Metodología del Inglés

La opinión de….

PEDRO LINERO TERÁN

Es indudable que un exitoso futuro profesional está vinculado cada día más al dominio del Inglés como segunda lengua. Ante esta necesidad ha surgido una gran cantidad de escuelas y colegios de enseñanza bilingüe, así como de institutos privados para enseñar este idioma.

La realidad muestra que en la mayoría de los países de habla hispana, los estudiantes terminan sus estudios de secundaria y aún universitarios sin haber logrado un buen manejo del idioma, mostrando muchas veces notables deficiencias; cuando la norma debería ser que al final de un año lectivo los estudiantes hablaran el Inglés con mayor fluidez y tuvieran un conocimiento aceptable de su escritura.

En muchas escuelas bilingües la dificultad que enfrentan los estudiantes obliga a los padres a contratar un tutor privado para poder cumplir con las exigencias del programa.

Si analizamos el material de estudio bilingüe podremos comprobar que muchas veces el estudiante no es capaz de comprender el material (por ejemplo de ciencias) y se ve forzado simplemente a memorizar los textos.

Se puede alcanzar un dominio del Inglés en poco tiempo siguiendo cuidadosamente una metodología para enseñarlo como segunda lengua:

En primer lugar hay que tener cuidado con los textos a usar. Los libros utilizados en las escuelas primarias o de secundaria de EE.UU. no son adecuados para enseñar el Inglés, porque, por muy sencillo que estos parezcan, han sido diseñados para estudiantes nativos del Inglés (los estudiantes de habla inglesa).  El material adecuado para el proceso de enseñanza-aprendizaje es el del Inglés como segunda lengua. (English as a Second Language).

En segundo lugar hay que descartar el estudiar asignaturas en el idioma Inglés cuando el estudiante todavía no está en la capacidad de expresarse y mucho menos entender un Inglés básico.   Es decir, llevar a cabo una conversación sencilla sobre hechos cotidianos. Por está razón se deben descartar por lo menos en los primeros años la enseñanzas de esas asignaturas en Inglés (ciencias sociales, Inglés para estudiantes nativos, matemáticas) y dedicar ese tiempo a intensificar las horas para aprender Inglés. Un programa adecuado debería ser de 90 minutos diarios de lunes a viernes.

La clase de Inglés debe impartirse en Inglés sin recurrir constantemente a la traducción de frases y expresiones que, aunque pareciera lo más indicado, a la larga resulta contraproducente, porque el estudiante no aprenderá a pensar en Inglés y tendrá una dependencia demasiado grande en el Español, que impactará negativamente la fluidez y la confianza para expresarse en el Inglés.   Aunque pueda parecer difícil, se pueden realizar ejercicios orales con los estudiantes enteramente en Inglés, apoyándose en ayudas audiovisuales.   Los lenguajes son dinámicos y vivos. Por esta razón la sala de clase debe estar repleta de material audiovisual en un solo idioma. Si un poster muestra las partes del cuerpo en Inglés es completamente innecesario poner el equivalente en Español.

La clase debe convertirse en un mundo en donde los estudiantes se sientan inmersos en el idioma. El profesor debe usar todo lo que esté a su alcance para practicar con sus estudiantes: El vocabulario relacionado con los útiles escolares (libros, cuadernos, lápices). Los verbos con las actividades propia de la clase (sentarse, ponerse de pie, hablar, cerrar, abrir, tomar, etc.).   Esto no significa que se les enseñará todos estos verbos de una forma compleja, sino que se aprovechará cualquier oportunidad para que los estudiantes lo entiendan y usen de forma sencilla.

De igual manera, al no poder usarse el Español para explicar el uso gramatical, se deben adoptar estructuras simples que se usarán de manera constate hasta que el estudiante las domine de forma fácil. Un ejemplo es el verbo TO BE, que debe enseñarse inicialmente en el tiempo presente acompañado de adjetivos, preposiciones, sustantivos, artículos, etc.   Enseñar este verbo puede tomar varios meses.

El énfasis está en ir de lo más sencillo a lo más complejo. Enseñar estructuras complejas a un principiante hará más difícil la comprensión, además de ser frustrante. Se deben introducir frases de uso cotidiano como “ préstame el sacapuntas ” o “ está lloviendo ”, sin la complicación de explicar cómo están formadas, simplemente que las aprendan.

Un laboratorio, aunque sea elemental, es necesario para que los estudiantes se acostumbren a escuchar y a entender hablantes nativos del idioma, especialmente de los Estados Unidos.

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Artículo publicado el 27 de marzo de 2010 en el  Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.