La opinión de…
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César E. Escobar Vásquez–
Quienes de una u otra manera estamos vinculados a la actividad judicial sabemos que hay terminologías jurídico–procesales importantes en los procesos judiciales, tal es el caso de las notificaciones judiciales. Brevemente diremos que las notificaciones son actos procesales de comunicación, que tienen por objeto poner en conocimiento de las partes y demás interesados en el proceso, las distintas resoluciones judiciales.
La finalidad de las notificaciones es marcar el comienzo de la relación jurídico–procesal, fijando el término inicial para el cómputo de los plazos dentro de los cuales deben cumplirse o impugnarse las resoluciones.
El personal dedicado al proceso de notificación en nuestro país realiza un trabajo agotador; estos “heraldos de la justicia” recorren diariamente los caminos, calles, veredas, senderos, trochas, entre otras vías de comunicación y bajo condiciones de tiempo algunas veces desfavorables y medios de transporte poco usuales para tratar de hacer efectiva la comunicación de los procesos judiciales, a fin de que las partes concurran a las diligencias programadas por los tribunales.
La labor de los notificadores se inicia con la recepción de los formularios de notificación que envía cada tribunal al despacho del centro de comunicaciones judiciales, luego son distribuidas por zonas para clasificar al notificador que corresponde y proceder a su distribución a la dirección indicada. Algunas notificaciones no se hacen efectivas por la mala información de la dirección que se brinda, aunque, con esfuerzo, el heraldo judicial trata de ser investigador, fuera de su labor como notificador, para dar con el paradero de las personas requeridas.
Muchas veces el mensajero judicial se enfrenta a personas groseras, es mordido por perros y, con la situación de inseguridad que vivimos, se expone a robos cuando transita por las veredas o, incluso, queda en medio de una balacera.
El trabajo que brinda el sistema judicial con los notificadores es arduo, efectivo, gratuito y confidencial. Estos héroes llevan bajo sus hombros una gran responsabilidad para con la justicia.
La apertura de nuevos campos en el mundo informático ha transformado a la sociedad con la aparición de las nuevas tecnologías de información y comunicaciones. En este sentido, en un futuro no muy lejano se implementarán las notificaciones electrónicas, estas requieren el empleo de mecanismos técnicos, como servidores de base de datos y de correo electrónico, redes cerradas como una intranet o extranet y redes abiertas como el internet. Corresponde al derecho dar valor probatorio y eficacia legal a estas notificaciones hechas a través de medios electrónicos y, por otro lado, regular sus mecanismos de funcionamiento. Con la notificación electrónica se logra reducir el tiempo que demora en llegar una notificación al domicilio procesal de las partes. El tiempo ganado se podría emplear para ampliar los plazos procesales en beneficio de los litigantes. La implementación de la notificación electrónica es necesaria y útil por ser un sistema eficaz que satisface el requisito de la celeridad y economía procesal.
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Este artículo se publicó el 27 de julio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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