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La opinión del Patólogo de la UDELAS en audición y lenguaje…
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De los trastornos sensoriales del ser humano al momento del nacimiento, la pérdida auditiva es el más frecuente. De uno a seis niños por cada 1,000 nacen con algún grado de pérdida auditiva y al menos uno será portador de una sordera de severa profunda. La pérdida auditiva es una discapacidad invisible en los recién nacidos. Sin embargo, la detección temprana de un trastorno auditivo es fundamental para su adecuado tratamiento y manejo. En Panamá nacen unos 6,000 niños por mes. De esos nacimientos el 98% se presentan en clínicas y hospitales. Eso garantiza la posibilidad de llevar a cabo un programa de Tamizaje Auditivo Universal en Neonatos, ya que la mayoría de los recién nacidos podrían ser evaluados antes de que salgan del centro hospitalario.
En el país ya se realizan estos tamizajes auditivos. Tal es el caso del Hospital de Especialidades Pediátricas y el Complejo Hospitalario Metropolitano, además de la Clínica Universitaria de la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS). La implementación de este programa a nivel nacional es totalmente posible. No implicará grandes costos, ya que el equipamiento, está disponible en los centros y la adquisición de equipo de nueva tecnología es una obligación de las entidades que prestan servicios de salud. En cuanto a recursos humanos el país cuenta con buen número de médicos, enfermeras, audiólogos y especialistas en Otorrinolaringología. La sordera es una discapacidad y por esa razón las personas que la padecen están amparadas en la Ley 42 de igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad. La disminución de la capacidad auditiva en niños pequeños interfiere con el desarrollo del habla y el lenguaje. Puede tener efectos negativos en el desarrollo social, emocional, cognitivo y académico, así como en el potencial económico y vocacional de la persona.
La identificación tardía de un problema de sordera puede impedir el desarrollo adecuado de las habilidades del niño para adaptarse al mundo de los oyentes e incluso a la comunidad de los sordos.
La identificación temprana de la deficiencia auditiva ayuda a minimizar o prevenir estos efectos adversos. Recientes estudios establecen que los niños cuya sordera es detectada oportunamente y reciben terapia apropiada, antes de los seis meses de edad, desarrollan mayor habilidad de lenguaje que los descubiertos tardíamente.
La identificación temprana de los niños que están sordos o que tienen problemas para oír, seguida por intervenciones apropiadas, le da una mejor posibilidad de desarrollar su capacidad cognitiva y de lenguaje necesarias para lograr el éxito social y académico. Por lo general, estos programas deben constar de tres partes principales: control médico, evaluación auditiva e intervención temprana de la audición y tratamiento.
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<>Artículo publicado el 14 de diciembre de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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