Formando a nuevos médicos

La opinión de…

Paulino Vigil–De Gracia

En Panamá se forman excelentes doctores en medicina, de hecho por más de medio siglo se están formando médicos. Desde hace más de 40 años se forman especialistas y hace cerca de 20 años se inició la formación de subespecialistas. Esto es motivo de orgullo para todos los profesionales de la salud, los creadores de estos proyectos, la población en general y, en especial, para todos los gobernantes y autoridades de salud que le han dado su aval y correcto seguimiento.

Recientemente observamos en los medios que se entrevista a las autoridades de salud sobre la necesidad de más médicos, especialistas y subespecialistas en el país. Esto genera una interrogante: ¿Está Panamá formando a los especialistas y subespecialistas que necesita?

En respuesta a ello podríamos señalar que:   Existen algunas subespecialidades que aún no se forman en el país (endocrinología, neurología, alergología);   no siempre hay suficientes aspirantes para una subespecialidad (cirugía cardiovascular, cardiología);   hay especialidades y subespecialidades que se han estado formando al ritmo que los necesita el país.

Podríamos usar varios ejemplos para ilustrar la última aseveración, utilicemos el caso de la ginecología y obstetricia.   Recién observamos que se hizo pública la necesidad de siete ginecólogos obstetras para ser nombrados por el Ministerio de Salud, incluso se planteó la posibilidad de contratar a médicos extranjeros y, por otro lado, se ha manifestado la necesidad de abrir más cupos para formar a dichos especialistas.

¿Será correcto abrir más plazas de las que usualmente se estaban abriendo para formar especialistas? En estos momentos hay 59 médicos formándose en ginecología y obstetricia, lo que significa que en un lapso de cuatro años tendremos por lo menos 59 gineco–obstetras disponibles para el campo laboral, sin contar los que vienen graduados del extranjero.

Si en vez de siete decimos que la necesidad es de 10 por año, significa que en cuatro años tendremos más de 20 gineco–obstetras desempleados o haciendo otro trabajo para sobrevivir;    lo peor, de mantenerse el ritmo de formación que se inició este año, el desempleo será progresivo cada año.

El otro aspecto relevante es preguntar si nuestros hospitales formadores tienen la capacidad docente–administrativa necesaria para formar a mayor cantidad de especialistas y, por otro lado, si esos médicos en formación tendrán las mismas oportunidades de aprendizaje, sobre todo, en el aspecto quirúrgico.

Recordemos que en principio un médico en formación es una buena mano de obra y para algunos representa una buena oportunidad para sacar trabajo. Incluso algunos justifican la necesidad de estos puestos,   valorando solo el último criterio, no necesariamente la necesidad en el país.

El problema es no haber formado a los especialistas que se requieren ¿o será que los médicos no quieren asistir al área donde se necesita? Conozco a especialistas en gineco–obstetricia sin nombramiento, que no aceptan dichas plazas de trabajo, porque no llenan sus aspiraciones. Probablemente, mejorando muchas de las condiciones para ellos, se tendrían suficientes profesionales interesados, incluso, algunos podrían solicitar traslados a esas áreas.

En resumen, creemos que el problema que se tiene hoy en algunas especialidades y subespecialidades no se resuelve abriendo más plazas para formarlos, por el contrario, se estaría generando un grave problema, pues esas plazas de trabajo estarán ocupadas en cuatro años, porque no creo se mantengan vacantes por ese tiempo y, de mantenerlas vacantes, sería interesante saber qué harían con los que terminan antes.

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Artículo publicado el 29 de agosto de 2010 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.