nos referimos al desenlace trágico, sino a la cadena de desaciertos que tendrán su efecto. Pocos se ponen a meditar el apresuramiento rayano en lo ridículo, para imputar a un fármaco antihipertensivo y su casa fabricante, para desdecirse después mediante un ominoso silencio.  Pero al orientarse las investigaciones hacia la presencia de un tóxico en los medicamentos de fabricación institucional, se cometieron desaciertos conceptuales que es preciso enmendar en algún momento. Nos referimos a la instrucción para el cierre del proceso institucional de producción de medicamentos por parte de la CSS.

Recapitulemos. Una vez confirmada la presunción de contaminación de la producción de un medicamento, lo que corresponde al Ministerio de Salud (MINSA) es ordenar la clausura de la instalación cuestionada. Esto, que es válido para las medicinas lo es para todo proceso en el cual la producción es objeto de contaminación.  Así, si el local fuese una carnicería, la orden sería cerrar la instalación mientras se corrija el proceso defectuoso, pero nunca a dar por terminada la producción de productos cárnicos en el país. Igualmente, la acción ministerial debió centrarse en la clausura de la instalación riesgosa, hasta tanto se corrigieran los procesos defectuosos, pero no en cerrar el proceso de producción de medicamentos institucionales en el país.

La política de extensión de coberturas, es decir de abarcar a toda la población con servicios extendidos de baja complejidad para resolver la mayoría de sus problemas, que son de baja complejidad, debe apoyarse en una producción local y segura de medicamentos sencillos de bajo coste, que es el soporte de la extensión de coberturas.

Panamá, al diseñar la producción local de medicamentos de esa índole, cumplía con los requisitos necesarios para factibilizar la estrategia de atención primaria, la cual es un consenso internacional. Al dar por clausurado ese proceso de producción institucional se retrasa la construcción de las condiciones necesarias para alcanzar la salud para todos.

Pero no sólo el MINSA se equivocó en la orientacion de la medida, que saltó de la necesaria clausura de la instalación a la inconveniente clausura de un proceso productivo y de una política sanitaria definida con anterioridad, sino que pasando por encima de sus atribuciones impuso esa orientación a una junta directiva adocenada, que se hizo culpable por la omisión de sus funciones guardianas de los principios de universalidad y cobertura creciente, que es base fundamental de la seguridad social

Relanzar la producción local institucional, con garantías de seguridad, es un clamor técnico que circula a “sottovoce”; no es todavía una demanda de la opinión pública, pero pronto se dará cuenta. Corresponde al nuevo régimen desfacer tamaño entuerto.

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Publicado el 17 de junio de 2009 en el diario El Panamá América